Ciencias y Nuevas Tecnologías
La cueva que guarda los secretos del viaje de los primeros humanos desde África hasta Australia
Tam Pà Ling es un yacimiento en el norte de Laos donde poblaciones de Homo sapiens vivieron durante más de 56.000 años.
¿Cuál es la conexión entre un fósil encontrado en una cueva en el norte de Laos con herramientas de piedra de hace miles de años halladas en el norte de Australia?: uno de los primeros viajes (y uno de los más largos) de la humanidad. Cuando nuestros primeros ancestros Homo sapiens llegaron por primera vez al sudeste asiático en su camino desde África, haciendo un alto antes de acabar en Australia, dejaron pruebas de su presencia en forma de fósiles que se acumularon durante miles de años en lo profundo de una cueva.
En concreto, en la cueva Tam Pà Ling, en el norte de Laos, donde se han encontrado pruebas que no dan lugar a dudas de que los humanos modernos se extendieron desde África a través de Arabia y Asia mucho antes de lo que se pensaba. También confirma que nuestros antepasados no solo siguieron costas e islas, y que se adentraron en los continentes, viajando a través de regiones boscosas, probablemente también a lo largo de los valles de los ríos. Después, algunos se trasladaron a través del sudeste asiático para convertirse en las primeras personas que pisaron Australia y construyeron aquellas herramientas que milenios más tarde encontramos sus descendientes.
«Tam Pà Ling juega un papel clave en la historia de la migración humana moderna a través de Asia, pero su importancia y valor apenas hemos empezado a reconocerla», explica el paleoantropólogo de la Universidad de Copenhague Fabrice Demeter, uno de los autores principales del artículo. Junto a su equipo, participaron tres universidades australianas: la Universidad Macquarie y la Universidad Southern Cross, quienes fecharon muestras usando múltiples técnicas; y la Universidad de Flinders, que fue la encargada de analizar el sedimento de la cueva, depositado en distintas capas durante decenas de miles de años.
Una cueva sorprendente y polémica
Desde la primera excavación y el descubrimiento de un cráneo y una mandíbula en 2009, la cueva ha sido polémica. Las pruebas de los primeros viajes de la Humanidad desde África al sudeste asiático generalmente se han encontrado en ubicaciones insulares, como Sumatra, Filipinas y Borneo. Sin embargo, Tam Pà Ling, un yacimiento de cuevas en las tierras altas, a más de 300 kilómetros de distancia del mar, en el norte de Laos, fue la excepción. Porque el hallazgo del cráneo y la mandíbula situaban al Homo sapiens allí, pero ¿cuándo había estado?
La pregunta fue difícil de contestar. Los fósiles humanos no se podían datar directamente, ya que el yacimiento es un área de Patrimonio Mundial y los fósiles están protegidos por la ley de Laos. Además, se suma el añadido de que se han encontrado muy pocos huesos de animales o decoraciones dentro de la cueva y, los que hay, son demasiado antiguos para la datación por radiocarbono.
Por eso se recurrió a la datación por luminiscencia: basada en la propiedad que poseen ciertos minerales (cuarzo y feldespato) de acumular cargas eléctricas en su estructura mineral y de liberar esas cargas en energía lumínica al someterlas a un estímulo exterior, los materiales de esta cueva pueden ser fechados siempre y cuando la luz no los haya tocado. Concretamente, se aplicó esta técnica en los sedimentos de las tumbas fósiles. Estas técnicas arrojaron una edad mínima de 46.000 años, una cronología acorde con el momento esperado de la llegada del Homo sapiens al sudeste asiático. Pero el descubrimiento no terminó aquí.
Desde 2010 hasta 2023, las excavaciones anuales (retrasadas por tres años de confinamiento) revelaron cada vez más pruebas de que el Homo sapiens había pasado de camino a Australia. Se encontraron siete piezas de esqueleto humano a intervalos a través de 4,5 metros de sedimento, empujando la línea de tiempo potencial muy atrás en los reinos de las primeras migraciones de Homo sapiens a esta región.
Inventando formas de sacar información
Los retos no acabaron ahí. Para encontrar más información, también utilizaron la datación por series de uranio (alternativa a la datación por carbono), utilizando una punta de estalactita que había sido enterrada en sedimentos. Por otro lado, se fecharon dos dientes de bóvidos completos con técnicas de datación por resonancia.
«La datación directa de los restos fósiles confirmó la secuencia de edad obtenida por luminiscencia, lo que nos permitió proponer una cronología completa y segura para la presencia de Homo sapiens en Tam Pà Ling», afirma el profesor asociado de geocronología de la Universidad Southern Cross, Renaud Joannes-Boyau.
