Astrología y Espiritualidad
Astrología: el Pensamiento Mágico Moderno

Murciélagos sobrevuelan la noche de luna creciente. Mujeres de distintas edades forman una ronda y, en su centro, un macho cabrío se erige portando una corona de hojas de vid: son brujas en un ritual pagano que están dando como ofrenda sus hijos a la representación animal de Satanás. Es El Aquelarre. Una obra de 1798 del pintor español Francisco de Goya, en la cual el artista intentó plasmar las supersticiones de la época.
Las supersticiones estuvieron presentes a lo largo de toda la historia de la humanidad. Estas son derivaciones del pensamiento de carácter mágico, que lleva a una persona a establecer relaciones entre acciones y efectos que están causalmente desconectados. Durante milenios muchas supersticiones persistieron, otras caducaron y algunas otras emergieron. Estas solo empezarían a verse parcialmente contrarrestadas a partir del Renacimiento, principalmente durante el Siglo XVII, con el nacimiento de lo que hoy llamamos ciencia y lo que en su momento se describía como filosofía natural. Fue entonces cuando comenzó a ponerse de manifiesto la relevancia que podría tener el uso de la razón en la transformación y mejora de todos los aspectos de la vida humana.
Existen en la actualidad creencias y supersticiones de toda clase. Algunas persisten desde hace siglos y otras emergieron hace relativamente poco tiempo. Algunos ejemplos son la creencia en la telepatía o la telekinesis (comunicarse a través de, o mover objetos con la mente); la superstición asociada a la mala suerte que traen algunas situaciones como caminar por debajo de una escalera, cruzarse un gato color negro o abrir un paraguas en una habitación; y la criptozoología, que es la creencia en animales cuya existencia nunca se comprobó (como lo son el chupacabras o el Monstruo del Lago Ness).
Expondré en las líneas que siguen por qué pienso que la astrología también es una forma del pensamiento mágico moderno. Intentaré en primer lugar contar el origen de la astrología, caracterizarla y describirla, luego explicarla bajo argumentos científicos, contar quiénes y por qué creen en ella, y finalmente establecer las diferencias básicas entre los conceptos de ciencia y pseudociencia.
Orígenes
El célebre cometa Halley, proveniente de la lejana nube de Oort, completa su órbita en torno al Sol una vez por siglo (cada 75 años, aproximadamente). Su visita en el S. XI se dio el año 1066, y se correspondió con la invasión normanda de Guillermo El Conquistador, quien depuso al sajón Haroldo II, coronándose así rey de Inglaterra en la navidad de aquel año. Esta coincidencia entre la observación del cometa y la caída del reinado implicó una asociación directa a estos eventos astronómicos como instrumentos del diablo. Era natural entonces que los reyes y nobles de la época contrataran a personas que pudieran estudiar los astros, predecir nuevos avistamientos y así poder prepararse para la tragedia venidera. En un segmento del tapiz de Bayeux, bordado años después de la conquista de Guillermo, se representa el terror de la población al ver el cometa.
Durante muchos siglos la astronomía y la astrología fueron de la mano. Quien estudiaba los astros y sus posiciones también oficiaba muchas veces de consultor de reyes o sacerdotes, prediciendo los comportamientos en el cielo y aconsejando a sus empleadores. Con el advenimiento de la actividad científica estas disciplinas comenzaron a distanciarse entre sí. La astronomía se dedicó a estudiar los cómo y por qué del cosmos bajo una metodología y fundamentación científica. La astrología, en cambio, continuó ofreciendo predicciones sobre guerras, pestes y sequías, mediante una interpretación simbólica de los cielos. Y cuando no había nada que predecir, las predicciones sobre el futuro se inventaban.
¿Qué es la astrología?
La astrología establece que existe una relación de causa-efecto entre la posición de los astros en un determinado momento, y el destino que le depara a una persona, grupo de personas, sociedad o nación.
La Tierra completa una vuelta alrededor del Sol al cabo de un año. Pensemos por un momento, y por cuestiones prácticas, que desde el punto de vista nuestro es el Sol el que orbita en torno a la Tierra.
Si dividimos la órbita en 12 partes aproximadamente iguales (30º en el cielo), podemos identificar al zodíaco.
