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Cocina

Pierna de cordero al horno con patatas y romero

Aunque preparar una pierna de cordero requiere bastante tiempo de cocción, la verdad es que realizarla es mucho más fácil de lo que parece. Solo requiere tener un poco de paciencia e ir regando la pieza con los jugos que va soltando.

Y si quieres que la carne quede todavía más gustosa, antes de empezar a cocinarla, inyéctale un poco de brandy, por varias partes, con una jeringuilla. El resultado será espectacular.

¿Te apetece descubrir otras recetas con cordero? Echa un vistazo a la pierna de cordero al horno con compota, al guiso de cordero al horno con puré de patata, especias y hierbas o al carré de cordero con salsa de vino y verduras.

Ingredientes
2 piernas de cordero pequeñas
400 mililitros de caldo
200 mililitros de vino de jerez
1 ramita de romero
Aceite de oliva
Pimienta blanca
Sal
PARA LA GUARNICIÓN
600 gramos de patatas pequeñas
1 ramita de romero
Sal
Aceite de oliva
Pimienta
PARA DECORAR
Bayas de pimienta rosa

1. Prepara la carne
Mientras se precalienta el horno a 180º (10-15 minutos), prepara la carne. Limpia las piernas de cordero retirándoles el exceso de grasa y las telillas. Sécalas con papel de cocina y, con un cuchillo afilado, practica en cada una varias incisiones en la parte más carnosa, cada 3 o 4 cm.

2. Incorpora el romero
Lava el romero, escúrrelo, trocéalo e introduce las agujitas en los cortes de la carne. Después, salpimienta por todas partes. Dispón las piernas de cordero en una fuente refractaria y riégalas con un buen chorro de aceite y la mitad del caldo.

3. Cuece en el horno
Tapa la fuente y hornea la carne unos 40 minutos. Cada 10 o 15 minutos, retira el cordero del horno unos segundos, báñalo con el jugo de la cocción y sigue asándolo, siempre tapado.

4. Elabora la guarnición
Lava las patatas, sécalas, pásalas a la placa y salpimiéntalas. Luego, rocíalas con aceite y espolvoréalas con la ramita de romero, lavada y picada. Introduce la placa en el horno y asa las patatas 40 minutos, hasta que estén tiernas.
5. Vierte el vino
Retira el cordero del horno después de 40 minutos de cocción, vierte el vino por encima y hornea 10 minutos más, esta vez destapado.

6. Baña con el caldo
Pasado ese tiempo, vuélvelo a sacar y báñalo con el caldo restante. Continua asando la carne 15-20 minutos. Los últimos 10 minutos, sube la temperatura del horno hasta 200°, para que la piel quede bien crujiente.
7. Deja reposar
Retira las piernas de cordero del horno y déjalas reposar 5 minutos, para que se asienten los jugos, Sírvelas con las patatas asadas, regadas con su salsa y espolvoreadas con la pimienta rosa machacada.

EL TRUCO

Los cortes que hagas en la pierna de cordero deben ser poco profundos, para evitar que pierda jugos y se reseque.

Fuente: Lecturas.

Begoña Montané.

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Cocina

Mousse de Chocolate Blanco y Grosellas

Cuando llega una mousse a la mesa, es imposible resistirse. Y es que su textura suave y cremosa, que se deshace en la boca, es un auténtico placer para los sentidos. La más popular es la de chocolate, pero también se puede elaborar con limón, frutos rojos, mango, requesón… Incluso hay deliciosas versiones saladas.

Sobre su presentación, se puede tomar sola, en vasitos o copitas, o formar parte de deliciosas tartas, milhojas… Son superversátiles. No te pierdas, por ejemplo, la tarta mousse de chocolate negro (sin horno), la tarta sin horno de galletas digestive y mousse de frutos rojos o el hojaldre con mousse de limón y merengue tostado.

Hoy te descubrimos una mousse de chocolate blanco que, a la que la pruebes se convertirá en un clásico de tu recetario de postres. Es facilísima, tiene un sabor delicioso y, además, su presentación es espectacular. Elaborada solo con chocolate blanco, vainilla y nata para montar, lleva una base de salsa de grosellas, que contrasta muy bien con el chocolate blanco, y antes de servir se decora con unos racimos también de grosellas. ¿Empezamos?

Ingredientes
175 gramos de chocolate blanco
200 gramos de nata para montar
Vainilla
Grosellas

1. Monta la nata
Practica un corte a lo largo en la vaina de vainilla y raspa el interior para desprender las semillitas. Vierte la nata en un cuenco, añádele las semillas de vainilla y resérvala alrededor de 1 hora en la nevera para que se aromatice. Transcurrido el tiempo, saca la nata y móntala con varillas eléctricas hasta que tome cuerpo, pero sin batirla en exceso.

