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Televisión

Óscar Higares, el actor que dejó el toreo: “En una profesión con tradición tan arraigada, yo era un tipo extraño”

Durante tres décadas Óscar Higares recibió aplausos desde el ruedo, hace 15 años empezó también a recibirlos a través de la pantalla, y tras cortarse la coleta hace más de una década, su trabajo con Enrique Urbizu en 2018 le impulsó a dejar incluso de torear en festivales y centrarse en la interpretación: “Desde Gigantes no volví a torear, ni a coger un capote ni una muleta más. No, ya está. Pasó esa etapa de mi vida, maravillosa, a la que le debo todo lo que soy”.

Desde entonces, el actor Óscar Higares ha dejado atrás al torero Óscar Higares, y responde a quienes se lo siguen llamando: “No os equivoquéis, si yo no toreo, no soy torero. Aquello ya pasó, y ahora es otra cosa”. Ahora interpreta, actúa, y paso a paso sigue cimentando una carrera que comenzó en Canal Sur y le ha llevado a series de calado como la propia GigantesLibertadEl Inmortal o Servir y Proteger; hasta llegar a un éxito como Entrevías, que este martes (22:50 horas) emite el quinto capítulo de su tercera temporada en Telecinco, con el actor destapándose una vez más como un villano de lujo encarnando al comisario Antonio Romero.

Como explica en esta entrevista, el camino para llegar a papeles tan grandes en proyectos tan consolidados no ha sido fácil. Su atrevimiento e inconformismo ya le salió caro como torero: “Yo he pagado las cosas. Cuando tú estás en una profesión con una tradición tan arraigada, yo era un tipo ‘extraño’ por todo”, y le provocó la etiqueta en el mundo de la interpretación: “Llegar a esta profesión viniendo de otra significa que eres ‘el torero’, y eso es muy duro también”.

Ahora que puede enumerar los proyectos interpretativos que enlaza, y que se ve preparado para ser incluso el protagonista, mantiene la receta que le ha llevado a ganarse el respeto también de su nueva profesión: “Tienes que ir haciéndote un hueco a base de trabajo, de profesionalidad, de respeto. Todo eso va desapareciendo a medida que tú vas dando la cara, y los demás dicen: oye, un respeto a este tío, que él respeta mucho”.

Tu reconversión de torero a actor sigue adelante, ahora con ‘Entrevías’, ¿cómo comenzó?

Empecé con Rocío, casi madre, y luego Ponme una nube, en Canal Sur. Yo irrumpo en el mundo de la interpretación por las casualidades de la vida, cuando hago el programa de monólogos El club de Flo, en laSexta. Yo estaba toreando, y me llamaron para ofrecérmelo, y gano ese concurso como monologuista. Ahí alguien ve un potencial en mí interesante, y me propone hacer una prueba en una serie, pero al estar toreando le dije que no sabía si podría compaginarlo. Me enviaron la separata, y me lo preparé. Yo soy un tío que, lo que hago, intento hacerlo bien. Conseguí el personaje, y empecé a trabajar en Canal Sur. Luego vinieron otras series, como Ellas y el sexo débil, que fue lo menos visto en el planeta Tierra [ríe], tuvo menos audiencia que un documental de la polinización en Australia, aunque ahora seguramente sería la hostia [ríe].

Hago muchas cosas, pero siempre tenía encima eso de “es el torero que ha hecho cosas en tele”. Y yo decía: joder… con el trabajo que me cuesta. A mí lo que me posiciona en el universo de la interpretación es Enrique Urbizu con Caracaballo en Gigantes, con el maestro José Coronado. Es lo que hace que ya no sólo el público, sino los directores de casting, directores y guionistas me tomen en serio y digan: oye, este tío hace las cosas bien.

¿Ha habido una preparación para lograr llegar a ese punto?

Sí, aquí no hay nada sin preparación. Y puede venir de formas muy diversas, no tienes que ir a una escuela de interpretación para interpretar, sino dar cursos, yo que soy un tío muy tímido que pasa mucha vergüenza a la hora de hacer cosas cara al público siempre busco hacerlo un poco en la sombra… toda esa preparación y ese trabajo al final se ve reflejado en la interpretación de los personajes. Y llegar otra vez con el maestro Coronado a Entrevías, un producto tan consolidado, con tanta fuerza, con un equipo y un engranaje que funciona a la perfección… hostias, te da un poco de vértigo. Dices: tengo que coger el ritmo, esto es una carrera de 40 kilómetros en la que ya llevan 25 kilómetros corridos, y ahora llegas tú y te sueltan allí. Así que coge el ritmo de los otros y no lo pierdas.

