Televisión
‘Mentiras pasajeras’ no es la serie de Almodóvar, pero cumple lo que se espera de ella

Hay mentiras de todo tipo. Las que se dicen para proteger a alguien, las que utilizamos para cubrirnos las espaldas, las piadosas con las que pretendemos no agravar una situación, las que sirven para hacer daño a los demás… Mentiras son todas, en cualquier caso. Y aunque se dice que tienen las patas muy cortas, algunas echan a correr y tardan en estrellarse contra el muro de las lamentaciones.
A base de mentiras se puede escribir un guion. De hecho, SkyShowtime estrena el lunes 9 de octubre una serie española que falta a la verdad de principio a fin. Conviene que no creas nada de lo que se cuenta en Mentiras pasajeras porque su protagonista, Lucía, ha tenido que soltar la mayor de las trolas para que su vida de ensueño no se convierta en una pesadilla. Lo que posiblemente no sabe, aunque lo puede intuir, es que no ha hecho más que empeorar las cosas.
La historia creada por Nerea Castro y dirigida por Félix Sabroso y Marta Font es una comedia llena de dislates, surrealista desde el primer capítulo. No es que sea demasiado original en su planteamiento, pero está contada con gracia y se acaba volviendo muy atractiva.
Cuenta además con la producción de El Deseo, la compañía con la que Agustín y Pedro Almodóvar han sacado adelante algunas de las películas más pintorescas del cine español, y que llevaba desde 2006 sin producir ficción para televisión. Y tiene un reparto de categoría con Elena Anaya, Pilar Castro, Hugo Silva, Quim Gutiérrez y Susi Sánchez interpretando a los personajes principales.
Vaya por delante que Mentiras pasajeras no es una serie excelente. Esa es una impresión que se tiene ya con los primeros minutos de metraje y nos asalta puntualmente con algunas chapuzas que se podrían haber evitado con algo más de cuidado. Pero la nueva ficción de SkyShowtime está bien estructurada y sabe manejar el ritmo con episodios de apenas 30 minutos de duración. Si al principio genera dudas, poco a poco se acaba convirtiendo en una buena compañía con la que echarse unas risas.
Elena Anaya y Pilar Castro, un dúo que funciona muy bien
En ocho capítulos se enreda hasta límites insospechados la vida de Lucía (Anaya), una ejecutiva de éxito que acaba de ser promocionada en su empresa. Sin embargo, más rápido que su ascenso es su caída.
Acusada de filtrar valiosa información a la competencia, su jefe la despide en el momento más inoportuno. Se acaba de comprar un cochazo, vive en un casoplón, está preparando un bodorrio por todo lo alto y su marido va a escribir un libro aprovechando que ella cubrirá todos los gastos. ¿Es el despido más traumático de la historia? Ni mucho menos. Dentro de lo que cabe tiene un techo bajo el que llorar (y qué techo), pero ha sido víctima de un complot y no está dispuesta a dejarse atropellar. Convencida de que la verdad saldrá a la luz, decide hacer como si nada hubiera ocurrido.
Para cubrirse las espaldas recurre a su amiga Maite (Castro), quien se acaba saltando todos sus principios y pone en peligro su carrera profesional para demostrar que a Lucía le tendieron una trampa.
El dúo que forman Castro y Anaya funciona muy bien frente a las cámaras. Sus personajes se complementan perfectamente para acabar formando una pareja detectivesca a la que es un gusto acompañar en esta huida hacia adelante que promete acabar muy mal.
El elenco lo completan, entre otros, Julián López, Jorge Motos, Pedro Casablanc y María Botto.
Algunos clichés y referencias al cine de Almodóvar
Mentiras pasajeras tiene algunos clichés del género que la hacen un poco predecible y le restan gracia, pero se reserva unas cuantas sorpresas en cada capítulo. También hay actuaciones que no brillan demasiado, aunque esto, tratándose de una comedia surrealista y coral con abundantes dosis de sátira, pasa a un segundo plano porque todo adquiere un tono sobreactuado propio del género.
Lo importante es que la historia mantiene la tensión en cada capítulo. Al menos en los cuatro episodios iniciales, que son los primeros que Skyshowtime ha compartido con la prensa especializada.
