Tras 25 minutos de parón, en el que varios ciclistas fueron atendidos por los servicios médicos de los equipos y de la organización, Prudhomme ordenó que se retomara la etapa. Eso sí, el incidente produjo el abandono de Chaves, Bardet, Meintjes, Shaw y, por desgracia para el ciclismo español, Pedrero. El de Movistar es el cuarto español en decir adiós a la carrera antes de lo previsto. Los telefónico, oficialmente en cuadro, perdieron también después a Guerreiro.
Se formó la mejor escapada posible sin contar a los de la general. Ahí había gente como Landa, Pinot, Ciccone… pero, el ritmo lunático de Jumbo, tiró por la borda las ilusiones de los escapados. En el descenso del Col de la Ramaz, Pidcock ya bajó cortados. Quedaba el Jeux Plane (11,6 km al 8,5%) para dictar sentencia. Simon Yates, descolgado junto a Pidcock logró entrar en ese grupo de 16 elegidos donde estaban Pello Bilbao y Carlos Rodríguez.
Kuss, como siempre, tensó la cuerda para adelgazar el vagón hasta los cinco pasajeros: él mismo, Vingegaard, Pogacar, Carlos Rodríguez y Adam Yates. Fue este último el que se puso a tirar para que su líder diera la puntilla pocos metros después. Nunca se cansa de atacar. Y Jonas no sabe rendirse. Fueron mirándose y eso lo aprovechó Carlitos para llevarse la victoria. La gloria es del español, que ahora quiere el podio. El andaluz venció en el año de su debut. Inmejorable.
Mirando al podio
Le recortó la distancia a Hindley y ahora ya mira al podio de París. Ya es tercero en la general del Tour de Francia. La última vez que los ciclistas españoles ganaron tres etapas en una edición del Tour fue en 2015. Un detalle que muestra su personalidad es que no dejó de pedalear hasta que cruzó la línea de meta. Nada de frenarse para celebrar. Cualquier segundo vale para estar en la foto final de París. Por detrás, Pogacar venció ante Vingegaar y le recortó dos segunditos. Pero eso era lo de menos, hoy era el día de Carlitos.