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Cocina

Ceviche de gambones con aguacate y mango: un plato muy fresco y apetitoso con toque picantito

Si te gusta el pescado pero te da la sensación de que siempre lo preparas de la misma forma, te animo a que eches un vistazo a las recetas de bacalao fresco, a la lubina al horno e incluso a cómo hacer un buen fumet de pescado, un montón de ideas para renovar esa parte de tu recetario. Pero además, hay otra forma muy refrescante y exótica de prepararlo: en forma de ceviche.

Pocas cosas hay que apetezcan más en verano y nos compliquen menos en la cocina que un buena receta de ceviche y este de gambones te va a encantar. Originario de la tradición culinaria sudamericana, es un plato icónico de Perú y hoy en día es muy fácil encontrarlo en la carta de los restaurantes. Se prepara con pescado o marisco crudo, previamente congelado para evitar el anisakis. Va marinado con un aliño de lima o limón.

Degustar este ceviche es tan fácil como seguir los pasos que verás detallados a continuación. A modo de resumen, tendrás que limpiar los gambones quitándoles la cabeza, los intestinos y las tripas. Luego habrá que macerarlos en zumo de cítricos junto con pepino, mango, aguacate y cebolla, aunque en realidad puedes añadirle lo que más te guste o tengas por casa. Por último, a la nevera todo el rato que puedas ¡y a saborearlo bien fresquito!

Si te apetece prepararlo en casa, te animo también a que después pruebes otras recetas del estilo como el ceviche de bacalao con cebolla morada y chile rojo, el ceviche de corvina típico de Perú, el ceviche de langostino y mango con lima limón, el ceviche de salmón con tacos de aguacate, el ceviche de rape con tomate y mango, el ceviche de carabineros con aguacate, tomate y cuscús o el ceviche de lubina y tomate. Como ves, opciones deliciosas para todos los gustos.

Ingredientes
200 gramos de gambones previamente congelados
4 limas
zumo de ½  naranja
½ pepino
½ mango
½ aguacate
cilantro fresco
cayena en copos
aceite de oliva
sal

1. Limpia los gambones
Quita la cabeza a los gambones, retira el intestino (el hilito negro que sale con facilidad) y también las cáscaras. Corta los gambones en trocitos y disponlos en una fuente o bol para macerar.

2. Prepara la marinada
Lava y seca bien la naranja y el limón y exprímelos. Pela y corta el pepino, el mango, el aguacate y la cebolla morada, todo en trocitos pequeños de tamaño similar a los gambones. Ve agregándolo todo al bol de los gambones.

3. Refrigera el ceviche
Por último, adereza con copos de chile, sal y un chorrito de aceite al gusto. Mezcla bien con suavidad para que no se deshagan los gambones y llévalo a la nevera todo el tiempo que puedas. Cuanto más fresquito, más rico.

Más recetas con gambones
Muy sofisticadas son estas colitas de rape y gambones en salsa de almendras. Un platazo muy resultón pero mucho más fácil de preparar de lo que parece. Anímate porque te hará quedar genial. No tires las cabezas ni las cáscaras de los gambones ya que te servirán para elaborar la salsa.
¿Hace tiempo que no preparas salpicón (o no lo has hecho nunca)? Aquí tienes uno de lo más festivo: salpicón de gambones. Además del marisco, lleva pimientos de colores, piña, aguacate, tomates y un exquisito aliño de vinagreta de frambuesas. ¡Te harán la ola!
Por si no se te había ocurrido, también puedes servirlos con legumbres. Las lentejas estofadas con gambones y alcachofas son buena prueba de ello. El toque extra de sabor se lo da la salsa Worcester las cabezas y las pieles de los gambones para preparar el caldo.

Fuente: Lecturas – Cocina.

Isabel Zúñiga.