Hay algún que otro guiño a la filmografía de Almodóvar. Aunque no sea una serie ideada por el multipremiado director, la locura y el estilo que introdujo en sus guiones también está presente en Mentiras pasajeras. La compañía del manchego, especializada en el cine, sólo se encarga de la producción, como ya hiciera en 2006 con Mujeres, su primera serie.
Esta roza lo insustancial porque es puro entretenimiento, pero con algunos de sus planteamientos nos invita a reflexionar sobre las dinámicas de la sociedad en la que vivimos. Y va más allá de la propia aventura de su protagonista con tramas secundarias que aderezan muy bien la historia. Aquí se habla también del mundo laboral, de las ambiciones personales y de las relaciones afectivas entre padres, hijos, amigos y parejas. Y, a fin de cuentas, de lo importante que es decir la verdad.
A Mentiras pasajeras hay que darle una oportunidad. Si en un primer momento provoca sensaciones encontradas –quizá porque las expectativas son altas–, nos acaba enganchando con un atractivo y jugoso anzuelo: ¿cuándo se descubrirán los embustes de Lucía y hasta dónde está dispuesta a llegar? Parece que le vayan a poner la cara colorada en cualquier momento, pero sus mentiras tienen las patas más largas de lo normal.
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Televisión
Marlena, de sus inicios con Maneskin al Benidorm Fest 2024: “Nuestra canción es un poco Danny Zuko en Grease”

El Benidorm Fest 2024 tiene en su cartel una candidatura con conexión eurovisiva. Hablamos de Marlena, un dúo pop español que debe su nombre a Måneskin, los ganadores de Rotterdam 2021, y que se presenta al certamen de TVE con la ambición de conquistar oídos y ganar el ansiado billete a Malmö.
Así lo expresan sus componentes Ana Legazpi y Carolina Moyano en una entrevista con verTele realizada en Sevilla, en el marco del anuncio de los 16 aspirantes de la nueva edición. Reto que ambas emprenden con un proyecto musical asentado y con el “vértigo” de volver a tener una exposición mediática que ya experimentaron años atrás en sus primeras experiencias televisivas.
En 2018 se dieron a conocer en Factor X de Telecinco, bajo el nombre de W Caps. Pero fue un año antes cuando se lanzaron por primera vez a la aventura musical al coger un avión y presentarse sin complejos en la edición italiana del mismo formato, donde coincidieron con una banda hermana que a día de hoy son un espejo en el que mirarse en su objetivo de ir a Eurovisión: “Cuando participaron nuestros compañeros Måneskin y callaron bocas a todo el mundo fueron una referencia increíble”, admiten.
Años después, y ya como Marlena, este dúo madrileño acumula éxitos radiofónicos y tiene una media mensual de 1,3 millones de oyentes. Una base sólida que les permite presentarse al Benidorm Fest con las cosas claras y “mentalidad ganadora”: “Llegamos al Benidorm Fest no con algo pensado para vendernos, sino para gustar desde nuestra esencia”, cuentan en la entrevista.
Ana y Carolina desvelan que su tema para el festival habla de un amor de verano y, aun sin dar pistas sobre el título ni detalles sobre su sonido, señalan un referente temático conocido por todos: “Nuestra canción es un poco Danny Zuko en Grease”.
¿Cómo vivisteis vuestras primeras horas como participantes oficiales del Benidorm Fest 2024?
Ana Legazpi: Increíbles. Estamos aterrizando ahora mismo. Teníamos mucho miedo por todo lo que implica volver a la tele después de tantos años, cuando estuvimos en Factor X, y volver a exponernos mediáticamente, para lo bueno y para lo malo, da un poco de vértigo.
¿Qué es lo que os ha tranquilizado?
A.L: Sobre todo, charlar con los compañeros que han estado en otras ediciones, que nos han dicho que es una experiencia de diez y que vamos a salir bien paradas por algún lado.
Carolina Moyano: Hemos hablado con Rayden, Karmento, Vicco, Alice Wonder… nadie te habla mal del festival y a todo el mundo le beneficia el proyecto. Estamos superanimadas y más tranquilas.
¿Cuándo tomasteis la decisión?
A.L.: En verano, en mayo o en junio. En la oficina nos dijeron: ‘Vemos que es buen momento para que estéis aquí. ¿Qué os parece volver a la tele y expandiros entre otro público, que os pongan cara?’.
¿Os dio vértigo?
A.L.: Mogollón, da mucho vértigo pero a la vez es como esa adrenalina que nos exigimos los artistas y que nunca queremos que se vaya.
