Se denomina magia negra a aquellos actos de liturgia mágica cuya naturaleza, métodos u objetivos no son comúnmente aceptados por la sociedad donde se producen, y que en general tienen un fin personal, egoísta, y propio sin pensar en las consecuencias sociales o públicas. La magia negra es un tipo de hechicería, y se define por la supuesta realización de los maleficia (maleficios), ideados para producir infortunio, enfermedades o cualquier otro tipo de daño. Se utiliza como antónimo de magia blanca.

La magia negra es el conjunto de recursos destinados a conseguir poderes extraordinarios con la explícita voluntad de dominar o controlar la naturaleza o a otras personas. En los comienzos de la historia no había un límite entre magia, ciencia y religión. A partir del siglo XIII la magia se fue alejando de la religión y de la ciencia.

La magia negra es aquella que se usa en perjuicio de un individuo o para dañar al mundo en su totalidad: sus adeptos no solo buscarían afectar a la sociedad, sino alterar todo tipo de materia orgánica o inorgánica. La magia blanca serviría para neutralizar el daño de la magia negra y actuar en beneficio del individuo o del mundo. Otra de las creencias reside en que los efectos o profundidad de la magia tienen que ver con la capacidad de conexión con las jerarquías de la oscuridad.

La magia roja o hematomancia es un tipo de magia y adivinación cuyo componente central es el uso de la sangre u otros tejidos vivos. También puede realizarse a través del sexo. En las sociedades occidentales contemporáneas, se considera un tipo de magia negra, principalmente si se utilizan tejidos vivos o sangre de terceros, no tanto así con los propios (con tejidos propios se consideraría como magia blanca). En algunos casos está orientada al amor y la sexualidad, pero por lo general se emplea con el objetivo de lograr la destrucción y/o la manipulación de la vida de quien no sabe lo que le hacen. Uno de los problemas principales de la magia negra es el peligro que supone la Ley de Retorno. Esta ley implica que cualquier error que pueda cometer un practicante de magia negra volverá con toda su fuerza destructiva multiplicada por tres.

La nigromancia es la magia que utiliza el conjuro y el control de los muertos, pues ese término significa evocación a los espíritus de los muertos.

Mención especial merece también la menos conocida magia gris, que vendría a ser una mezcla de magia blanca y negra con propósitos desconocidos.

El verano es una época muy atractiva para aquellos amantes de la astrología. Los cielos más despejados y estrellados, permiten una mejor visión del panorama espacial, sobre todo para los que tienen telescopios. Tras la impactante Luna de Esturión del pasado 19 de agosto, llega otro fenómeno que no volveremos a ver en décadas: la alineación de planetas.

Según el portal ‘Astro Telescopios’, este fenómeno astrológico sucede cuando varios planetas se agrupan en un lado del Sol al mismo tiempo. Se conoce también más informalmente, como «desfile planetario». Lo más impresionante de todo: ¡Se puede ver a simple vista!

En la madrugada del día 28 de agosto de 2024, seis planetas se alinearán: Mercurio, Marte, Júpiter, Urano, Neptuno y Saturno. De éstos, Mercurio, Marte, Júpiter y Saturno serán visibles a simple vista. Por otro lado, Mercurio estará más cerca del horizonte, por lo que será más complicado verlo. En el caso de Neptuno y Urano, sí es cierto que se necesitarán telescopios o binoculares de alta potencia para verlos.

¿Cómo identificar cada planeta?

Saturno tiene un característico color amarillento y será visible desde las primeras horas de la noche del día 28, en la constelación de Acuario. Neptuno, por su parte, se ubicará en la constelación de al lado, la de Piscis, pero tal y como se ha dicho, se necesitarán o bien binoculares o telescopio.

Cuando avance la madrugada, afila la vista, porque podrás contemplar a los demás planetas: Urano surgirá en la constelación de Tauro, también se podrá ver mejor con binoculares o telescopio; Júpiter y Marte, ambos serán visibles a simple vista en la constelación de Tauro. Durante la noche, también será visible la Luna, en su fase menguante.

Al amanecer, hará su aparición Mercurio, en la constelación de Leo y se podrá ver a simple vista, aunque deberás darte prisa si no quieres que el sol te lo tape.