Los signos zodiacales representan las constelaciones, que son figuras imaginarias inventadas por el Hombre, ubicadas en el plano del cielo, formadas por estrellas que no tienen necesariamente relación alguna entre sí. Las distintas civilizaciones han interpretado de manera arbitraria un mismo conjunto de estrellas de diferente manera, por lo general motivadas por las épocas y las circunstancias que las rodeaban. Por ejemplo, tal como nos cuenta Carl Sagan en la serie Cosmos, la asociación de 7 estrellas que para los griegos es un oso, para el norte de Europa es un carruaje, y para los egipcios… un toro empujado por una persona levitando, ambos siendo observados por un hipopótamo con un cocodrilo a cuestas. Imaginativos los egipcios, ¿no?.
Según la astrología, las personas tienen asociado un signo zodiacal dependiendo de dónde se encuentran el Sol y otros astros en el momento en que uno nace. Esto es lo que conocemos como horóscopo, y basta ver el horóscopo de distintos periódicos un mismo día y un mismo signo del zodíaco para notar las discrepancias que hay en las predicciones que se realizan. Mientras el diario A augura que “hoy te irá bien”, el diario B plantea que “hoy será un día de complicaciones”. Los horóscopos se caracterizan por la ambigüedad, de manera que podemos realizar muchas interpretaciones distintas a partir de un mismo enunciado.
Inconsistencias
La precesión es un efecto que experimenta la Tierra debido al tironeo gravitacional del Sol, la Luna y los planetas —es un efecto similar al del cabeceo de un trompo que tiende a caer cuando disminuye su velocidad de rotación. Debido a este efecto, en un período de 26.000 años, el eje de rotación de la Tierra completa una vuelta entera (360º). En 2.000 años, entonces, el eje de la Tierra habrá precesionado en el cielo el equivalente a unos 30º: es decir, el equivalente a una constelación. Esto significa que cuando nos referimos a que somos de tal o cual signo, en realidad tenemos asignada otra constelación del zodíaco, porque cuando se adoptó el horóscopo hace algunos milenios la configuración era distinta. Por ejemplo, yo nací un 7 de Mayo y según el zodíaco soy de Tauro, pero en esa época del año actualmente ¡el Sol en realidad está en Aries! Además, la constelación de Ofiuco no es tenida en cuenta en el zodíaco aunque el Sol “pase” durante una buena parte del año allí. Esta constelación es suprimida por la astrología y reemplazada por Escorpio.
Por otro lado, los calendarios no tuvieron siempre 12 meses, ni empezaron en la misma época del año, ni tampoco los meses tenían la misma duración que en la actualidad. El calendario es una convención que fue cambiando durante los siglos hasta alcanzar la configuración actual. Es decir que las predicciones que se refieren a una época no son admisibles en otra.
¿Qué hacemos con Plutón? Descubierto en 1930, ya no es más considerado planeta… ¿dejó de influenciar en la vida de las personas cuando perdió la categoría de planeta? Los asteroides de gran tamaño, como Ceres y Vesta (ubicados en el cinturón de asteroides, entre las órbitas de Marte y Júpiter), ¿por qué no son considerados también influyentes por la astrología?
Supongamos, sin embargo, que tenemos en cuenta estas y otras consideraciones astrométricas y logramos eliminar estas inconsistencias. Aunque logremos hacer esto, el horóscopo nos ofrecería en total 12 personalidades distintas para toda la humanidad: una correspondiente a cada signo zodiacal.
Alguien que lee estas páginas podría objetar la descripción anterior diciendo que el horóscopo es astrología obsoleta. Que la astrología se modernizó y actualmente opera de otra forma, por ejemplo, a través de la realización de cartas astrales. ¿Qué son estas cartas astrales? En ellas, los astrólogos tienen en cuenta no sólo al Sol, sino también a la Luna y los planetas. No solo consideran dónde están ubicados estos cuerpos del Sistema Solar, sino también cómo se relacionan espacialmente entre sí (si están opuestos en sus órbitas o más bien alineados, si forman una “L”, etc.), si son ascendentes o descendentes. Uno puede tomar los datos astronómicos reales —por ejemplo, provistos por la NASA— y, de acuerdo a cómo se ubican los astros en la carta astral de una persona, sacar ciertas conclusiones utilizando geometría y trigonometría básica. De esta manera las cartas astrales pueden definirnos como personas, predecir nuestro futuro a corto y largo plazo, e indicarnos qué decisiones tomar respecto a algún tema particular de interés.