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Cocina

Un clásico renovado: bizcocho esponjoso de plátano con cobertura de caramelo casero

Hay postres que son puro amor a primera vista, y este postre fácil y rápido es uno de ellos. Tiene ese encanto irresistible que solo consiguen los postres clásicos: un bizcocho jugoso, coronado por plátanos caramelizados con miel, que se deshace en la boca. Si te gustan los postres caseros, preparados con ingredientes sencillos, de los de toda la vida, y con un resultado espectacular, toma buena nota porque esta receta se convertirá en tu favorita.

Además, es de esas preparaciones que no requieren ser un experto en repostería. Si sabes pelar un plátano y batir unos huevos, tienes todo lo que necesitas. ¡Vas a triunfar seguro! Perfecto para un desayuno especial, un postre de domingo o para aprovechar esos plátanos maduros que quedan en el frutero.

Otra ventaja: ¡es vistoso! Ese toque invertido con las rodajas de plátano en la parte superior (gracias al caramelo y la miel) lo convierte en una auténtica obra de arte repostera.

Ingredientes
4 plátanos maduros
4 huevos
150 gramos de azúcar moreno
200 gramos de harina
1 cucharadita de levadura en polvo
2 decilitros de nata líquida
miel
125 gramos de mantequilla
1 cucharadita de esencia de vainilla

1. Prepara la base caramelizada
Pela 2 plátanos y córtalos en rodajas. Pon al fuego un cazo con 50 gramos de azúcar, 25 de mantequilla y 2 cucharadas de miel. Cuando hierva, retira. Vierte el caramelo en un molde redondo desmontable y reparte las rodajas de plátano por encima. Este será el secreto de que al desmoldar tengas un bizcocho digno de portada.

2. Haz el puré de plátano
Con los otros dos plátanos, prepara un puré aplastándolos con un tenedor. Mézclalos con la nata líquida hasta que quede una crema suave. Este paso es la clave para que el bizcocho salga jugoso y con un sabor tropical que enamora.

3. Bate la mantequilla y el azúcar
Bate la mantequilla restante ablandada con 100 gramos de azúcar hasta que quede cremosa y ve añadiendo los huevos, de uno en uno, sin dejar de batir.

4. Integra los ingredientes secos
Tamiza la harina con la levadura y añádela poco a poco a la mezcla anterior. Cuando tengas una masa homogénea, incorpora el puré de plátano y la esencia de vainilla. Remueve con movimientos envolventes hasta que todo quede bien integrado.

5. Hornea y desmolda
Vierte la masa en el molde con el caramelo y hornea durante 30 minutos a 180 ºC. Comprueba la cocción pinchando con un palillo: si sale limpio, ¡listo! Deja templar el bizcocho antes de desmoldarlo, y al darle la vuelta… magia: las rodajas de plátano caramelizadas quedarán arriba, brillantes y deliciosas.

EL TRUCO

Agrega una pizca de canela a la masa del bizcocho y le darás un plus de sabor.

¿Por qué te va a encantar este bizcocho?
Porque es la receta perfecta para esos días en los que quieres darte un capricho sin complicarte la vida. Además, el plátano aporta una jugosidad increíble, el caramelo le da un punto goloso irresistible, y la miel lo redondea todo con un aroma espectacular. ¿Lo mejor? Es un postre que no necesita decoración extra: tal cual sale del horno, es digno de foto para Instagram.

Variantes para innovar
Con frutos secos: añade nueces picadas a la masa para un toque crujiente.
Más especiado: prueba a incorporar canela o una pizca de jengibre en polvo.
Sin leche: sustituye la nata por bebida vegetal y la mantequilla por margarina.

Si me preguntas: ¿Por qué debería hacerlo hoy mismo? Te respondería sin dudar: porque solo necesitas 45 minutos y un puñado de ingredientes facilitos para preparar un postre que parece sacado de una pastelería de las buenas. Es fácil, económico y el resultado es tan jugoso y tan rico que conquistarás a cuantos tengan el gusto de probarlo. Así que ya sabes: coge esos plátanos maduros que llevan tiempo revoloteando por casa y lánzate a preparar este bizcocho de plátano y caramelo. ¡Te prometo que no quedarán ni las migas!