¿Y lo has cogido, no? Ya te hemos visto en otros proyectos de calado como ‘El Inmortal’.

Claro. La ficción española está en otro estado, y son proyectos muy buenos.

Por preguntártelo de otra forma, ¿crees que ya eres ‘Óscar Higares el actor’, y no ‘Óscar Higares el torero que hace cosas en tele?

Pues hay una cosa muy curiosa. Me está pasando muchas veces que vienen un padre y una hija, o una madre y un hijo, y te dicen: “Mi padre o madre dicen que eres torero, y yo les digo que eres actor”. Claro, es que yo llevo más de una década retirado, y hay toda una generación, todos esos chavales que tienen 18-19 años, que me han visto en la tele en personajes y nada más. Y los padres me han visto torear, porque he tenido 30 años de profesión en los ruedos. Y desde que empecé en la interpretación, llevo ya 15-16 años. Luisa Martín, que yo empecé con ella y siempre hablábamos de la preparación, me decía que llegará un momento en el que nadie sepa que yo fui torero.

Eso sería bueno, querría decir que tu carrera interpretativa ha seguido.

Por supuesto. A mí la gente cuando me sigue diciendo que soy torero, les respondo: no os equivoquéis, si yo no toreo, no soy torero. Esto es como decir que Zidane es el entrenador, no el exjugador. Aquello ya pasó, y ahora es otra cosa. Hay gente que se molesta cuando me ponen “extorero”, pero es que yo ahora soy actor.

¿En estos 10 años retirado has tenido ofertas para volver, y has decidido centrarte en la interpretación?

Claro, he decidido que no. Que no voy a volver. Y además, yo toreaba festivales y tal, pero desde Gigantes no volví a torear, ni a coger un capote ni una muleta más. No, ya está. Pasó esa etapa de mi vida, maravillosa, a la que le debo todo lo que yo soy. Porque yo llego aquí porque estoy en ese programa, y no hubiese estado si no soy torero. Si hubiera sido otra cosa, nadie me habría llamado. La vida te va llevando a cosas, y es maravilloso poder reinventarse, hacer otra cosa, tener muchas vidas en una vida. Aunque a la gente le cuesta mucho trabajo, porque no entienden que seas capaz de hacer varias cosas en tu vida. A mí me parece maravilloso.

Yo cuando estoy en la cama viendo La Voz, y de repente un tipo que canta como los ángeles dice que es cajero de un banco… es que eso es maravilloso. Y lo mismo dentro de cuatro años le vemos dando conciertos. ¿Por qué? Porque ha decidido que él tiene capacidad para hacer otra cosa, y no tienes que conformarte. En esta vida, conformarse es de cobardes.

En el caso de los toreros, como los futbolistas, llega una edad que sois jóvenes pero tenéis que retiraros y tener un plan B. ¿Tú tenías un plan B?

Nunca, qué va. No tuve un plan B. Yo he pagado las cosas. Cuando tú estás en una profesión que es muy celosa de ella, con una tradición tan arraigada, y yo era un tipo que era “extraño” en la profesión por todo, por mi forma de vestir, por mi forma de hacer, por mi forma de expresarme… A mí me llamaban para hacer un desfile en Cibeles, y lo hacía. Porque me divertía, y porque me ponía en una pasarela y era como cualquier otro modelo, no era un mamarracho que iba por ahí. Yo pensaba: ¿Por qué no puedo hacer esto, si me divierte? ¿Por qué no puedo hacer una serie? Todo por el miedo de “joder, es que van a decir”… Dejé de hacer muchas cosas, y me criticaron por otras muchas. Y lo sufres en los dos sitios. Porque también llegar a esta profesión viniendo de otra significa que eres “el torero”. Eso es muy duro también, y tienes que ir haciéndote un hueco a base de trabajo, de profesionalidad, de respeto… Yo respeto profundamente cada sitio donde llego.