Cómo explicar la astrología
Supongamos que realizamos todos los cálculos necesarios con gran precisión de tal manera que podemos conocer la posición exacta de cada uno de los cuerpos del Sistema Solar. ¿Qué influencia pueden tener sobre la Tierra? ¿Será la misma para todos los humanos? ¿La influencia puede existir de manera personalizada para cada uno de los 8 mil millones de humanos? ¿Esta influencia no afecta a los animales, plantas u hongos? ¿Afecta a una sociedad entera o nación? ¿Aplica de igual forma a otros sistemas planetarios? Si ese es el caso, ¿cómo afectamos nosotros desde la Tierra al destino de un exoplaneta? ¿Cómo nos afecta en nuestro destino el paso de una onda gravitacional provocada por la fusión de dos agujeros negros que distorsiona nuestro espacio-tiempo? La astrología no parece ofrecer respuestas a estas preguntas.
Las interacciones entre las cosas que existen no son sino la acción de una cosa sobre otra. Cuando una cosa actúa sobre otra de tal manera que produce un cambio en su estado, decimos que ha ocurrido una interacción. A ese cambio de estado lo llamamos evento, y a una sucesión de eventos la llamamos proceso. A una colección de procesos la llamamos mecanismo.
Si queremos explicar cualquier cosa, debemos conjeturar o exhibir los mecanismos legales que hacen que el sistema funcione como lo hace. Esta legalidad implica que en toda interacción se deben respetar las leyes de la naturaleza (en particular, la meta-ley o principio de conservación de la energía, que es válido siempre). Es por eso que no podemos teleportarnos o que la telekinesis no es menos ficticia que la magia: en ambos casos se estaría violando el principio de conservación de la energía.
¿Es posible exhibir los mecanismos legales que justifican la astrología?
Los objetos astronómicos no pueden interactuar con una persona de manera directa o mediante el contacto, porque están muy lejos. La única forma que tienen de interactuar es a distancia. ¿Qué tipo de interacción puede existir entre esos cuerpos celestes y una persona? Si tomamos el modelo estándar de la física podemos identificar 4 interacciones fundamentales: gravedad, electromagnetismo, interacción nuclear débil y nuclear fuerte. Las interacciones nucleares actúan a escalas subatómicas, sobre las partículas llamadas quarks, las cuales componen por ejemplo a los protones (la interacción débil actúa también sobre los leptones, como lo son los electrones). Esto significa que la única manera que tienen los astros de interactuar con nosotros es a través de la gravedad o el electromagnetismo, fuerzas que pueden actuar a grandes distancias.
Si usamos la Ley de Gravitación de Isaac Newton para calcular la influencia gravitacional de Marte sobre un recién nacido, y la comparamos con la influencia gravitacional del médico presente en el parto, encontramos que la relación entre las fuerzas de gravedad ejercidas es la siguiente:
Influencia gravitacional obstetra = 10 veces Influencia gravitacional de Marte
Es decir que si realmente la gravedad puede influir en la personalidad de un sujeto al momento de nacer, ¡deberíamos prestarle más atención al obstetra y a las personas en la sala, que al propio planeta Marte!
Por otro lado, si uno nace en una habitación cerrada, la luz que refleja Marte del Sol no nos llegará. La parte visible del espectro electromagnético que refleja Marte no puede alcanzarnos. Influye mucho más el electromagnetismo producido por los distintos artefactos en la sala de parto (máquinas, computadoras, lámparas), que lo que puede llegar a influir un planeta lejano.
Si por el contrario algún astrólogo afirma que en realidad la influencia planetaria sucede por ‘efectos cuánticos’ habría una enorme inconsistencia: las escalas en los procesos cuánticos son del orden de la Longitud de Planck, que es de 10-35 metros (ó 35 ceros seguidos de un 1)…
Conexión cósmica, falsabilidad y experimentación
Algunos astrólogos podrían argumentar que el presente análisis es de incorrecta aplicación a la astrología, porque en realidad esta actividad trata de o sugiere una conexión cósmica entre los seres humanos y el Universo. ¿A qué conexión se refieren quienes establecen esta relación?