¿Os lo habíais planteado antes?
A.L.: Todos los años nos hemos planteado la posibilidad de presentarnos al Benidorm Fest, pero no veíamos nuestro proyecto muy claro. Casi no sabíamos ni quiénes éramos.
C.M.: Ya nos hemos conocido suficientemente como artistas, el proyecto Marlena, y esto es lo que queremos defender y presentar. Por eso este ha sido el año en que hemos tomado la decisión. Además, Vicco y Rayden fueron las personas que nos aconsejaron, nos hablaron de sus experiencias y a raíz de eso tomamos la decisión de lanzar la propuesta.
En ese momento, ¿os pusisteis a componer o ya teníais algún tema candidato?
A.L.: Teníamos un tema a medias, uno que iba a ser más romántico y dramático, y al final ha acabado siendo más veraniego y con buen rollo.
C.M.: No lo hicimos para el Benidorm Fest, lo escogimos después para mandarlo como propuesta y creo que eso es superpositivo porque esto es Marlena. Esta es una canción nuestra compuesta como parte de nuestro proyecto y esa es la parte superpositiva de llegar al Benidorm Fest no con algo pensado para venderte, sino para gustar desde nuestra esencia.
¿De qué manera os puede servir vuestra experiencia en ‘Factor X’ para afrontar el reto del Benidorm Fest?
A.L.: Sobre todo para el momento tele, con las cámaras… para saber movernos en el escenario y defender ahí nuestra propuesta y nuestra puesta en escena. Eso lo digo ahora muy tranquila, veremos luego cuando me suba en algún lado.
Habéis dicho que volvéis a la tele para lo bueno y para lo malo. ¿Qué tuvo de bueno y qué de malo esa experiencia en ‘Factor X’?
C.M.: Lo malo fue sentirte constantemente juzgada. También estás para eso, pero, para mí, esa fue una de las cosas más raras, la crítica no constructiva. Lo positivo fue el aprendizaje constante. En ese momento no teníamos un proyecto bien formado y éramos más pequeñas e inseguras, por eso esa parte fue una mala experiencia en ese momento.
¿Qué feedback habéis recibido sobre vuestra canción al enseñársela a personas de vuestro entorno?
C.M.: Amigos nuestros la han escuchado sin saber que nos habíamos presentado al Benidorm Fest, y les ha parecido un temazo.
A.L.: No sé si son bueno ojo juzgador, la verdad. A mi madre al principio no le entraba, pero luego, cuando sacamos el máster, dijo: ‘esto sí suena ya’.
C.M.: En general, en el equipo gusta mucho. Es muy pegadiza.
¿De qué habla la canción?
A.L.: Habla del ‘que sí, que no’ cuando conoces a alguien en verano. ‘¿Qué somos ahora en septiembre?’ Es un poco Danny Zuko en Grease.
En Italia tuvisteis una relación cercana con Måneskin, al participar en su misma edición de ‘X Factor’. ¿Habéis podido pedirles consejo?
A.L.: Es heavy porque hemos perdido todo el contacto con ellos, pero el recuerdo nos lo llevamos. Fueron las personas que mejor nos trataron en Italia, fueron como nuestros hermanos. Ellos querían aprender español y nosotras italiano porque no entendíamos ni papa.
C.M.: Nuestro nombre como grupo es por ellos, porque en muchas de sus canciones hacen referencia a una tal Marlena. En 2020 nos replanteamos nuestro proyecto y nació realmente Marlena, a raíz de empezar a componer canciones y de trabajar con nuestro equipo de RLM. Como nuestros orígenes fueron en X Factor Italia coincidiendo con Måneskin…
A.L.: Íbamos gritando como imbéciles cómo sonaba el nombre si de repente nos daban un premio. Y Marlena sonaba de puta madre.
¿Cómo os estáis preparando para la exposición que supone participar en el Benidorm Fest?
A.L.: De forma supernatural. Estamos acostumbradas, soy buena servidora de la crítica yo y convivo con ello muchísimo, pero creo que lo trataremos de la forma más normal y natural, siendo fieles a nosotras. Esto es lo que hay, estamos aquí por algo, y desde pequeña sé que no le puedes gustar a todo el mundo.
C.M.: Nuestro equipo, afortunadamente, ya ha trabajado con otros artistas que han vivido una experiencia similar, como Barei en su día, y van a estar ahí respaldando.