¿Seguías siendo “el torero” incluso dentro de los directores, los productores…?

Es que es una cosa lógica y normal. Si tú no eres conocido, seguramente el 90% de los actores que empiezan tienen otra profesión, cualquiera, para ganarse la vida. Pero no es cara al público, no es conocida. Entonces no eres “el fontanero”, “el repartidor”, “el que trabajaba en”. Es normal, porque yo sí tenía esa profesión, que fuera “el torero”. Pero todo eso va desapareciendo a medida que tú vas dando la cara, y los demás dicen: oye, un respeto a este tío, que él respeta mucho.

¿Y en esta evolución, te vamos a ver como protagonista? ¿Te ha llegado ya algún proyecto?

De momento no me ha llegado ningún proyecto para ser protagonista, todos son secundarios con peso en todas las tramas. Yo creo que este personaje de Romero para Entrevías va a ser muy heavy… me tengo que preparar, porque luego la gente no diferencia entre realidad y la ficción, y es muy hijo de puta. Cuando estaba en Servir y Proteger, justo antes de empezar con Entrevías, hacía un personaje que era muy malo también, y la gente me odiaba. Les tenía que decir: señora, que eso es mentira, que no soy yo. Que yo no me he follado a mi cuñada [ríe]. Y con Antonio Romero ojo, porque ahí hay una guerra encarnizada con Ezequiel [el papel de Luis Zahera], que es todo lo contrario, un malo tan querido, porque hay malos queridos y malos odiados; que va a haber ese contrapunto. Pero yo estoy abierto a todo.

¿Y te ves preparado para dar ese salto a protagonista?

Sí. Pero esto es como todo, al final es el camino, y se va haciendo. A mí me gusta dónde estoy. Ahora mismo estoy en dos proyectos, compaginando dos series: estoy en una ficción para Disney, y grabando la cuarta temporada de Entrevías. Y nada más terminar, empiezo una para HBO, que es un proyectazo de maravilla que todavía no se sabe, por eso no digo nada. Otro reto increíble, porque hay bastantes cosas en inglés y yo no hablo una palabra, y mi personaje y mi trama tienen bastante chicha.

¿Hacer de malo es divertido?

Es muy divertido. De hecho, la otra que estoy rodando mi personaje no es malo, y estoy como desubicado [ríe]. Ya cuando llegué a la prueba de vestuario, cuando vi la ropa de los demás y la mía, dije: ¡No me jodas! ¿En serio tengo que ir así vestido? Estoy afeitado, repeinado… y me dicen que es que es el único tío normal. Yo les pregunté si no había alguno que no fuera normal para mí [ríe]. Los malos me divierten mucho, permiten muchas cosas.

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Televisión

Muere Mariano Ozores a los 98 años tras una larga enfermedad

El director y guionista Mariano Ozores, Goya de Honor 2016, fallece en Madrid a los 98 años. Miembro de una saga de cómicos, hermano de Antonio y José Luis Ozores, y tío de Adriana y Emma, sus casi 100 películas le convirtieron en uno de los cineastas más exitosos de la España de los 70 y 80.

Su carrera catapultó a la fama a artistas de la época como José Luis López Vázquez, Florinda Chico, Juanito Navarro, Gracita Morales, Alfredo Landa, Lina Morgan y, por supuesto, Andrés Pajares y Fernando Esteso.

Retirado desde 1992, se declaró inmensamente feliz tras recibir la llamada en 2016 del presidente de la Acadamia, Antonio Resines, encargado de anunciarle el galardón. «Uno puede pensar, muy tímidamente, que lo tenía merecido, pero el día que llega a uno le viene una alegría sin límites. La sorpresa, de todos modos, siempre es enorme cuando ocurre algo tan estupendo por haber tenido el inmenso orgullo de haber hecho casi un centenar de comedias». Y añadió que «aunque las críticas a mis películas nunca han sido buenas, me quedo con que el público siempre ha estado a mi favor. Ese ha sido mi verdadero lo gro: haber mantenido la risa en las salas de cine españolas es una satisfacción que hoy no puede quitarme nadie».

Se hacía así justicia con un realizador imprescindible para entender la comedia popular española, un guionista y director incansable que, junto a su hermano Antonio, estrenó títulos que abarron salas de cine antes de convertirse en films a los que se le dió la espalda durante décadas.

