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Ciencias y Nuevas Tecnologías

THEIA: Estudian una serie de ‘misteriosas estructuras’ cerca del centro de la Tierra

Grandes masas rocosas ‘diferentes’ al resto del manto terrestre llevan décadas intrigando a los científicos.

Una serie de extrañas formaciones subterráneas, muy por debajo de la corteza terrestre y cerca del núcleo de nuestro planeta, han despertado la curiosidad de numerosos geólogos en todo el mundo. Ahora, un equipo de investigadores de las universidades Nacional de Australia, Utah, Arizona y Calgary las ha estudiado a fondo con ondas sísmicas. Los resultados de su investigación se publican en ‘ Nature Geoscience ‘.

Ahí abajo, a miles de km de profundidad bajo la superficie del planeta, existen lugares en los que la velocidad de las ondas sísmicas se reduce drásticamente. Conocidas como ‘zonas de ultra baja velocidad‘ (ULVZ), se trata de enigmáticas masas de roca más densa que el resto. Masas que pueden llegar a tener cientos de km de largo y decenas de km de grosor.

Y se sabe muy poco sobre su composición y su origen. ¿Forman parte de nuestro planeta desde el principio o se trata de fragmentos de mundos alienígenas que chocaron contra el nuestro?

La nueva investigación ha conseguido arrojar algo de luz al misterio y demostrar que estas grandes zonas están hechas de un material diferente por completo al de su entorno, y que se han mantenido prácticamente sin cambios durante miles de millones de años, lo que sugiere que podría tratarse de restos enterrados de la Tierra primitiva, fragmentos que proceden directamente del proceso de formación de nuestro planeta.

«Durante mucho tiempo -explica Hrvoje Tkalčić, de la Universidad Nacional Australiana (ANU) y coautor del estudio-, nadie sabía con certeza de qué estaban compuestos estos misteriosos ULVZ. Ahora, hemos desarrollado la imagen más clara hasta el momento. Utilizando los avances en sismología y geofísica matemática realizados en ANU, hemos demostrado que las ULVZ están formadas por capas. Durante miles de millones de años de formación y remodelación de la Tierra, estas zonas han sido agitadas cerca del núcleo terrestre, pero en gran parte permanecieron intactas. Es como un huevo en un pastel, que no se mezcla con el resto de los ingredientes y permanece como un todo, con su yema y su clara, a pesar de la mezcla constante a su alrededor».

Ingeniería inversa

El equipo, dirigido por el geofísico Surya Pachhai, de la Universidad de Utah, se centró en las ULVZ localizadas bajo el Mar del Coral, entre Australia y Nueva Zelanda. Los terremotos son comunes en esa región, y con frecuencia envían ondas sísmicas a través del límite entre el núcleo y el manto, donde se encuentran las estructuras, lo que la convierte en un lugar ideal para estudiarlas.

Sin embargo, en lugar de medir directamente las ondas sísmicas a través de casi 3000 kilómetros de corteza y manto, el equipo de investigadores utilizó, esta vez, un enfoque de ingeniería inversa.

«Creamos un modelo de la Tierra con reducciones de velocidad de onda ultrabajas y luego ejecutamos una simulación por computadora que nos dijera cómo se verían las formas de onda sísmica si la Tierra fuera así en realidad -explica Pachhai-. Nuestro siguiente paso fue comparar esas predicciones con las grabaciones reales de que disponemos».

A lo largo de cientos de miles de ejecuciones de la simulación, el método finalmente produjo un modelo matemáticamente robusto del interior del planeta, en el que se mostraba que los ULVZ están probablemente formados por capas. Lo cual nos da pistas sobre cómo se formó y evolucionó la Tierra.

Un lugar caliente y violento

En su infancia, la Tierra era un mundo cálido y violento. El propio Sistema Solar aún se estaba formando, con rocas y planetoides que chocaban constantemente entre sí a medida que orbitaban alrededor del Sol. Más tarde, hace unos 4.000 millones de años, un objeto del tamaño de Marte, que los científicos conocen como Teia, se estrelló contra la Tierra, arrojando escombros al espacio que terminaron formando la Luna. El tremendo impacto también convirtió una buena parte de la superficie terrestre en magma, elevando mucho la temperatura. «Como resultado -asegura Pachhai-, se formó una gran masa de material fundido, conocido como océano de magma».

Un revoltijo de rocas, gases y cristales quedó suspendido en medio de este magma. Y a medida que se enfrió, los materiales más densos se fueron hundiendo hasta lo más profundo del manto de la Tierra. El tiempo fue pasando, los siglos se convirtieron en milenios y después en eones. El manto se agitó y obligó a estos fragmentos más densos a formar pequeños parches, formando zonas de velocidad ultra baja.

