Pronto metió el miedo en el cuerpo a una Suiza a la que se le escapaban los balones cada vez más cerca de su portería. Así abrió la lata Lucía García, muy atenta en el centro del ataque tras un robo de ‘pilla’ de Mariona Caldentey –o un error garrafal de la guardameta helvética, que se confió intentando un pase a la izquierda en el interior del área–, que aguantó el cuero ante los intentos desesperados de la defensa suiza de recuperar la bola. Lucía García solo tuvo que empujarla para hacer el primero.

Suiza intentó reponerse con ataques rápidos, armando el contragolpe, pero España no le permitía entrar en el área. Varios disparos lejanos, un robo a Laia Aleixandri y un saque de esquina fueron lo más cerca que estuvo la Nati de devolver las tablas al marcador.

Nada hizo dudar a España, que en el descuento de la primera mitad, justo antes del descanso, asestó el segundo golpe. Esta vez fue obra de Aitana Bonmatí, que entró al área como una exhalación para poner el balón en la red con un remate acrobático de primeras a un centro desde la izquierda.