Cultura
El filósofo Byung-Chul Han, premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades: «Es un puente entre oriente y occidente»

El pensador alemán de origen surcoreano Byung-Chul Han ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. El jurado en su acta ha destacado la riqueza de su obra, que revela una capacidad extraordinaria para comunicar de forma precisa y directa nuevas ideas en las que se recogen tradiciones filosóficas de Oriente y Occidente.
El jurado, formado por 14 personas, ha reconocido también que el análisis de la obra de Han «resulta sumamente fértil y proporciona explicaciones sobre cuestiones como la deshumanización, la digitalización y el aislamiento de las personas. Su mirada intercultural arroja luz sobre fenómenos complejos del mundo contemporáneo y ha encontrado un amplio eco entre público de diversas generaciones», refleja el acta.
La sociedad del cansancio
Byung-Chul Han nació en Seúl en 1959. Estudió literatura alemana y Teología en la Universidad de Múnich y Filosofía en la Universidad de Friburgo. Está considerado uno de los filósofos contemporáneos más destacados, dedicando sus reflexiones a lo que él ha denominado «la sociedad del cansancio» y a la «sociedad de la transparencia». En su obra se ha mostrado muy crítico con el liberalismo y con una sociedad que, a su juicio, ha abandonado la reflexión, el retiro y la meditación y que, por lo tanto, no valora la individualidad.
A juicio de la lingüista Taciana Fisac, miembro del jurado, «es un autor que ayuda a entender muchas de las cuestiones de la sociedad contemporánea porque conoce bien cuáles son los problemas de la sociedad tecnológica y digital, y, tras salir de Corea del Sur e instalarse en Europa, decidió empaparse de la cultura europea. Así que significa un puente entre Asia y Europa y eso se refleja en su pensamiento. Es un pensador que no busca dar teorías universales o globales, sino que trata de analizar problemas muy concretos que afectan a las personas en cualquier lugar del mundo, con un lenguaje fácil y sencillo aunque con reminiscencias de la tradición y la filosofía oriental».
Para el presidente del jurado, Miguel Falomir Faus, «eran muchas las candidaturas, todas acreedoras del premio, pero creo que la elección ha sido acertada. Es alguien que se ocupa de cuestiones actuales, que presenta una alternativa a la polarización que se presenta a ambos lados del atlántico», ha explicado tras la lectura del acta.
Una unión entre oriente y occidente
Byung-Chul Hal «une las tradiciones de oriente y de occidente con el pensamiento y la divulgación. Su trayectoria ofrece un análisis sobre la esencia del individuo, sobre la base de la humanidad, y cómo podemos aprender de ello para no quedarnos aislados por culpa de de fenómenos como la digitalización», explica el secretario del jurado, el doctor en Filología Hispánica Óscar Loureda.
En esta edición concurrieron al galardón de Comunicación y Humanidades un total de 47 candidaturas procedentes de 16 nacionalidades. Este ha sido el primero de los ocho Premios Princesa de Asturias que se conceden este año, en el que cumplen su edición número 45. El acto de entrega de los galardones se celebrará en el mes de octubre.
Fuente: Antena 3 Noticias.
Jesús de la Torre.
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Cultura
Roald Dahl, al completo y sin adulterar: “No son historias para moralistas, ni para pazguatos”

A Roald Dahl (Llandaff, 1916-Oxford, 1990), escribe Miqui Otero desde el umbral de la antología, segundos antes de que todo eche a rodar cual estampida de búfalos con ‘Un cuento africano’, se le defiende “por esos cuentos infantiles duros pero hermoso donde los adultos son siempre unos cretinos y no conocen el gran secreto: ‘el niño no es un proyecto de adulto, sino que el adulto es lo que queda del niño’, como escribió Santiago Alba Rico”. También, añade el autor de ‘Rayos’ y ‘Orquesta’, se le recuerda y celebra “por sus relatos adultos y minados de sorpresas”. Sin embargo, concluye el escritor barcelonés, «si uno lee todos sus cuentos, descubre un talento versátil, con tantas caras como el fuego”.