Los átomos que conforman todo lo que conocemos se cocinaron en el interior de las estrellas mediante un proceso conocido como nucleosíntesis (fusión de núcleos de átomos más livianos en núcleos más pesados).
Es así que en nuestro ADN tenemos nitrógeno, en nuestros dientes calcio y en nuestra sangre hierro. ¿Esto significa que estamos conectados con las estrellas? No necesariamente. Si fuera el caso, ¿por qué deberíamos tener una conexión con las estrellas, y no con el café que tomamos a diario? Si de hecho esta cosa y cualquier otra están constituidas por los mismos átomos que nosotros. Si siento alguna conexión celestial con el cosmos porque mis átomos provinieron de las estrellas, también debería sentir una conexión con cualquier otro objeto, ya que sus átomos provinieron del mismo escenario astrofísico.
A mitad de siglo pasado, el filósofo británico Bertrand Russell postuló que entre las órbitas de la Tierra y Marte había una tetera, imposible de ser observada por su tamaño y lejanía, pero que efectivamente allí se encontraba. Y desafió a demostrar lo contrario a quienes no le creían. Russell ejemplificó con esta tetera planetaria el concepto clave de falsabilidad. Es incomprobable o infalsable que exista tal tetera, de la misma manera que lo es el hecho de que exista una conexión cósmica. Es decir, es deber del astrólogo probar que existe tal conexión cósmica, no es deber del astrónomo probar que no la hay.
En cuanto a la experimentación, todas las pruebas que se realizaron para intentar validar la astrología no otorgaron resultados mejores que aquellos obtenidos casualmente. Por ejemplo, se monitoreó a decenas de miles de gemelos durante varios años para ver si tenían destinos o personalidades comunes; se estudió la compatibilidad entre personas de 30 millones de matrimonios de acuerdo a su zodíaco; se realizaron experimentos con los astrólogos más renombrados del mundo para que establecieran una relación entre distintos niños y sus cartas natales, y los astrólogos no han coincidido en sus predicciones. Estos experimentos, sistemáticos y controlados, sobre la astrología no han arrojado jamás una mayor significancia que la que provee el azar.
Por qué y quiénes creen en la astrología
Si la astrología no tiene base científica, si esta disciplina nunca ha predicho ni una sola ley natural, si los experimentos a los que se la sometió fallaron sistemáticamente… ¿por qué la gente cree en ella? Listamos a continuación algunas posibles razones:
Confusión semántica: el sufijo -logos está asociado a las ciencias (geología, biología, sociología, etc.). Muchas personas piensan que los términos astrología y astronomía refieren a la misma actividad.
 Necesidad de creer: esta es una actitud milenaria, uno se siente en conformidad depositando de alguna forma el destino en alguien o en algo más, en una sensación de aparente seguridad personal.
 Costumbre: las creencias son mucho más antiguas que las ciencias. Mientras que la ciencia tiene solo algunos siglos de vida, las creencias existen desde hace milenios.
 Entretenimiento: las personas acuden a astrólogos para distraerse o pasar el tiempo.
 Desconocimiento: las personas creen en la astrología porque piensan que está respaldada científicamente.
 Sentido de mejoría: las personas han recurrido a esta u otra pseudociencia y han sentido una mejoría. En este punto hay que tener en cuenta dos efectos muy importantes: el efecto placebo y el sesgo de confirmación que está asociado al autoengaño (pienso que me va a hacer bien, entonces me hace bien).
 El neurocientífico norteamericano Michael Shermer plantea en su libro “El cerebro creyente” que:
(…)Las creencias vienen primero, las explicaciones de las creencias vienen después. Llamo a este proceso ‘realismo dependiente de las creencias’. En el que nuestras percepciones sobre la realidad dependen de las creencias que tenemos sobre ella(…)
Primero elijo con qué cuerpo de creencias me siento cómodo, y luego lo justifico de alguna manera.
Las pseudociencias permean en personas de cualquier clase social, nacionalidad, edad, religión o escolaridad. Es falso que las personas con coeficiente intelectual menor creen más en la astrología. La astrología, como cualquier otra pseudociencia, puede atravesar a todos por igual sin ningún tipo de distinción. En particular, las pseudociencias pueden infiltrarse dentro de las propias disciplinas científicas.