Fuente: Lecturas – Cocina.

Jani Paasikoski.

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Cocina

Calabacín con «ajoatao» de tomillo: el entrante con que triunfarás en tus cenas de verano

Hay recetas que sorprenden por su sencillez y su resultado delicioso, y este calabacín con ajoatao de tomillo es una de ellas. Un plato con ingredientes humildes, pero con una combinación de sabores que te hará repetir. Si nunca has probado el ajoatao, te cuento que es una especie de puré con patata y ajo, al que en esta versión le damos un toque especial con tomillo y limón. Lo mejor de todo es que puedes prepararlo con antelación y tenerlo listo en la nevera para cuando te apetezca.

Este plato es perfecto para una comida ligera, como entrante o incluso como guarnición de otro plato. Además, el calabacín, al saltearlo o asarlo, queda tierno, pero con un punto de firmeza que combina de maravilla con la cremosidad del ajoatao. Y, por si fuera poco, es una receta facilísima, que no te llevará más de media hora.

No hace falta ser un chef con estrella Michelin para hacer que tus comensales se chupen los dedos con esta receta porque los ingredientes son sencillitos y la receta no tiene ni la más mínima complicación. ¡Con esta receta todo son ventajas! Te doy un consejito: prepara de más porque todos querrán repetir. Así que, si te apetece algo diferente, sabroso y sin complicaciones, tienes que probar esta receta. Ten por seguro que te va a encantar.

Ingredientes
700 gramos de patata
2 calabacínes
1/2 taza de aceite de oliva
1 diente de ajo
el zumo de 1 limón
1 puñado de tomillo limonero
1 cucharada de semillas
sal
pimienta

1. Cocina las patatas
Pela y corta las patatas en trozos para que se hagan antes. Hiérvelas en agua con sal hasta que estén tiernas. Luego, escúrrelas y tritúralas con un pasapurés o una batidora. Es importante dejar que se enfríen un poco para que el ajoatao tenga la textura perfecta.

2. Prepara el ajoatao
Añade al puré de patatas el diente de ajo pelado y picado, el zumo de limón y el aceite de oliva. Mezcla bien hasta que quede una crema suave. Agrega las hojitas de tomillo limonero y remueve. Guarda en la nevera si no lo vas a usar de inmediato.

3. Saltea el calabacín
Lava los calabacines y córtalos en rodajas o en tiras, como prefieras. Saltéalos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva hasta que estén dorados, pero sin que se pasen demasiado. También puedes asarlos al horno o hacerlos al vapor si te gusta más ligero.

4. Monta el plato
Sirve el calabacín en un plato y cúbrelo con una generosa cantidad de ajoatao. Para darle el toque final, espolvorea por encima unas semillas y un poco más de tomillo. ¡Y a disfrutar!

EL TRUCO

Un truco para que el ajoatao quede más cremoso y suave es añadir el aceite de oliva poco a poco mientras bates la mezcla, como si estuvieras haciendo una mayonesa. Así emulsionará mejor y tendrá una textura más untuosa.
Un plato fácil y lleno de sabor. Lo bonito de esta receta es que, con ingredientes básicos y económicos, se consigue un plato con mucho carácter. El ajoatao tiene ese punto cremoso con un ligero toque de ajo y limón que realza el sabor del calabacín. Y si lo acompañas con unas rebanadas de pan crujiente, ya tienes una comida completa. Un plato único preparado en cuestión de minutos y que parecerá sacado de las cocinas de un restaurante de categoría.

Además, este ajoatao se puede usar en otras preparaciones. Queda genial como dip para untar con verduras crudas o como base de una tostada. Incluso puedes probarlo con unas berenjenas asadas o unas patatas al horno.