Precisamente a eso vamos, ya que Alfaguara acaba de publicar la edición “más completa” de los cuentos del novelista galés: casi 1.000 páginas, más de 50 relatos y ocho inéditos -‘Sólo esto’, ‘No llegarán a viejos’, ‘El ayer fue hermoso’, ‘Alguien como tú’, ‘Muerte de un hombre muy, muy viejo’, ‘Madame Rosette’, ‘Oh, dulce misterio de la vida’ y ‘El librero’- que no se habían traducido nunca al castellano.
Así, salvo ‘In the Ruins’, ‘The Sword’ y ‘Smoked Cheese’, cuentos que la familia del escritor ha excluido de forma sistemática de cualquier antología por motivos nunca aclarados (una pista podría ser el entusiasmo caníbal de ‘The Ruins’, exagerado hasta para los los estándares de pavor y espanto del británico), ‘Cuentos completos’ reúne por primera vez y junto a sendos prólogos de Otero y Elvira Lindo todos los cuentos que Dhal escribió entre agosto de 1942 y junio de 1986
¿La pierna de cordero congelada y delirantemente homicida de ‘Cordero asado’? ¿El apicultor que alimenta a su hija famélica con jalea real de sus colmenas? ¿La absurda apuesta, un meñique contra un Cadillac, de ‘Hombre del sur’? ¿El marido maltratador atrapado en un ascensor de ‘La subida al cielo’? ¿El fabuloso relato bélico de ‘Pan comido’? ¿El escritor a quien ‘El gran gramatizador automático’ envía de cabeza al paro y con 9 hijos que alimentar? Ahí están todos, pasan y lean, ordenados cronológicamente y acompañados de pequeños grandes hitos como ‘La maravillosa historia de Henry Sugar’, ‘Racha de suerte (cómo me hice escritor)’ y ‘La princesa Mammalia’, cuentos que la esposa de Dahl rehusó incluir en buena parte de las antologías y que reaparecen también aquí. Más madera para lo que Otero considera “el puente perfecto entre la dionisiaca literatura de misterio inglesa y la violencia contradictoria del ‘hardboiled’ norteamericano”.
Aire puro, nunca viciado
«Lo que estos relatos nos dejan claro es su incontenible vitalismo: es como si una corriente de aire puro, fresco, nunca viciado, sacudiera todas las páginas y nos impidiera leer rutinariamente. No son historias para moralistas, ni para pazguatos (…). Es extraordinario cómo Roald Dahl maneja al lector, cómo nos maneja hasta el punto de que compartamos la ferocidad de un castigo y eso sea precisamente lo que nos haga sentirnos más aliviados», elogia también desde el prólogo, brazos en alto y pies encima de la mesa, la escritora Elvira Lindo.
No es para menos: espía, piloto de combate, historiador del chocolate y fabulador nato, Roald Dahl llegó a la escritura casi al mismo tiempo que se apeó del Hawker Hurricane y dedicó su primer libro infantil, ‘Los gremlins’ (1943), a las traviesas criaturas que hacían la vida imposible a los pilotos de la RAF. En paralelo, coqueteó con los servicios secretos, se encamó con «toda mujer de la costa Este u Oeste cuyos ingresos superaran los 50.000 dólares», tal y como dejó dicho Antoinette Marsh Haskell, y empezó a acumular cuentos y relatos entre góticos y macabros que acabarían formando parte de colecciones como ‘Someone Like You’ y ‘Kiss, Kiss’.