Veamos dos ejemplos de sujetos que alcanzaron altos niveles en el plano político y científico. Por un lado, François Mitterand, que fue el presidente de Francia que más tiempo ocupó este cargo. Él consultaba a una astróloga para tomar distintas decisiones y una de estas consultas fue, por ejemplo, cuál era el día más indicado para lanzar un ataque contra Irak ante la inminencia de la Guerra del Golfo, a principios de la década del ’90. Por otro lado, Kary Mullis, Premio Nobel de química en 1993 por haber inventado la reacción en cadena de polimerasa (PCR). Él no sólo creía en la astrología sino que también negaba el cambio climático y creía en la comunicación con los muertos. ¿Por qué un Premio Nobel de ciencia creería en estas cosas? Al parecer, Mullis tenía muy presente un rasgo cognitivo que le permitía encontrar patrones (patternicity). Así como este rasgo le permitió desarrollar una técnica químico-médica clave para la humanidad, también lo llevó a creer en cosas que no tenían ningún sentido científico.
Ciencia y pseudociencia
La ciencia es el resultado de una actividad humana universal que pretende obtener conocimiento profundo y verdadero acerca del mundo. Caracterizar exactamente la ciencia es algo extremadamente complejo, porque la ciencia en sí es una actividad muy compleja. Ejemplos de disciplinas científicas son la biología, la astronomía, la psicología y la meteorología.
Gracias a la ciencia y a la tecnología científica hoy disponemos de vacunas, la expectativa de vida se duplicó, nos transportamos en autos en vez de carretas, cruzamos océanos en aviones en vez de barcos, podemos comunicarnos de manera instantánea con alguien que está del otro lado del mundo, podemos explorar el espacio, usar heladeras y aires acondicionados, realizar transfusiones sanguíneas… Es cierto, la ciencia se equivoca a menudo, pero es el mejor modo de descubrir la falsedad y el único para obtener verdades profundas sobre el mundo. Todo lo que se conoce puede conocerse mejor si se lo estudia desde una perspectiva científica, y el pensamiento crítico propiciado por esta perspectiva científica puede ayudarnos a tomar mejores decisiones, como individuos y como especie.
¿Qué es entonces la pseudociencia? El ser humano se las ha rebuscado a lo largo de la historia para falsificar cualquier cosa: dinero, una amistad, una obra de arte, una democracia. Y la ciencia también es plausible de falsificación. A la falsificación de la ciencia la llamamos pseudociencia. Una pseudociencia es algo que se disfraza de ciencia pero no lo es. En oposición a la universalidad de la ciencia, la pseudociencia responde de manera distinta de acuerdo a la cultura o grupo que la practique.
Quienes practican la astrología afirman tener conocimiento sobre astronomía, y hablan en nombre de la ciencia para justificar falsedades: la astrología es, pues, una pseudociencia, y como tal su objetivo no es buscar la verdad, sino intentar consolidar su marco de creencias.
Pienso que el científico es moralmente responsable de la actividad que desarrolla. Y en la responsabilidad que uno tiene, debe desmitificar en general y cuestionar en particular a las pseudociencias relacionadas a su profesión. Espero que este artículo contribuya, al menos un poco, en ese sentido.
Fuente: Boletín Radio@stronómico.
Leandro Abaroa.
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Astrología y Espiritualidad
Sintoísmo

El sintoísmo o shinto es una religión japonesa cuyos orígenes se remontan al inicio de la cultura japonesa. Sus principios filosóficos constituyen la raíz del pensamiento, la religiosidad y la filosofía del Japón, aunque no sea la religión practicada por la mayoría de la población.
Algunos rasgos de la espiritualidad sintoísta se pueden rastrear ya en el período Yayoi (300 a. C a 300 d. C aproximadamente), cuando las islas estaban habitadas por pequeñas comunidades agrícolas todavía sin escritura. De esa época son los primeros textos, de origen chino, que mencionan poblaciones que practicaban un culto animista.
El sintoísmo se menciona por primera vez en textos japoneses recién en el siglo VIII, cuando ya circulaban por las islas otras religiones orientales, como el taoísmo, el confusionismo y el budismo. En ese contexto, aparece la palabra shinto para diferenciar la religión local, que seguía la vía de los kami, es decir, el camino de los dioses, de las religiones recién llegadas, como el butsudo o vía del Buda.