2. Agrega el chocolate
Trocea el chocolate blanco, colócalo en un cuenco y fúndelo al baño María. Deja que se temple ligeramente y añádele poco a poco la mitad de la nata montada, mezclando con una espátula y con movimientos envolventes de arriba abajo. Una vez obtenida una mezcla homogénea, añade el resto de nata y sigue removiendo de igual modo hasta integrarla.

3. Tritura las grosellas
Lava las grosellas bajo el agua del grifo y sécalas con papel absorbente de cocina. Reserva algunas para decorar y coloca el resto en el vaso de la batidora. Tritúralas y tamiza el jugo obtenido para evitar pieles y semillas.

4. Monta el postre
Reparte la salsa de grosellas en unos vasitos o cuencos. Rellénalos con la mousse de chocolate blanco y deja en el frigorífico un mínimo de 30 minutos antes de servir. Presenta el postre decorado con las grosellas reservadas.
Pasos esenciales
La elaboración de esta mousse es tan fácil que incluso las personas con poca experiencia saldrán victoriosas. Primero, deja infusionar la nata con unas semillitas de vainilla en la nevera. Así adquirirá un delicado sabor. Y, luego, móntala en con unas varillas eléctricas.

Un consejo: antes de usar la nata, asegúrate que está bien fría. Así que déjala en la nevera al menos 12 horas antes. Respecto al cuenco y a las varillas, déjalas en el congelador durante 15 minutos. Con este gesto, conseguirás que la nata se monte mejor y quede más esponjosa. Luego, funde el chocolate al baño María, déjalo templar un poco y mézclalo con la nata. Para que los ingredientes queden bien integrados, realiza movimientos envolventes.

En este punto solo te quedará, triturar las grosellas, tamizarlas, colocar la salsita resultante en los vasitos, verter encima la mousse y llevar la nevera. En 30 minutos ya tendrás tu mousse de chocolate blanco lista para comer.

Ideas y variantes para la mousse de chocolate blanco y grosellas
En la base de los vasitos hemos colocado una salsa de grosellas, pero puedes decantarte por otros frutos rojos: frambuesas, arándanos, moras… También puedes optar por otras frutas cortadas en daditos (melocotón, mango, peras…), unas galletas trituradas, un bizcocho desmenuzado o un poco de muesli.

Respecto a la decoración, este postre quedará perfecto con unos frutos secos picaditos (almendras, nueces, anacardos…), virutas o bolitas de chocolate negro… También puedes espolvorear un poco de cacao o de canela en polvo. Y si tienes menta, no dudes en agregar unas hojitas. Aportarán un toque refrescante al postre.
Otra sugerencia que combinará muy bien con el chocolate blanco y que puedes usar como decoración es el caramelo. Calienta azúcar en un cazo (con un par de cucharadas será suficiente) y cuando se haya disuelto, retíralo del fuego y viértelo, con cuidado, sobre una hoja de papel de horno. Deja que se enfríe el caramelo, despégalo del papel y trocéalo.

Fuente: Lecturas Cocina.

Rosa Mestres.

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Cocina

Calabacines rellenos con salpicón de verduras

El calabacín es la hortaliza de verano por excelencia. Aunque se puede comprar durante todo el año, los ejemplares más sabrosos se obtienen de julio a septiembre. Lo mismo pasa con el relleno que te proponemos; hecho con cebolla morada, zanahoria, tomate y pimiento verde y rojo. El resultado es una receta vegetariana, rica y saludable, fácil de preparar y perfecta para una cena de verano.

Para que te sea más fácil rellenar los calabacines, escoge variedades pequeñas, redondas y de textura firme. Si dispones de tiempo, espolvorea un poco de queso rallado por encima y gratínalo unos minutos hasta que se derrita.

Rellenar calabacines es una técnica fácil, muy versátil e ideal para aprovechar los sobrantes de verduras. Los calabacines rellenos de ensalada, calabacines rellenos de mejillones, calabacines rellenos a los cuatro quesos y calabacines rellenos de verduras y bonito son excelentes ejemplos.