¿Qué expectativas tenéis con vuestra participación? Si algo han demostrado ediciones anteriores es que Eurovisión no es el único premio y hay otras muchas consecuencias buenas…
C.M.: Sería un regalo ganar el Benidorm Fest. Y en caso de no, ganar como proyecto, que el tema suene, tocar en festivales…
A.L.: Nosotras somos de mentalidad ganadora. Si vamos, vamos a ganar. Pero creo que va a haber un regalo por todas partes.
C.M.: Si no ganar como Blanca Paloma, marcarte un Nochentera y que tú proyecto de pronto impacte tan positivamente en toda España.
¿Tenéis algún referente eurovisivo?
A.L.: Llevamos enfocadas en Eurovisión los últimos cuatro años, en modo frikis. Antes no prestábamos mucha atención al festival, pero cuando participaron nuestros compañeros Måneskin y callaron bocas a todo el mundo fueron una referencia increíble. Aun sin haberles conocido, verles me excitó hasta a mí y soy lesbiana. Es otro rollo.
C.M.: Siempre hablamos mucho también de Duncan Laurence, ganador de Eurovisión 2019 con Arcade. Es muy referente, que de repente ganase una canción a piano fue muy guay.
¿Habéis descubierto a algún compañero de esta edición del Benidorm Fest que os haya gustado especialmente?
C.M.: Particularmente a Roger Padrós, quiero escucharle más. Hemos estado hablando de su tipo de música, y me apetece escuchar su proyecto. No le conocía tanto y para mí es un descubrimiento, es muy interesante.
¿Os veis dentro de 20-30 años haciendo música?
C.M.: Siempre decimos que ojalá ser referentes y artistas consagradas en el panorama musical. Queremos estar toda la vida dedicadas a la música…
A.L.: Y orgullosas de lo que hemos hecho.
¿Qué opina vuestro entorno de que os dediquéis a la música?
A.L.: Los papis siempre tienen ese punto de miedo porque es un mundo muy complicado. Y entiendo el punto de miedo, pero luego son los primeros que están ahí en todo. Son el máximo apoyo que tengo.
C.M.: La transición fue complicada. Nos conocimos estudiando la carrera y de repente nos fuimos a Italia a participar en X Factor. Yo tocaba la guitarra en grupos de amigos y Ana no cantaba nunca delante de nadie, así que fue romper con todo de repente. Realmente, los padres, con la boca pequeña, son los más fans.
¿Os acordáis del día que os conocisteis?
A.L.: Fue en casa de mi ex, ¡imagínate!
C.M.: Yo fui a esa casa con una amiga de la universidad, y nos conocimos ahí. De hecho, tenemos una foto de ese día.
A.L.: Y de ahí para siempre. La gente nos pregunta si somos pareja o hermanas, pero somos mejores amigas. Uña y carne.
Televisión
‘La Voz 2023’ eligió a sus cuatro finalistas y dejó a Malú fuera de la última gala

Se acerca el final de la décima edición de La Voz. El talent show de Antena 3 eligió anoche a los cuatro concursantes que se disputarán la victoria en la última gala de la temporada, que tendrá lugar la próxima semana.
Por el escenario fueron pasando los ochos semifinalistas que se habían ido ganando el cariño del público y los coaches. Elsa Tortonda y Phindile Felicia llegaban amparadas por Luis Fonsi; Pablo Verdeguer y Lucas Feliz contaban con el respaldo de Pablo López; Nereida Sanchón y Miguel Carrasco habían sido seleccionados por Antonio Orozco; y Larisa Rodríguez y Dária formaban parte del equipo de Malú.
Sólo cuatro de ellos podían clasificarse para la gala final, sólo aquellos que recibieran la máxima puntuación del público. Con sus llamadas telefónicas y sus votos en la web del programa, los espectadores premiaron el talento de Miguel, Nereida, Elsa y Pablo, a quienes veremos en el último espectáculo de la décima edición de La Voz.
Por lo tanto, Malú no estará representada en la gala final ya que ninguno de sus concursantes ha sido elegido por la audiencia. En cambio, Antonio Orozco consiguió colar a sus dos candidatos (Nereida y Miguel), y Luis Fonsi y Pablo López podrán animar a sus respectivos delegados, Elsa y Pablo.