Suyos son títulos como ‘Objetivo: BI-KI-NI’ (1968), ‘¡Cómo está el servicio!’ (1968), ‘Manolo, la nuit’ (1973), ‘Jenaro, el de los 14’ (1974), ‘El calzonazos’ (1974), ‘Es peligroso casarse a los 60’ (1980), ‘El liguero mágico’ (1980), ‘Cristóbal Colón, de oficio… descubridor’ (1982), ‘¡Que vienen los socialistas!’ (1982), ‘La loca historia de los tres mosqueteros’, (1983), ‘Al este del oeste’ (1984) y la hilarante ‘¡No hija, no!’ (1987), sin duda, algunas de las mejores comedias españolas de la historia.

En su filmografía destacan además las nueve míticas películas de Pajares y Esteso, pareja de oro desde que estrenasen la imprescindible ‘Los bingueros’ (1979) y que volvió a conseguir taquillas repletas con ‘Los energéticos’ (1979), ‘Yo hice a Roque III’ (1980), ‘Los liantes’ (1981), ‘Los chulos’ (1981), ‘Todos al suelo’ (1982), ‘Padre no hay más que dos’ (1982), ‘Agítese antes de usarla’ (1983) y ‘La Lola nos lleva al huerto’ (1984).

La ecuación entre malas críticas y buenas recaudaciones se invirtió una vez en su filmografía, con ‘La hora incógnita’ (1963), un drama prenuclear de fantaterror ibérico que quiso titular ‘Dios eligió sus viajeros’, «pero no me dejaron meter a Dios en el título, decían que no era rentable». De aquella experiencia, una ruina económica con la que tuvo sus mejores críticas, aprendió «que no hace falta invertir mucho dinero en una película. Hay que ser ingenioso. No hice películas caras y desde luego no perdíamos el tiempo», en alusión a que rodaba incesantemente, un promedio de cuatro películas al año, rodajes de cuatro semanas, sin sonido directo, en los que aprovechaba los descansos para ir escribiendo el guion de la siguiente.

Fuente: Fotogramas.

Ricardo Rosado.

 

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Televisión

‘Reacción en cadena’ dice adiós a Telecinco: el concurso de Ion Aramendi ya tiene sustituto en las tardes

Telecinco baja la persiana de Reacción en cadena. Mediaset España ha decidido cancelar de forma definitiva el concurso de Ion Aramendi debido a sus malos datos de audiencia en la tarde. El formato había pasado de ser la oferta más atractiva de la franja a la menos competitiva tras la salida de los Mozos de Arousa.

Hace menos de un mes, de hecho, el propio Aramendi anunciaba a los espectadores un giro radical de la mecánica del programa, que tenía el claro objetivo de revitalizar las audiencias. «En nada estrenaremos nueva imagen, nuevas pruebas y nuevos juegos que son supersencillos y divertidos», dijo.

Pero esta cancelación, adelantada por Informalia, también busca remontar los datos del informativo de Carlos Franganillo. Y es que, Reacción en cadena estaba lastrando seriamente al noticiero de Telecinco, que se mantiene tercero.

Por este motivo, el grupo con sede en Fuencarral ya trabaja en el que será su sustituto. Se trata de Agárrate al asiento, la adaptación española del concurso francés Tout le monde veut prendre sa place.

Distribuido por Can’t Stop Media, la producción también correrá a cargo de Bulldog TV, que es la compañía que estaba detrás de Reacción en cadena. Y, aunque todavía no se ha confirmado, todo apunta a que Aramendi se pondrá al frente de Agárrate al asiento.

Como ocurrió con El diario de Jorge, el programa se pondrá en marcha en verano, una etapa que suele ser propicia para poner en marcha nuevos formatos y hacer que lleguen consolidados a septiembre, en el inicio del curso.

El adiós a Reacción en cadena supone otro movimiento más de Alberto Carullo, director de contenidos de Telecinco desde comienzos de año. Recordemos que su primera decisión fue llevar de vuelta a Ana Rosa a las mañanas. Después, volteó las franjas de Tardear y El diario de Jorge.