En la actualidad, es difícil saber qué porcentaje de la población japonesa practica el sintoísmo porque este culto no excluye la práctica de otros credos religiosos como el budismo e incluso el cristianismo. Además, muchos japoneses que se declaran no creyentes participan de las ceremonias sintoístas.
Características
No existe un fundador del shinto ni una persona o figura que encarne sus principios. El sintoísmo es más bien una cosmovisión que fue desarrollando un sistema mitológico a lo largo del tiempo.
No existen libros ni escrituras sagradas que codifiquen las cuestiones dogmáticas o teológicas.
 El shinto aparece mencionado por primera vez en fuentes escritas japonesas en dos textos: el Kojiki, una crónica de antiguos hechos del Japón, redactado en 712. Y el Nihonshoki, también del siglo VIII, que recopila hechos de la historia japonesa junto a elementos míticos, documentos literarios, ritos y elementos de la cosmovisión local.
 Entiende el cosmos como un espacio animado y habitado por fuerzas vitales espirituales, los kami. Se los conoce como Yaoyorozu-nokami, que significa “los 8 millones de dioses” haciendo referencia a la idea de que son incontables y se debe respetar a todos los elementos de la naturaleza porque cualquier cosa puede ser un kami. Todos los fenómenos son sagrados porque forman parte del principio de la vida.
 Un kami no es una divinidad individual o personal. Es la conceptualización de un principio espiritual. Puede manifestarse en una roca, una planta, un animal, o un antepasado familiar, incluso las personas al morir pueden transformarse en kami.
Es una filosofía práctica ética que sostiene la conexión continua con la infinidad de seres que habitan el mundo. Lo natural y lo sobrenatural, lo espiritual y lo corpóreo, lo visible y lo invisible están unidos e interrelacionados.
 Practica la búsqueda de la felicidad presente.
 La introducción del budismo en el siglo VI modificó algunas concepciones del sintoísmo, como la idea de circularidad, generación y regeneración y también incorporó a este culto la construcción de templos.
 Existen algunas ceremonias específicas sintoístas en el calendario japonés pero la práctica se basa en rituales personales como la construcción de altares familiares o las visitas a los templos.
La mitología sintoísta
El mito del origen del shinto narra un mundo caótico en el que el cielo y la tierra no estaban separados y todo era indeterminado e ilimitado.
En un momento, lo puro y claro se dispersó, ascendió y se transformó en cielo, lo pesado y turbio se depositó y se convirtió en la tierra.
Cuando se separaron el cielo y la tierra, en la alta meseta del cielo surgieron los primeros dioses hasta formar un panteón de 5. Estos dioses no tenían forma, género ni sexo, se los llamó Kotoamatsukami, que significa los dioses celestiales distinguidos.
Luego aparecieron siete generaciones de dioses ya con características individuales. De ellos surgió la pareja primordial, el dios Izanagi y diosa Izanami, quienes fueron los responsables de ordenar el mundo.
Los primeros dos hijos de esta pareja eran imperfectos y fueron descartados, de modo que perfeccionaron el ritual de creación y así procrearon los dioses sanos, las 8 islas que forman el archipiélago japonés, los seres vivos y los kami o deidades fundamentales: el mar, los ríos, las praderas, los árboles, etcétera.
Al dar a luz al dios del fuego, Izanami murió quemada y descendió a los infiernos. Y, aunque Izanagi intentó rescatarla del mundo de los muertos, la diosa ya era un cadáver en descomposición y no regresó. Izanagi, entonces, realizó un rito de purificación y del agua surgieron los dioses más importantes: al limpiar su ojo izquierdo, surgió Amaterasu, la diosa solar; de la nariz, Susanoo, el dios del viento, el mar y las tormentas; del ojo derecho, Tsukuyomi, la diosa lunar.
Amaterasu se convirtió en la diosa más importante de la mitología sintoísta y, hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial, en Japón se sostenía que la familia imperial descendía de ella.
Fuente: Enciclopedia Iberoamericana.
Paola Maurizio.