La semifinal de La Voz contó con las actuaciones especiales de Niña Pastori, Abraham Mateo, Nil Moliner y Taburete. Los coaches también subieron al escenario para cantar con sus respectivos ‘alumnos’.
Televisión
Laura Londoño, tras ganar ‘MasterChef Celebrity España’ dejando todo en Colombia: “Estaría feliz de trabajar aquí”

Cuando hace unos meses empaquetó toda su vida en Colombia y puso rumbo a España junto a su familia, Laura Londoño no imaginaba estar una mañana de diciembre con el trofeo de MasterChef Celebrity 8 en sus manos. Un premio ganado a base de trabajo y autodeterminación, y que levantó por primera vez en la gran final del programa de La 1 que se emitió este jueves ante ante 1,2 millones de espectadores en prime time.
Todavía con la emoción del momento, la actriz explica qué le llevó a paralizar su carrera como actriz, en auge tras el éxito mundial de Café con aroma de mujer, por iniciarse en los fogones a kilómetros de casa. “Muchas veces en mi vida me veía viviendo aquí”, declara, al tiempo que confiesa que al embarcarse en ese “juego” tuvo “una dosis de valentía e ignorancia, porque no sabía dónde me estaba metiendo”.
Ahora, tras la exposición del talent show de TVE, Londoño cuenta cuáles son sus planes profesionales más inmediatos y aunque no desvela si le han llovido ofertas en producciones españolas a raíz de MasterChef, sí asegura que una de sus metas es hacer carrera en España: “Estoy disfrutando mucho esta ciudad y estaría feliz de trabajar más aquí. Vamos a ir viendo, seguramente van a salir cosas maravillosas más allá de lo que tengo ahora mismo”.
Tras protagonizar una serie de éxito mundial como Café con aroma de mujer te lloverían las ofertas. ¿Por qué decidiste parar por unos meses tu carrera como actriz para sumarte a esta aventura en un programa de entretenimiento, y en otro país?
Precisamente por todo eso que acabas de mencionar. Era una gran aventura y a mí me gustan las aventuras. Era un concurso y a mí me encanta jugar, con toda la seriedad con la que me tomo el juego, que es mi trabajo. Para mí la vida se trata de jugar y en el momento que dejamos de hacerlo ya estamos como viviendo horas extra. Es muy importante para mí en la vida no dejar de sorprenderme a mí misma, de descubrirme ante retos que no conozco, experiencias nuevas… Y España es un país que amo, que adoro, que he tenido la oportunidad de visitar otras veces y siempre he disfrutado enormemente, y muchas veces en mi vida me veía viviendo aquí. Ahora con mi familia era el paquete perfecto.
MasterChef es un formato que había visto, que había disfrutado y padecido como espectadora. Y hay una dosis de valentía, porque era un cambio muy grande, y también de ignorancia, porque aunque hubiera visto el formato algunas veces, ni siquiera el de España sino el de Colombia, no sabía dónde me estaba metiendo. Cuando dije ‘sí’ empecé a ver el programa y ahí me entraron los nervios infinitos. Entonces me puse a estudiar como loca y a entrenarme, con esa mira de venir a España a tener esta aventura con mi familia.
Cuando hiciste las maletas y te mudaste con tu familia a España por MasterChef, ¿cuáles eran tus expectativas?
Agradezco mucho a mi familia, y se lo decía durante el proceso, porque yo les dije que nos teníamos que embarcar en este viaje, con todo lo que eso implicaba, y me dijeron ‘listo, vamos’. Me preguntaron por cuánto tiempo y yo no tenía ni idea, podía ser poco y qué horror, ¡qué miedo! Podían echarme de MasterChef a la semana, pero como plan de familia decidimos que sí o sí nos íbamos a quedar dos meses. Y al final terminé haciendo el programa completo.
Cuando ya llegué al programa, por más que hubiéramos decidido quedarnos dos meses pasara lo que pasara, sabía lo que había significado para todos y para mí ese movimiento, y toda la energía que pusimos en hacerlo, que creo que por eso luché tanto para aprender de cero. No sabía cocinar nada, y no es una exageración: ¡nada! Y lo trabajé tanto para poder mantener esta aventura. Eso poco a poco me fue llevando a lo que vimos ayer: esa victoria que me hace sentir tan satisfecha, tan feliz y tan agradecida con ellos y conmigo.
Ahora indudablemente ha merecido la pena la apuesta, pero ¿en algún momento del programa dudaste de si habías tomado la decisión correcta dejándolo todo por MasterChef?