El equipo también analizó los sedimentos para evaluar el origen de los fósiles usando micromorfología, una técnica que examina estos restos bajo un microscopio para establecer la integridad de las capas. Este componente clave de la nueva cronología ayudó a establecer que hubo una acumulación constante de capas sedimentarias durante un largo período.
«Lejos de reflejar un vertedero efímero de sedimentos, el yacimiento representa una pila de sedimentos depositada de forma constante y estacional», explica el profesor asociado de geoarqueólogo de la Universidad de Flinders, Mike Morley.
Presencia humana en las cuevas por más de 56.000 años
Todos los análisis revelaron que la presencia humana se extendió en la zona durante más de 56.000 años. Además, la edad del fósil más baja (encontrada a siete metros de profundidad), un fragmento de un hueso de la pierna, proporciona una línea de tiempo para la llegada del hombre moderno a esta región hace entre 86.000 y 68.000 años. «Esto retrasa el tiempo de llegada al sudeste asiático continental en aproximadamente 40.000 años», señalan los autores. Aunque, según la genética, estas primeras migraciones no contribuyeron significativamente a nuestras poblaciones modernas.
La cueva Tam Pà Ling está, a su vez, muy cerca de la cueva Cobra, recientemente descubierta y que fue frecuentada por los denisovanos aproximadamente 70.000 años antes. A pesar de la falta de pruebas previas sobre de una llegada temprana al sudeste asiático continental, esta área podría ser una ruta de dispersión utilizada anteriormente entre nuestros antepasados, mucho antes que el Homo sapiens. Por lo que todo parece indicar que los yacimientos del sudeste asiático nos darán, en los próximos años, muchas sorpresas.
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Científicos crean un plástico totalmente biodegradable que se descompone en el mar
Gran descubrimiento para el medio ambiente. Un grupo de científicos japoneses han creado un plástico que se descompone completamente con agua de mar. Es totalmente biodegradable, y podría reducir la contaminación por microplásticos que se acumula en mares y océanos. El trabajo ha sido publicado en la revista ‘Science’ y ha sido liderado por investigadores dirigidos por Takuzo Aida en el Centro RIKEN para la Ciencia de la Materia Emergente (CEMS).
Hablamos de un plástico reciclable y totalmente degradable en los océanos. Es duradero y no contaminará nuestros océanos. El material es tan fuerte como los plásticos convencionales y biodegradable. Se descompone en el mar. Científicos buscaban desarrollar materiales seguros y sostenibles que puedan reemplazar a los tradicionales nada sostenibles y dañinos para el medio ambiente.
Aunque existen algunos plásticos reciclables y biodegradables, sigue existiendo un gran problema. Los actuales biodegradables acaban en el océano y no se pueden degradar. Esto provoca que los microplásticos dañen la vida marina. Este equipo de investigadores se han centrado en resolver el problema con plásticos supramoleculares, polímeros con estructuras unidas por interacciones reversibles.
Los nuevos plásticos han sido fabricados combinando dos monómeros iónicos que forman puentes salinos reticulados, que proporcionan resistencia y flexibilidad. Estos materiales no son tóxicos ni inflamables, es decir, no emiten CO2, y pueden remodelarse a temperaturas superiores a 120 grados como otros termoplásticos.
En las pruebas iniciales, uno de los monómeros era un aditivo alimentario común llamado hexametafosfato de sodio y el otro, cualquiera de varios monómeros basados en iones de guanidinio. Ambos pueden ser metabolizados por bacterias, lo que garantiza la biodegradabilidad una vez que el plástico se disuelve en sus componentes.
«Si bien se pensaba que la naturaleza reversible de los enlaces en los plásticos supramoleculares los hacía débiles e inestables, nuestros nuevos materiales son exactamente lo opuesto», apunta el líder del trabajo. Los nuevos plásticos no son tóxicos ni inflamables, lo que significa que no emiten CO2, y pueden remodelarse a temperaturas superiores a 120 grados, como otros termoplásticos. Además, se pueden personalizar según las necesidades y resisten los arañazos.
«Con este nuevo material, hemos creado una nueva familia de plásticos que son fuertes, estables, reciclables, pueden cumplir múltiples funciones y, lo que es más importante, no generan microplásticos», concluye Takuzo Aida.
Fuente: Antena 3 Noticias.
Luis Alcantud.