«Era subversivo, divertido y creativo por naturaleza. Pero era también una estrategia. El humor le ayudó a sobrevivir en la escuela y en la guerra, porque convertía una situación difícil en una anécdota divertida», recordaba el año pasado Donald Sturrock, biógrafo de Dahl y editor de ‘Te quiere, Boy’. A partir de la década de los sesenta, el galés rescató del armario al niño sufridor que fue y, afilada ironía mediante, se dedicó en cuerpo y alma a mostrar el sinsentido del mundo adulto con títulos como ‘James y el melocotón gigante’, ‘Charlie y la fábrica de chocolate’, ‘Fantastic Mr. Fox’, ‘Los Cretinos’, ‘El gran gigante bonachón’, ‘Las brujas’ y ‘Matilda’, entre otros.
El entusiasmo por Dahl es tal que, para la autora de ‘Manolito Gafotas’, el escritor británico de origen noruego se ha convertido en sinónimo de abrigo y amparo. «Si Dahl se refugió en la escritura, nosotros nos refugiamos en su genio literario», constata Lindo. Un genio que, antes de que pregunten, llega sin censurar ni adulterar. Seguro que se acuerdan: en 2023, en pleno ‘boom de los llamados ‘sensitive readers’ y las revisiones políticamente correctas, la editorial británica Puffin Books publicó nuevas versiones de la obra infantil y juvenil de Dahl corregidas y adaptadas para “no herir sensibilidades”.
Ni gordos ni locos
De la noche a la mañana, Augustus Gloop, de ‘Charlie y la fábrica de chocolate, ya no era ‘gordo’, sino ‘enorme’; Mrs. Twit, de ‘Los cretinos’, pasaba de «fea y bestial» a simplemente «bestial»; y la directora del colegio de ‘Matilda’ no tenía cara de caballo, sino una tez sin comparación ni expresión alguna. Palabras como ‘loco’ y ‘desquiciado’ desaparecían del mapa; los hijos de ‘Fantastic Mr. Fox’ eran de pronto hijas; y ‘Las brujas’ trabajaban no como mecanógrafas o cajeras de supermercado, sino como científicas y mujeres de negocios. Tan encendido fue el debate y tal el revuelo que, a las pocas semanas, Puffin reculó y anunció que, pese a mantendría en el mercado las nuevas versiones corregidas, seguiría publicando también las versiones originales de Dahl.
Antes de eso, Alfaguara, propietaria de los derechos de publicación de Dahl en el mercado hispano, ya dejó claro que seguiría publicando los textos clásicos del británico «sin modificar», mientras que Santillana, la editorial que lleva más cuatro décadas publicando la obra infantil y juvenil de Dahl en España, rechazó cualquier censura y negoció con la Roald Dahl Society Company para no tener que adaptar sus libros o introducir cambios.
La corrección política, con todo, no ha hecho mella (de momento) en el Dahl adulto, por lo que estos cuentos completos llegan a la librería tal y como fueron escritos, con su barra libre de “venganza, rencor, desprecio y odio”, como constata Lindo, y ese estilo «subversivo e ingenioso» que cautivó a Alfred Hitchcock, Tim Burton, Steven Spielberg y Quentin Tarantino, entre otros, e inspiró la serie ‘Tales Of The Unexpected’.
Muchas de las traducciones, de hecho, son las mismas que ya aparecieron años atrás en antologías publicadas por Anagrama, Círculo de Lectores y Debate. Las nuevas, firmadas por Miguel Marqués, presentan a un Dahl en plena forma, enredado en historias de libreros chantajistas, y evocando sus días de piloto combatiendo en la Segunda Guerra Mundial, cicatriz histórica que conecta la mayoría de cuentos inéditos.
Fuente: elPeriódico.
David Morán.
Cultura
Carlos Alsina recibe el premio Luca de Tena de manos de los Reyes: «Me dijeron, ¿no te das cuenta de que si vas a la radio nunca te darán ese premio?»