Inesperada diversidad

Pero el hallazgo más sorprendente, según Pachhai, es que las ULVZ son más diversas de lo que se pensaba hasta ahora. «De hecho -explica-, las ULVZ no son homogéneas, sino que contienen fuertes variaciones estructurales y de composición dentro de ellas. Descubrimos que estos tipos de ULVZ pueden explicarse por las heterogeneidades químicas creadas al comienzo de la historia de la Tierra y que aún hoy, después de 4.500 millones de años de convección del manto, no están bien mezcladas».

Según el estudio, también podrían existir otros tipos de ULVZ, por ejemplo como resultado del derretimiento de la corteza oceánica, hundiéndose nuevamente en el manto. Pero eso será materia de nuevas investigaciones.

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Ciencias y Nuevas Tecnologías

La NASA advierte de una ‘tormenta solar caníbal’ que pondrá en riesgo las comunicaciones

Esta semana, la NASA ha lanzado una advertencia sobre una inminente amenaza para las comunicaciones terrestres debido a una intensa erupción solar. Esta erupción, denominada por la agencia espacial como la ‘tormenta caníbal’, podría desencadenar apagones de radio y perturbaciones en las redes eléctricas.

La agencia espacial estadounidense ha identificado este fenómeno a partir de cuatro eyecciones de masa coronal en el sol. Estas explosiones solares expulsan plasma solar a una velocidad asombrosa de 800 kilómetros por segundo, impactando directamente contra la Tierra. Lo peculiar de esta situación es que algunas de estas eyecciones son tan potentes y rápidas que terminan absorbiendo a sus predecesoras, originando así el apelativo ‘tormenta caníbal’.

Las eyecciones son de gran intensidad

Las eyecciones masivas provienen de la mancha solar AR3500, y se consideran de una intensidad considerable, según la NASA. Si bien se espera que estas explosiones solares generen auroras boreales más brillantes de lo habitual, varios satélites podrían resultar afectados por este fenómeno.

«¡Un golpe directo! La NASA ha detallado la zona en la que una impresionante tormenta solar impactará contra la Tierra. Se prevé que la tormenta golpee la Tierra el mediodía del 1 de diciembre. Junto con dos tormentas anteriores que ya están en camino, significa que tenemos un golpe de 1,2,3. Si el campo magnético está orientado correctamente, se espera que llegue a latitudes medias. Es probable que haya problemas de recepción en #radio y #GPS , especialmente en el lado nocturno de la Tierra. Las condiciones G3+ son posibles con esta serie de tormentas», advertía en X la física Tamitha Skov.

No es un riesgo para las personas

Las defensas naturales de nuestro planeta, principalmente el campo magnético terrestre, se encargan de desviar estos flujos eléctricos solares hacia los polos, lo que, según los expertos de la NASA, no representa un riesgo directo para los seres humanos. Sin embargo, estas erupciones solares tienen el potencial de generar interrupciones a nivel global en las comunicaciones, e incluso podrían causar cortes temporales en la red de Internet.

Aunque se afirma que no representan un peligro para la salud humana, estas erupciones solares podrían desencadenar fallos significativos en las redes de comunicación y sistemas eléctricos a nivel mundial. La situación está siendo monitoreada de cerca por los especialistas, con la esperanza de minimizar los impactos de esta poderosa ‘tormenta caníbal’.

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Ciencias y Nuevas Tecnologías

Encuentran un extraño sistema solar con seis planetas y características «extraordinarias»

Un equipo de científicos liderado por el astrofísico español Rafael Luque, de la Universidad de Chicago (EE.UU), ha descubierto la localización de un extraño sistema solar situado en la estrella HD110067, en la constelación septentrional de Coma Berenices.

Esta estrella ya era conocida por los expertos, pero no así sus exoplanetas. El equipo de Rafael Luque ha publicado su descubrimiento en la famosa revista ‘Nature’. El propio Luque ha explicado a EFE que se trata de un sistema «muy peculiar» por varias características.

La principal se basa en que no ha sufrido grandes cambios desde su formación, algo que no es frecuente. Es de los pocos sistemas conocidos cuyos planetas se encuentran completamente en resonancia, ya que presentan patrones que se repiten mientras se mueven alrededor de su estrella.

Se trata de un caso excepcional, ya que los seis planetas localizados guardan esa resonancia con un ritmo preciso y un patrón único para cada pareja. Esta resonancia sucede al inicio de la formación del sistema, aunque durante los primeros millones de años suelen atravesar algún proceso caótico que provoque grandes cambios como puede ser un planeta muy masivo o un gran impacto.

En el 99% de los casos, los sistemas pierden esa resonancia, tal y como explica Enric Pallé, firmante del estudio y miembro del Instituto de Astrofísica de Canarias.