Precisamente, el talk show que presenta Jorge Javier mejoró sus audiencias con su nuevo horario. El programa de Boomerang TV fue renovado por una tanda de 92 entregas, justo el día después de ganar a sus excompañeros de Sálvame, cuando estrenaron en La 1 La familia de la tele.

Ahora está por ver qué ocurrirá con Tardear. El magacín de Unicorn Content presentado por Verónica Dulanto y Frank Blanco está en la cuerda floja porque sus audiencias son muy discretas en la sobremesa. Muy lejos de Sueños de libertad, al menos puede presumir de ganar al primer bloque del programa de La 1.

‘Agárrate al asiento’: mecánica

Agárrate al asiento no lo tendrá nada fácil en Telecinco porque, al igual que Reacción en cadena, tendrá que competir contra Pasapalabra. El concurso que pilota Roberto Leal juega en otra liga, con audiencias que doblan los datos que registra el canal de Mediaset a esa hora.

Diariamente, seis concursantes compiten en dos rondas para convertirse en el retador y obtener el derecho a enfrentarse al actual campeón para obligarlo a levantarse de su asiento.

Los concursantes deben responder preguntas y obtendrán puntos en función de su nivel de dificultad: 1 punto si juegan con 2 respuestas posibles; 3 puntos si juegan con 4 opciones; 5 puntos si juegan sin respuestas posibles.

En la final, el retador del día se enfrenta al campeón. Primero juegan con un tema elegido por este último. Después, el campeón juega con su tema favorito. El que obtenga la puntuación más alta gana.

Fuente: El Español.

Marco Almodóvar.

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Televisión

El entorno de Melody, alto y claro en ‘Y ahora Sonsoles’: «Sí, está enfadada. Ojalá no hubiese ganado el Benidorm Fest»

La rutina de Melody después de su participación en Eurovisión 2025 es cada vez más complicada. Tras su regreso a España, El programa de Ana Rosa logró captar sus primeras declaraciones a pie de calle, justo en la puerta de su casa. Desde entonces, la cantante ha optado por no volver a salir y permanecer en casa descansando, al menos hasta que tenga lugar la esperada rueda de prensa en la que abordará todos los temas relacionados con su paso por el festival europeo.

Mientras tanto, los programas de televisión continúan haciéndose eco de las declaraciones de familiares, amigos y personas cercanas a la artista sevillana. Algunos de esos testimonios han llegado a espacios como Y ahora Sonsoles, presentado por Sonsoles Ónega en la sobremesa de Antena 3. Si el pasado lunes, 19 de mayo, fue su tío quien intervino en directo, este martes, 20 de mayo, han sido sus tías quienes han acudido al plató para mostrar su apoyo a Melody.

Antes de dar paso a las familiares, la presentadora cedió la palabra a la periodista Lorena Vázquez, quien aseguró tener información clave del entorno de la cantante que podría arrojar luz sobre su supuesto enfado, tras el discreto puesto 24 obtenido en la final de Eurovisión.

«Estoy hablando con uno de sus amigos, y me está contando cosas que no sabía», comenzó diciendo Vázquez. «Me asegura que Melody sí está enfadada, pero que su malestar viene de lejos y está directamente relacionado con la organización. Todo comenzó semanas antes de su actuación», explicó la colaboradora.

El conflicto, según el entorno de la artista, estaría vinculado con la falta de libertad creativa en el proceso de preparación del espectáculo. «No pudo elegir a sus bailarines y se le impuso cantar una versión de la canción que no era su favorita», añadió Vázquez. Incluso Sonsoles Ónega reforzó esta información señalando, con el respaldo de Mikel Hennet, que «a veces obligan a los artistas a interpretar la versión que quiere la organización».

Pero lo más revelador llegó al final de la intervención de Lorena Vázquez. «Semanas antes de su actuación en Basilea, Melody confesaba a sus familiares y amigos que se sentía fiscalizada y que, incluso, había llegado a decir que ojalá no hubiera ganado el Benidorm Fest», afirmó la periodista.

Estas palabras no hacen más que confirmar el malestar generalizado en torno a su candidatura, tanto por parte de la propia Melody como de su entorno más cercano. La rueda de prensa anunciada (sin fecha) podría ser clave para entender todo lo que ha ocurrido tras bambalinas en la candidatura española a Eurovisión 2025.

Fuente: El Español.

John Reyes.

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