El director y presentador del programa ‘Más de Uno’ de Onda Cero, Carlos Alsina, ha sido galardonado este martes en Madrid con el prestigioso premio Luca de Tena, que concede el diario ABC. Un reconocimiento que le ha sido entregado por los Reyes, don Felipe y doña Letizia, en el marco de la ceremonia de entrega de los premios periodísticos que celebra el periódico.
El jurado ha destacado la trayectoria del periodista madrileño, su espíritu creativo y su capacidad para renovar el lenguaje radiofónico con formatos como ‘La España que madruga’, ‘La Cultureta’, o la recuperación de la radioficción, una seña de identidad en su carrera. Durante su discurso de agradecimiento, Alsina ha hecho un emotivo repaso por sus inicios como periodista y ha defendido el valor de la palabra hablada, «tan noble como escrita». «Eso es precisamente lo que nos hace útiles, tener voz propia y no emular las voces de los demás», subraya.
Tal y como confiesa el periodista, lo primero que le dijeron cuando comunicó que dejaba el periódico para irse al medio que más le gusta fue: «La radio es de charlatanes. La radio es de feriantes». Estas palabras no calaron tanto en Alsina, al menos no tanto como las que le dijo su jefe después: «¿No te das cuenta de que si vas a la radio nunca te darán el Luca de Tena?». «Ahí flaqueé. Pero me repuse. Cambié el periódico, la prensa escrita, por la radio», declara Alsina.
Haciendo un recorrido por todos los aprendizajes que ha adquirido al comenzar su etapa radiofónica, Carlos Alsina recuerda la tragedia de la DANA de Valencia: «no tuve que explicar a los oyentes la mañana del 1 de noviembre en Valencia para que sintieran, como todos los que estábamos allí, el alivio al escuchar el motor del primer camión que traía maquinaria pesada, abriéndose camino entre el barro que une Benetússer y Alfafar». Y es que «a menudo, en la radio, el sonido es lo más parecido que tenemos a una fotografía. Esta todo ahí», añade.
Este galardón se suma a una larga lista de reconocimientos que ha recibido Alsina a lo largo de su carrera, entre ellos, tres premios Ondas (2015, 2019 y 2024), la Antena de Oro (1995) o el Francisco Cerecedo (2023).
Palabras de Felipe VI
El rey Felipe VI ha elogiado la «visión incisiva de la actualidad» de Alsina, su «elegancia» y «fina ironía», destacando además su dominio de la radio: «Una habilidad especialmente difícil que él maneja con destreza inconfundible». Durante su intervención, el monarca ha hecho un llamamiento a los profesionales de la información para que ejerzan su labor con «responsabilidad» y no cedan «ante el ruido y la aceleración». «Solo así se fortalecen las democracias», ha afirmado.
Felipe VI ha defendido que, en un entorno saturado de noticias, el periodismo debe conservar su esencia: «informar con veracidad, promover el debate público y estimular el periodismo crítico». Acompañado por la reina Letizia, ha reconocido la labor del periodismo «responsable, honesto y riguroso», asegurando que sin él, la sociedad «perdería la base misma de su capacidad para discernir y decidir».
Fuente: Antena 3 Cultura.
Elena Basanta.
Cultura
Barcelona, ciudad de prodigios literarios en permanente renovación

Sol abrasador en el centro de la ciudad, calor como de fundición de acero en la plaza Sant Felip Neri y un cadáver emparedado en un palacete en ruinas que muy probablemente acabe convertido en exclusivo hotel ‘boutique’. “En este barrio nada es lo que parece. La mitad es auténtica, la otra mitad es una fantasía bien restaurada”, anuncia Sergio Vila-Sanjuán a propósito del empedrado ‘gótico’ del siglo XIX en el que se desarrolla parte de su nueva novela, ‘Misterio en el Barrio Gótico’. A unos pocos metros, en el Saló de Cent del Ayuntamiento, Barcelona detalla el programa de su participación como invitada de honor en la próxima Feria Internacional del Libro de Guadalajara, pero en este rincón de Ciutat Vella, junto a esa fuente “contemporánea de los Beatles”, un grupo de periodistas pasa de la teoría a la práctica para seguir los pasos de la penúltima novela ‘made in’ Barcelona.