Así que la próxima vez que tengas calabacines en casa y no sepas qué hacer con ellos, acuérdate de esta receta porque si la preparas vas a triunfar seguro. Es rápida, sabrosa y perfecta para cualquier ocasión. ¡Pruébala, disfruta y haz disfrutar a los tuyos!

Fuente: Lecturas – Cocina.

Víctor Fernández.

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Cocina

Olvídate del pan: este «bocadillo» de tortilla con jamón, queso y canónigos, ¡no lo necesita!

¿Ibas a prepararte un bocadillo de tortilla y no te queda pan? Pues improvisa un original bocadillo sustituyendo el pan por tortillas francesas y, en el interior, pon unas lonchas de jamón serrano, queso Havarti y unos canónigos aliñados con un poco de aceite. Es una idea estupenda para una cena rápida, saludable y completa. Además, si te gustan las recetas con huevo, puedes animarte también con un milhojas de tortilla y tomate, una tortilla de langostinos con alcachofa, o una tortilla de champiñones con jamón, perfectas para variar y sorprender.

Hacer una tortilla francesa puede parecer lo más fácil del mundo, pero por algo en los mejores restaurantes franceses lo establecen como una de las pruebas para entrar a trabajar… Como nosotros vamos a preparar un bocadillo con las tortillas, las hemos hecho de un huevo cada una, pero es más fácil que queden en su punto de jugosidad con 2 o incluso 3 huevos, y no hay que batirlos en exceso para que no quede demasiado líquido y cueste cuajar en la sartén. También es importante salar la yema antes de batir el huevo y bajar un poco el fuego mientras le damos la forma para que no se nos tueste.

Ingredientes
8 huevos
4 lonchas de queso havarti
8 lonchas de jamón serrano
100 gramos de canónigos
aceite
sal
pimienta

1. Bate el huevo
Casca 1 huevo en un bol, salpimiéntalo y bátelo con un tenedor. Corta las lonchas de jamón en trozos más pequeños. Lava los canónigos y sécalos con papel de cocina.

2. Haz tortillas
Pon al fuego una sartén antiadherente pequeña engrasada con unas gotas de aceite, vierte el huevo y cuaja una tortilla por los dos lados. Repite el proceso con los huevos restantes.

3. Monta los bocadillos
Reparte 4 tortillas en platos y coloca encima de cada una de ellas 1 loncha de queso. Añade también el jamón y los canónigos y cubre con las tortillas restantes.

Ideas para tu bocadillo entre tortillas
La sartén de las tortillas. Lo ideal sería tener en casa una sartén exclusivamente para las tortillas, así te aseguras que no se pega, que sea antiadherente para que con muy poco aceite la puedas cuajar.
Canónigos. Échales unas gotitas de aceite extravirgen y espolvorea todo con pimienta recién molida. Si te gusta el sabor potente de la rúcula, también combina muy bien con esta propuesta.
Con queso. Si en lugar de colocar una loncha de queso Havarti entre las dos tortillas francesas lo cortas a trocitos y lo añades al huevo batido, te quedará fundido y jugoso. Y si te encanta el queso, también puedes variar y añadir dos tipos de queso diferente, uno para fundir y otro para el relleno.
Tómalo caliente. No dejes que se te enfríen las tortillas, porque calientes están deliciosas. Si vas a preparar para varios comensales, deja el horno encendido y ve guardándolas en él para montar rápido todos los «bocadillos» al final.

Este bocadillo sin pan es una solución creativa, deliciosa y más ligera que los tradicionales. Puedes adaptarlo con los ingredientes que tengas en casa o hacerlo más completo con una ensalada o una crema fría de entrante. Sea como sea, esta receta demuestra que, con un poco de imaginación, hasta el clásico bocadillo puede reinventarse. ¿Te animas a probarlo esta misma noche?

Fuente: Lecturas – Cocina.

Begoña Montané.

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