¡Claro! Quinientas veces. Pensaba ‘estoy loca, ¿a mí quién me manda? ¿por qué? ¿en qué me metí?’. Obviamente. Y no sólo esa duda, todo tipo de dudas. Siempre he sido una persona que duda un montón de sí misma, pero también tengo una autodeterminación tremenda. Es una mezcla rara. Y es verdad que veo el programa y no me veo como que dude tanto, pero por dentro soy un manojo de nervios, creo que todos son mejores que yo, que me van a ganar y que me van a echar en cualquier momento, que no sé qué estoy haciendo aquí… Y eso mismo me hace entrar en acción con esa determinación que tengo para estudiar más y más. Mi esposo me decía ‘Laura, tranquila, es un juego’. Así que sí, la duda siempre estuvo presente.
¿Crees que el hecho de ser un perfil nuevo en la televisión española ha jugado a tu favor, o has sentido que tenías que remar a contracorriente o que tenías desventaja respecto a tus compañeros?
Creo que las dos cosas. Esa frescura que mencionas la pude sentir en el comienzo del programa, que no sabía quién era nadie y no tenía ninguna idea preconcebida sobre mis compañeros. Eso creo que jugó a favor, porque venía más ligera de equipaje. Empecé de cero conociéndome genuinamente con todo el mundo, en las circunstancias en las que estábamos y no con lo que creía que alguien era o no era. Pero sí es verdad también que al venir de fuera a un entorno en el que todos se conocen entre sí, y ven que de no conocerme paso a ganar pruebas, también sentía eso.
Además, en un país en el que la gastronomía es tan enorme y tan maravillosa como lo es en España, veía que no eran mis sabores y tenía que replicar platos que nunca en mi vida había probado. No sabía a qué tenían que saber, no estaba en mi ADN. Eso era, obviamente, una desventaja desde ese lado para mí. Pero precisamente porque sentí esa desventaja desde el principio, que sabía que me iba a enfrentar a personas que cocinaban más que yo por esa tradición gastronómica, fue lo que me hizo estudiar tanto, ir a tantos restaurantes, tener tantos profesores y dedicarle tantas horas. Seguía creyendo que no estaba preparada y seguía preparándome hasta adquirir habilidades que me llevaron lejos.
Muchos espectadores veían claro un duelo contra Blanca Romero, que finalmente se quedó fuera de la final. ¿Tú también lo visualizabas? ¿Te habría gustado?
Me hubiera encantado. Me divertí mucho con Blanca, le decía que quería que llegásemos juntas a la final y ganásemos las dos. Me hubiera gustado mucho porque es una gran participante, una compañera, una amiga, una mujer muy divertida y la quiero mucho. Disfruté mucho con ella, y yo también me imaginé ese duelo.
A otros ganadores de MasterChef Celebrity, su paso por el programa les ha beneficiado profesionalmente al situarles en una posición mediática importante. ¿Cuál es tu objetivo tras ganar MasterChef? ¿Buscas hacer carrera en producciones de ficción españolas? ¿Has notado ya el impacto positivo en forma de ofertas?
Ahora estoy con el lanzamiento de Feroz, que es una marca de maquillaje que realmente lancé el año pasado en España aun sin saber que vendría a hacer MasterChef, ¡bendita coincidencia! Ahora estoy con ello más que nunca, abriendo puntos de venta. El maquillaje es como una herramienta que tenemos las mujeres en nuestro día a día y a mí me gusta compartir mi experiencia personal, de lo que ha significado para mí el hecho de conquistarme como mujer. No me sentía muy contenta con nuestra feminidad, porque sentía que era una desventaja, y a lo largo de los años he ido ganándome ese terreno. Es un proyecto muy especial para mí y es el que me tiene más anclada a España en este momento.
Ahora regreso a Bogotá dos meses a grabar la segunda y tercera temporada de Manes, que es una serie de Amazon Prime Video, una comedia romántica sobre cómo las mujeres vemos a los hombres en manada. Es muy divertida y muy linda. Y bueno, no sé. En España estoy feliz y encantada. Lo que más feliz me hace es ver a mis hijas felices aquí, estoy disfrutando mucho esta ciudad y estaría feliz de trabajar más aquí. Vamos a ir viendo, seguramente van a salir cosas maravillosas más allá de lo que tengo ahora mismo.
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