A pie de calle, se diría que el Ayuntamiento se ha conjurado para homenajear a Eduardo Mendoza, ‘Sant Cristo Gros’ de la expedición literaria, recreando con todo lujo de detalles el laberinto de zanjas que engullía una y otra vez al simpático narrador de ‘Sin noticias de Gurb’, pero no va por ahí los tiros. “Todas las ciudades cambian muchísimo con el tiempo, pero Barcelona muchísimo más. La de mi infancia, por ejemplo, ha desaparecido. No la reconocería nunca. No la reconocería ni su padre”, lamentaba el autor de ‘La verdad sobre el caso Savolta’ al poco de saberse ganador del último Premio Princesa de las Letras.
Por suerte, para eso están las novelas; para conocer, reconocer y leerse en las páginas de ‘El Quijote’, ‘Diario del ladrón’, ‘Vida privada’, ‘La magnitud de la tragèdia’, ‘La ciudad de los prodigios’ o ‘El día del Watusi’. Barcelona, ya saben, como «archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza, única». ¿Aún hoy? Veamos.
Nuevos temas para los barrios de siempre
A la hora de abrir fuego, Vila-Sanjuán, ganador del último Premio Fernando Lara, barre para casa. “El Barrio Gótico como tal no había sido abordado en ninguna novela, siempre aparece de formas laterales y en capítulos de muchas novelas, pero no en su conjunto y con la intención de interrogarse sobre qué significa», defiende. Para ello, ‘Misterio en el Barrio Gótico’ se viste de intriga clásica y nostalgia periodística (el protagonista, Víctor Balmoral, haría muy buenas migas con su creador) mientras se asoma a la ciudad de los prodigios desde la memoria urbana, la falsificación del pasado y la crítica a la turistificación, nuevos clásicos populares de la novelística barcelonesa.
No parece casualidad: en los últimos años, títulos como ‘Jo soc l’ultima Plaça’, de Alba Gómez Gabriel: ‘Consum preferent’, de Andrea Genovart; ‘Lectura fácil’, de Cristina Morales; ‘La próxima vez que te vea, te mato’, de Paulina Flores; o ‘Igual que ayer’, de Eduard Palomares, han ayudado a visibilizar nuevas tensiones y abrir plano para encuadrar también la gentrificación, el turismo de masas y las desigualdades sociales. ‘Barcelona posa’t guapa’, sí, pero tampoco demasiado.
La ciudad, relativiza Vila-Sanjuán, «está hecha de todas estas realidades”. También, añade, de las capas de romance gótico y fantasía sobrenatural que fijó en los cimientos su amigo Carlos Ruiz Zafón, fallecido hace ahora cinco años y, aún hoy, el mejor embajador literario de la ciudad. «Es imposible acercarse al género Barcelona sin sentir su presencia, pero venimos de mundos diferentes. Él venía del fantástico, yo del histórico y periodístico», esquiva. Zafón, mientras tanto, sigue siendo el autor en español más leído del mundo y la Barcelona neblinosa y agrisada de ‘La sombra del viento’, la ciudad del vapor y la ceniza, suma nuevos adeptos en países como Mongolia, Etiopía o Kurdistán.
De leyendas como esta, 50 millones de libros vendidos y subiendo, se alimenta la mitología de la Gran Novela de Barcelona, ilustre linaje en el que conviven desde tótems literarios como Juan Marsé y Mercè Rodoreda a superventas de largo recorrido como Ildefonso Falcones, y especie en (aparente) peligro de extinción por puro agotamiento: ante lo homérico de acercarse a la ciudad con toneladas de paciencia y ademanes de novelista victoriano, muchos autores han optado por recluirse en un rincón de la ciudad y construir desde ahí un mundo propio. Tampoco esto parece casualidad y abundan los ejemplos recientes, con Maria Roig llenando de literatura y desazón generacional el socavón del Carmel en ‘Ama de casa’, o Xavier Bosch, ‘best-seller’ recurrente y gran triunfador de la diada de Sant Jordi, evocando los días de gloria de la calle Tuset y la Barcelona del diseño y la publicidad en ‘Diagonal-Manhattan’.