Ciencias y Nuevas Tecnologías
La acuicultura y sus comunidades cercanas: la alianza que garantiza pescado para todos
En un mundo en el que el acceso a alimentos sostenibles y de calidad comporta un gran desafío, la acuicultura se ha erigido como una pieza fundamental para asegurar el suministro de pescado para todos. Con todo, más allá de su contribución a la producción de alimentos, la acuicultura también desempeña un papel esencial en la revitalización de las economías locales, en el mantenimiento de tradiciones y en el fortalecimiento del tejido social de muchas comunidades rurales y litorales de nuestro país.
Un ejemplo vivo de esto es Carnota, una localidad gallega que ha encontrado en la acuicultura una fuente de esperanza y prosperidad para sus habitantes.
CARNOTA: UNA COMUNIDAD QUE RESPIRA CON EL MAR
La importancia de la acuicultura radica no solo en el hecho de que asegura pescado para todos, sino en que se convierte en un medio de subsistencia y arraigo para muchos pueblos que, de otro modo, se verían amenazados por la despoblación y el abandono. Es el caso de Carnota, un municipio situado en el suroeste de la provincia de A Coruña.
Con sus 25 kilómetros de costa, el mar siempre ha sido el motor económico de esta región, moldeando la vida de sus habitantes durante generaciones. Pero, con el transcurrir del tiempo, las oportunidades vinculadas a la pesca tradicional se han ido reduciendo, lo que ha obligado a muchos a plantearse la migración en busca de mejores oportunidades.
Sin embargo, la acuicultura llegó a Carnota para cambiar esta narrativa. El sector acuícola en Galicia ha impulsado el cultivo de rodaballo y lenguado de forma extraordinaria, alcanzando una capacidad de 5.700 y 1.570 toneladas anuales respectivamente de estas especies, a la vez que ha empleado a cientos de personas, siendo en algunos casos la acuicultura el único empleador de la zona. Así, muchas familias que antes se veían obligadas a abandonar sus municipios han encontrado en esta actividad una razón para quedarse.
Además, el empleo generado por la acuicultura no se limita a trabajos manuales o de producción. En Carnota, este sector ha fomentado la formación y especialización de trabajadores en áreas como la biología marina, la gestión medioambiental y la tecnología aplicada a la acuicultura. Este proceso de capacitación ha permitido que muchos jóvenes puedan desarrollar una carrera profesional en su propia comunidad, evitando tener que trasladarse a grandes ciudades para encontrar empleo cualificado.
Las oportunidades que trae la acuicultura a estas comunidades donde se desarrolla se han traducido en un efecto dominó en toda la comunidad. Los comercios locales ven aumentar sus ventas gracias al poder adquisitivo de los trabajadores acuícolas y sus familias, y los servicios como escuelas y centros de salud se han mantenido activos y han mejorado gracias a una población que, lejos de decrecer, se ha consolidado.
En el caso de Carnota, las colaboraciones también se extienden a actividades deportivas y culturales. Por ejemplo, la asociación Canle, fundada en 1992 por un grupo de vecinos de Carnota, organiza de forma regular eventos como la Carreira a Pé, que se celebra cada agosto combinando deporte y festividad, y que culmina con una tradicional sardiñada. Además, la asociación realiza proyecciones de cine, exposiciones y jornadas relacionadas con la vida marítima, como las Xornadas de Andar ao Mar, que buscan mantener vivas las tradiciones pesqueras locales, incluyendo la construcción y preservación de embarcaciones tradicionales como la lancha xeiteira.
TECNOLOGÍA PARA LA SOSTENIBILIDAD
Uno de los grandes retos de la acuicultura ha sido siempre compatibilizar el crecimiento productivo con la sostenibilidad medioambiental. Las instalaciones acuícolas han implementado tecnologías de flujo continuo abierto, que permiten que el agua circule de manera constante, minimizando el impacto en el entorno. El agua que entra y sale de las instalaciones pasa por un proceso de filtrado natural que contribuye a mejorar la calidad del ecosistema local.
La cercanía de los viveros de Carnota con la Reserva Marina de Interés Pesquero de Os Miñarzos es un ejemplo de cómo la acuicultura puede convivir en armonía con el medio ambiente. En la zona de salida de las aguas de los viveros, se ha observado un aumento en la biodiversidad marina, con especies de alto valor comercial como el pulpo o las nécoras, beneficiándose de las condiciones creadas por la actividad acuícola. Los pescadores locales, que también gestionan la reserva junto con la Xunta de Galicia, son los primeros en defender la coexistencia de la acuicultura y la pesca tradicional, conscientes de que ambas actividades se complementan y garantizan la sostenibilidad del ecosistema.