¿Dónde ver este fenómeno?

Para poder contemplar en su plenitud este fenómeno astrológico único, solamente necesitarás elegir un lugar despejado, donde el cielo no esté nublado ni contaminado. Es recomendable verlo en un horizonte plano, ya que cualquier objeto u obstáculo podría dificultar la visibilidad.

Es recomendable, también, conocer la hora del amanecer de la zona donde vayas a ver este fenómeno, además del tiempo que hará.

El portal mencionado anteriormente, recuerda que los planetas no titilan como las estrellas, para que puedas distinguir entre uno y otro. Y recuerda, no podrás volver a ver este fenómeno hasta dentro de una década, por lo tanto, asegúrate de verlo de la mejor manera.

Fuente: Antena 3 Noticias.

Estela C. Martínez.

Se denomina magia blanca a aquellos actos de liturgia mágica cuya naturaleza es benéfica, para el bien propio o el de los demás. Su opuesto es la magia negra.

La magia blanca combate los hechizos malignos, ya que busca la prosperidad, la integridad, el desarrollo físico y mental en conexión con el espíritu. Su base es la armonización de la buena voluntad humana.

Según Guy Bechtel, en todos los tiempos ha habido seres que decían tener poderes sobrenaturales y practicar la magia. Desde sacerdotes hasta emperadores se arrogaban el título de «mago». Había funcionarios estatales que trabajaban de adivinos o augures y se dedicaban a augurar quién sería el vencedor en la batalla. Eran los magos.

La brujería, en cambio, ejercida por gente de menor nivel cultural y económico, era vista como un subproducto de la magia. La gente recurría a los brujos y brujas para ahuyentar la mala suerte o mejorar las cosechas. En los principios se trataba de una brujería benéfica. Las brujas o brujos practicaban la llamada magia blanca. Esto se veía en Occidente tanto como en Oriente: en la Antigua Roma, en la Antigua Romelia, en el Antiguo Egipto e incluso en África existían talismanes contra el mal de ojo, amuletos, hierbas mágicas y pociones. Recién con el cristianismo aparece el concepto de brujería como herejía religiosa ligado principalmente a las mujeres, y el mago (magus) va dejando lugar al brujo (maleficus), con lo que el combate contra la magia se convierte en sinónimo de lucha contra el paganismo.

Aunque no es exclusivamente una búsqueda femenina, la magia blanca moderna a menudo se asocia con conceptos estereotípicamente femeninos como el de la diosa madre, Afrodita, la luna y otros espíritus de la naturaleza. En las historias modernas o en los cuentos de hadas, la idea de magia blanca a menudo se asocia con una mujer sabia o un espíritu maternal afectuoso. El vínculo entre la magia blanca y la Madre Tierra es un tema habitual en la brujería moderna. Un brujo blanco siempre busca el consejo de los dioses, espíritus y del inconsciente. Un oráculo puede ser, por ejemplo el Tarot, I-Ching, runas u otros.

A través de las energías que maneja, el fuego y la alquimia, la magia nos acerca a conseguir nuestros sueños, deseos y objetivos más preciados. Pero, también, permite dañar, aislar y cortar proyectos de otras personas.
Es que la magia puede ser usada para bien o para mal; para construir o destruir; unir o separar. Todo depende de nuestras intenciones y límites, de cuánto estemos dispuestos a hacer. Eso sí, nunca hay que olvidar esa Ley que asegura que «todo vuelve».
Hay un tipo de magia para cada finalidad, con sus rituales y elementos propios. Veamos cuál es la más poderosa del mundo.
¿Qué es la magia blanca?
La magia blanca es lo que habitualmente conocemos como magia. Es la hechicería que persigue buenas intenciones, que busca el bienestar propio y ajeno a través de rituales de protección, cuidado y repelentes del mal y las energías oscuras.
Mucho menos poderosa que otros tipos de magia, ésta se utiliza siempre para el bien y tratando de generar emociones positivas y agradables.

Pero así como la magia blanca jamás podría dañar a una persona, tampoco puede protegernos del mal que esa persona nos hayan hecho mediante rituales de hechicería oscura y perversa.

Fuente: Clarín.es