De Horta al Raval
Hay más, claro, y este microcosmos libresco lo mismo caben el Guinardó gris y anticlimático de Carlos Zanón que la zona alta de Gràcia de Juan Pablo Villalobos; el pasaje de Ciutat Vella que le valió a Maria Carme Roca el último premio Santa Eulàlia y el Eixample microscópico que Dioni Porta condensa en ‘Empujar el sol’.
En ‘La quarta noia per la dreta’, una de sus últimas novelas, Andreu Martín evoca el Eixample sin pavimentar y el Paral·lel como «paseo del pecado» en la Barcelona de principios del siglo XX, mientras que no muy lejos de ahí, en las Tres Chimeneas de Sant Antoni, Andreu Claret arroja al protagonista de ‘La casa de les tres xemeneies’, hijo de exiliados republicanos, para que descubra los cambios sociales que empezaban a intuirse tras la rigidez autoritaria del franquismo.
Siguiendo la ruta, parada exprés en Horta para saluda a los jubilados desaparecidos de ‘El rol del Roc’, novela con la que Màrius Serra se lo pasa en grande en su barrio de toda la vida, y tarde libre para empaparse de las nuevas voces surgidas en el Raval, polo de atracción delincuencial y marginal que el dramaturgo Eduardo Olesti ha convertido en impagable telón de fondo de su primera novela, ‘Gossos dempeus’. En el menú, una Barcelona oscura y violenta en la que la sarna corre aún más rápido que la precariedad.
Sin apenas cambiar de acera, Adrià Targa fantasea en ‘Arnau’ con encuentros delirantes con Jaime Gil de Biedma y Jacint Verdaguer mientras despliega un poema narrativo con paradas en el Corte Inglés de plaza Catalunya y, en fin, en las zonas más incómodas de la Barcelona contemporánea. Salvaje y asfixiante es también ‘Hiperràbia’, novela con la que Ferran Grau homenajea a ‘La naranja mecánica’ de Anthony Burgess y, al mismo tiempo, recrea muy libremente el asesinato real de Rosario Endrinal en un cajero automático de Sant Gervasi en 2005.
Otro barrio, mismos problemas y una nueva muesca en la cartografía de esa Barcelona literaria de la que también hay quien se aleja por voluntad propia. Es el caso de Miqui Otero, a quien después de escribir ‘Rayos’ y ‘Simón’ le cayó encima una portavocía no solicitada contra la que se ha querido rebelar en ‘Orquesta’, su última novela. «Llega un momento en el que me agobia un poco esa sensación de estar haciendo de cronista de la ciudad, que es algo que no pretendo», reconocía el escritor durante las entrevistas promocionales de un libro con el que cambia la Barcelona post borrachera olímpica por un coro de personajes en una aldea gallega.
Un camino perfectamente inverso ha seguido Colm Toíbín, quien ha vuelto a volver, que dirían Mujeres, para recuperar su ‘Homenatge a Barcelona’, apasionada carta de amor a la ciudad que publicó por primera vez en inglés en 1990 y en catalán en 2003 pero que permanecía inédito en castellano. «La ciudad se ha convertido en un mosaico de enclaves discretos que se sostienen entre sí», escribe el irlandés. Lo mismo podría decirse de las novelas, hermanadas y haciendo piña para acabar dando forma a una gran novela barcelonesa que es realidad la suma de todas las demás.
Fuente: El Periódico de España.
David Morán.
Radio Millenium Online


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