EL FUTURO DE LA ACUICULTURA Y LAS COMUNIDADES LOCALES
El caso de Carnota es un ejemplo paradigmático de cómo la acuicultura puede ser un factor de desarrollo para muchas comunidades tanto costeras como de interior que se enfrentan al gran reto de la despoblación. Gracias a esta actividad, es posible asegurar una fuente sostenible de pescado para todos, sin poner en riesgo los recursos naturales ni la biodiversidad. Pero, como se ha demostrado en Carnota, la acuicultura no podría existir sin el apoyo de las comunidades locales que la acogen y la hacen suya.
Sin la implicación y la colaboración de los habitantes de estas localidades, sería imposible que esta actividad prosperase. Es un modelo de simbiosis donde ambas partes se benefician: las comunidades encuentran en la acuicultura una fuente de empleo y desarrollo económico, mientras que la acuicultura encuentra en las comunidades el entorno idóneo para prosperar. Sin acuicultura no habría pescado para todos, pero tampoco lo habría sin aquellas comunidades que la acogen y la apoyan. Es una relación de dependencia mutua que, bien gestionada, tiene el potencial de transformar el futuro de muchas zonas rurales que, como Carnota, miran al mar como su principal fuente de vida.
El futuro de la acuicultura pasa por seguir innovando en tecnologías sostenibles y por fortalecer los lazos con las comunidades locales. La participación activa de los vecinos en la toma de decisiones, la creación de empleo cualificado y la promoción de iniciativas culturales y educativas son aspectos clave para garantizar que la acuicultura siga siendo un motor de desarrollo y bienestar para todos.
Fuente: National Geographic España.
Ciencias y Nuevas Tecnologías
Un calamar gigante de 10 metros aparece en la playa de Llanes, Asturias, causando asombro entre los expertos
Un calamar gigante de la especie Architeuthis Dux, de aproximadamente 10 metros de longitud, ha sido descubierto este viernes en la playa de El Sablón, en Llanes. El insólito hallazgo ha generado expectación entre científicos y curiosos que se acercaron al lugar para observar de cerca a este habitante de las profundidades marinas. Según informaron las autoridades locales, el espécimen fue localizado por los servicios de limpieza del municipio, quienes dieron aviso a las autoridades medioambientales del Principado de Asturias.
Difícil de ver en su hábitat natural
El Architeuthis Dux, popularmente conocido como ‘calamar gigante’, es una criatura extremadamente difícil de observar en su hábitat natural. Según explica a El País Luis Laria, presidente de la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas, se trata de un evento muy poco frecuente. “Estos animales viven en las grandes profundidades del océano, en zonas como la sima de Carrandi frente a la costa asturiana, lo que hace excepcional el que aparezcan varados en playas como esta”, señaló Laria.
Puede alcanzar hasta los 17 metros y los 300 kilos
El calamar gigante ha sido comparado con los famosos ‘kraken’ de la mitología escandinava, criaturas marinas que, según las leyendas, eran capaces de hundir barcos enteros con sus gigantescos tentáculos. Sin embargo, en la realidad, estos cefalópodos son relativamente inofensivos para los humanos, aunque no aptos para el consumo debido al alto contenido de amoniaco en su masa muscular, lo que los convierte en tóxicos, tal y como subraya Laria. “Este animal puede alcanzar hasta los 17 metros de largo y pesar más de 300 kilos, lo que lo hace una de las especies de calamares más grandes del planeta”, añadió el experto.
21 ejemplares conservados por la Cepesma
El mar Cantábrico es uno de los pocos lugares del mundo donde es más probable encontrar a estos colosos marinos. De hecho, de los 21 ejemplares conservados por la Cepesma, la mayoría han sido hallados en estas aguas, lo que ha convertido esta zona en un punto clave para el estudio y conservación de esta enigmática especie.
Cambios en las corrientes o alteraciones en los ecosistemas
El descubrimiento de este calamar gigante en Llanes no es solo un evento aislado, sino que se une a otros varamientos recientes de criaturas marinas que han aparecido en distintas costas del mundo, en especial en Nueva Zelanda. Los científicos todavía no han determinado la causa exacta de estos varamientos, pero se barajan hipótesis que incluyen factores como cambios en las corrientes oceánicas o alteraciones en las condiciones de los ecosistemas submarinos.
Se espera que en los próximos días se decida su destino
En el caso de este ejemplar asturiano, el próximo paso será decidir si será cedido al Cepesma para su estudio y conservación, como ha ocurrido con otros especímenes similares en el pasado. Técnicos de Medioambiente del Principado de Asturias ya han retirado el cuerpo del calamar, y se espera que en los próximos días se decida su destino.
Fuente: Antena 3 Noticias.
Ignacio Gutiérrez.