Ingredientes
4 calabacines
2 zanahorias
2 tomates
1 cebolla morada
½ pimiento rojo
½ pimiento verde
2 ramitas de cebollino
Pimienta negra
Aceite de oliva
Vinagre de jerez
Sal

1. Prepara los calabacines
Lava los calabacines, despúntalos y pártelos por la mitad a lo largo. Retira parte de la pulpa con una cuchara y cuécelos en agua salada 4 minutos. Escúrrelos y déjalos enfriar.
2. Prepara el resto de verduras
Raspa las zanahorias, lávalas y córtalas en dados. Cuécelas también en agua salada 4 minutos, escúrrelas y deja enfriar. Lava los tomates y los pimientos. Limpia estos y parte ambos en dados pequeños. Pela la cebolla y pártela de igual forma.
3. Saltea las verduras
Mezcla todas las verduras y saltéalas durante 3 minutos en una sartén grande con 2 cucharadas de aceite.

4. Rellena los calabacines
Retira las verduras y mézclalas con un poco de aceite, 2 cucharadas de vinagre, sal y pimienta. Rellena las mitades de calabacín con el salpicón de verduras.
5. Emplata y sirve
Lava y pica el cebollino. Espolvoréalo por encima de los calabacines y sirve.

Variantes de calabacines rellenos con salpicón de verduras:
Esparce un poco de queso rallado por encima justo antes de servir el plato para darle un toque extra.
El cebollino es sustituible por cualquier otra hierba aromática, especialmente perejil y albahaca.
Este salpicón es adaptable a verduras de invierno; puerro, apio, espinacas, judías verdes, etc.

Fuente: Lecturas.

Jani Paasikoski.

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Cocina

Salteado de habitas en conserva con jamón y huevo poché

En Cocina Fácil sabemos que no siempre se tiene tiempo de estar en los fogones, por eso hoy te traemos una idea pensada para hacerte la vida más fácil: unas habitas baby (de conserva) salteadas con cebolla y jamón.

Muy sencillas de hacer y rapidísimas, ya que las tendrás listas en menos de 30 minutos, estas habitas están tan sabrosas que se convertirán en un plato habitual de tu recetario.

Ya sean en conserva o frescas, las habas siempre quedan exquisitas. Prueba el timbal fresco de habitas, espárragos y tomate, las cazuelitas de habas con huevos de codorniz y el risotto verde con espárragos, habas y guisantes.

Ingredientes
400 gramos de habitas baby, en conserva al natural
100 gramos de jamón curado en un trozo
1 cebolla
2 dientes de ajo
100 mililitros de vino blanco seco
4 huevos
2 cucharadas de vinagre
Aceite de oliva
Pimienta negra
Sal
PARA DECORAR
Tallos de cebollino

1. Prepara las habitas
Escurre las habitas de su líquido de conservación, enjuágalas y vuelve a escurrirlas. Corta el jamón en taquitos. Pela la cebolla y los ajos, y pícalos.

2. Elabora el salteado
En una sartén con un fondo de aceite, sofríe la cebolla 5-7 minutos, hasta que esté tierna y transparente. Añade el ajo y dóralo un par de minutos. Agrega el jamón y rehógalo 2 minutos.

3. Agrega las habitas
Incorpora las habitas y saltéalas 1 o 2 minutos, removiendo. Sazona ligeramente y vierte el vino; cocina hasta que se reduzca a la mitad y retira.

4. Calienta el agua
Pon un cazo grande con abundante agua y 1 cucharadita de sal y caliéntalo. Vierte luego el vinagre y mezcla. Cuando el agua casi llegue a ebullición, baja la intensidad de la llama para que no rompa a hervir y remueve con una cuchara para formar un pequeño remolino.

5. Escalfa los huevos
Casca 1 huevo, colócalo en el centro del remolino, con cuidado, y cuécelo durante un par de minutos, envolviendo la yema con la clara con una espumadera. Retíralo y repite la operación con el resto de los huevos.

6. Emplata y sirve
Reparte el salteado de habitas en 4 platos, coloca encima 1 huevo poché y salpimiéntalo. Antes de servir, espolvorea todo con el cebollino, lavado y picado fino.

EL TRUCO

Se puede cambiar el jamón curado por beicon; retírale antes la corteza y las ternillas, y córtalo en tiras.

Dos maneras de escalfar los huevos
Para que los huevos queden perfectos, no es necesario incorporarlos directamente al agua.

Cáscalos en un cacillo y luego deslízalos con suavidad sobre el agua muy caliente (a 80 °C), nunca hirviendo.
También puedes cubrir con film el interior de unas tacitas y cascar 1 huevo dentro de cada una. Enrolla las puntas del film, átalas para formar un paquetito y añádelo al agua.

Fuente: Lecturas.

Jani Paasikoski.

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