Salinas, no en vano, ya estuvo en esta labor en 2016 en la autonómica vasca, y en 2008 fue uno de los Supervivientes de Telecinco. Él lo tiene claro. Las cicatrices, algunas difíciles de ver (los que estuvimos en el FesTVal de Vitoria con ellos podemos dar fe, pues nos enseñaron fotos nada agradables), forman parte del crecimiento que aporta este reality extremo: “Porque la vida son retos, metas”, afirma.