Asegura que se trata de un sistema «extraordinario» porque conserva su configuración desde que se formó hace unos mil millones de años, según una estimación. Algo que tampoco es muy habitual es que los seis planetas transiten por delante de su estrella, según la perspectiva que se tiene desde la Tierra.

Permitirá reconstruir la historia

Gracias a las características citadas, los científicos podrán reconstruir la historia de este sistema solar desde su formación, llegando incluso a determinar cómo era el disco de polvo y gas a partir del que se formó, tal y como ha señalado el astrofísico Enric Pallé.

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Una pirámide construida por una civilización desconocida desafía la historia de la humanidad

Una pirámide situada en el oeste de Java, Indonesia, acaba de poner patas arriba todas las teorías existentes sobre el desarrollo de la civilización humana. Construida miles de años antes que las pirámides egipcias y el primer asentamiento humano —Göblekli Tepe, en Turquía— contiene un núcleo de cámaras ocultas que serían aún más antiguas de lo que antes se pensaba.

Es lo que ha descubierto un nuevo estudio liderado por el geólogo Danny Hilman Natawidjaja, publicado en la revista científica Archaeological Prospection. La pirámide de Gunung Padang —cuya traducción aproximada es ‘montaña de la iluminación’— se construyó durante un periodo de miles de años, con un núcleo podría haber sido construido por una civilización desconocida aproximadamente en torno al 25.000 a.C. Comparativamente,  Göblekli Tepe se levantó en 9.500 a.C. y la pirámide egipcia más antigua —la pirámide escalonadade Zoser, en la necrópolis de Saqqara, al sur de Menfis— se construyó en torno al 2.670 a.C. La idea de que una construcción así de compleja se construyera antes de la fundación de las sociedades agrícolas que conocemos es algo que, por ahora, es incomprensible.

Una cronología que derriba la historia establecida

Sorprendentemente, Gunung Padang fue construida durante el último período glacial. Según este estudio, esta cronología desafía completamente nuestra idea de cómo la humanidad dio sus primeros pasos primeros pasos hacia la civilización en el valle del río Éufrates.

El estudio dirigido por Natawidjaja ha empleado técnicas avanzadas como la tomografía y el análisis de radiocarbono para investigar el yacimiento arqueológico sin destruirlo, revelando la presencia de cámaras ocultas y estructuras subterráneas a las que todavía no han accedido.

Nuevas preguntas sin respuesta

El descubrimiento plantea preguntas fundamentales sobre los constructores de la pirámide y sus avanzadas técnicas de construcción. Para empezar, Gunung Padang desafía la creencia de que las habilidades humanas para la mampostería surgieron con la agricultura hace aproximadamente 11,000 años. La llamada montaña de la iluminación indica que la historia de la humanidad es mucho más compleja de lo que se creía anteriormente.

Si efectivamente Gunung Padang se levantó en un periodo que iría del 25.000 al 14.000 antes de Cristo, su existencia marcaría una nueva fecha para el inicio de la civilización en los libros de historia.

Pero las implicaciones van aún más allá, porque no tenemos ni idea de quién construyó realmente esta pirámide. No sabemos qué sociedad realizó esta proeza ni tenemos ninguna referencia de quiénes fueron los responsables de esas cámaras ocultas. Quizás la exploración de las mismas puedan darnos pistas sobre los misteriosos constructores de esta estructura. Tampoco sabemos cuál era su propósito.

Núcleo de grandes cámaras ocultas

Por ahora, sólo sabemos que los análisis tomográficos en Gunung Padang revelan que estas son grandes cámaras ocultas que sugieren un nivel de planificación y conocimiento arquitectónico mucho más avanzado de lo que se esperaría de una civilización de esa época.

Gunung Padang también parece haber experimentado varias fases de construcción a lo largo de varios milenios, un hecho que plantea intrigantes preguntas sobre la continuidad y evolución de las prácticas constructivas en el sitio a lo largo de un período tan extenso.

Una civilización desconocida

Según el equipo responsable de la investigación, «los constructores de la Unidad 3 y la Unidad 2 en Gunung Padang debían poseer notables capacidades de albañilería, que no se alinean con las culturas tradicionales de cazadores-recolectores que se suponía eran los homínidos típicos de la época.”

Los constructores de Gunung Padang probablemente pertenecían a una civilización muy anterior a la historia registrada, seres que utilizaron herramientas manuales rudimentarias para esculpir sus elementos meticulosamente.

Es un descubrimiento que, aseguran, «desafía la creencia convencional de que la civilización humana y el desarrollo de técnicas avanzadas de construcción surgieron solo durante el período cálido de principios del Holoceno o el comienzo del Neolítico, con el advenimiento de la agricultura hace aproximadamente 11.000 años».

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