Astrología y Espiritualidad
Taoísmo

El taoísmo o daoísmo (en chino, 道教; pinyin, dàojiào; literalmente, ‘enseñanza del camino’) es una tradición filosófica y espiritual de origen chino la cual enfatiza vivir en armonía con el tao (la ‘vía’ o el ‘camino’).
El tao es una idea fundamental en la mayoría de las escuelas que forman parte de la filosofía china; sin embargo, para el taoísmo es referido como el principio de unidad absoluta, y al mismo tiempo mutable, que conforma la realidad suprema y el principio cosmogónico y ontológico de todas las cosas. Así, para los taoístas el tao constituye la fuente, el patrón y la sustancia de todo lo existente.
El Dào Dé Jīng (en chino: 道德經) también conocido como Tao Te King o Tao Te Ching, es el libro que condensa las enseñanzas atribuidas al filósofo Lao-Tse, también llamado Lao Tzu, Lao Zi, Laozi (en chino simplificado y tradicional: 老子; en pinyin: lǎozǐ; literalmente ‘viejo maestro’) o Laocio.[5] Y aunque la existencia histórica de tal personalidad aún se debate, el libro es considerado como clave para la tradición taoísta. Junto con el Zhuangzi se consideran los textos clave de la tradición.
Y aunque los valores éticos taoístas varían dependiendo de las distintas escuelas, por lo general tienden a enfatizar el wu wei («la no acción» o acción sin intención), la naturalidad, la simplicidad, la espontaneidad, y sobre todo, los «Tres Tesoros»: 慈 «la compasión», 儉 «la frugalidad», y 不敢為天下先 «la humildad», mientras que pone menos énfasis en las normas y el ritual (en oposición al confucianismo).
El objetivo fundamental de los taoístas es alcanzar la inmortalidad, si bien, a veces no se entiende esta literalmente, sino como longevidad en plenitud. De la misma manera, se decía que las personas que vivían en armonía con la naturaleza eran inmortales. Lao-Tse fue deificado como dios taoísta ―un inmortal― encabezando un enorme panteón de héroes folclóricos., generales famosos y sabios, todos los cuales alcanzaron la inmortalidad. Así como la representación de uno de Tres Puros. Por otra parte, el logro de la inmortalidad a través de la alquimia externa (waidan) y la alquimia interna (neidan) fue un objetivo importante para muchos taoístas históricamente.
Las primeras formas del taoísmo se desarrollaron en el siglo IV a. C., influenciadas por las teorías cosmológicas de la Escuela de Naturalistas y el I Ching. La Escuela de Naturalistas fue una escuela filosófica que sintetizó los conceptos de yin-yang y los Cinco Elementos; Zou Yan es considerado el fundador. La primera forma organizada de taoísmo, la escuela Tianshi («Maestros Celestiales») surgió en el siglo II a. C. Xuanxue («aprendizaje profundo», también «neo-taoísmo») fue un importante movimiento filosófico influenciado por el confucianismo, que se centró en la interpretación del I Ching, el Dào Dé Jīng y el Zhuangzi y que floreció durante los siglos III a VI d. C. Los filósofos más importantes de este movimiento fueron He Yan, Wang Bi, Los siete sabios del bosque de bambú, Ge Hong y Guo Xiang. Los pensadores como He Yan y Wang Bi se centraron en la naturaleza profunda del Tao, que vieron como mejor ejemplificado por el término «Wu» (nada, no-ser, negatividad). Otras escuelas alcanzaron prominencia a lo largo de la historia de China, como la escuela Shangqing durante la dinastía Tang (618-907), la escuela Lingbao durante la dinastía Song (960-1279) y la escuela Quanzhen, que se desarrolló durante los siglos XIII-XIV y durante la dinastía Yuan.
Posteriormente, el taoísmo se mezcló con elementos del confucianismo, el budismo y la religión tradicional china. La forma concreta de religión taoísta que fue llevada a Taiwán en el siglo XVII es típica de esta tradición. La característica más distintiva de la práctica actual es la veneración de los antepasados.
Los conceptos taoístas influyeron en la medicina tradicional china y en distintas disciplinas como el taichí chuan, el chi-kung y diversas formas de artes marciales. Las tradiciones taoístas posteriores también fueron influidas por el budismo chino.
Fundamentos del taoísmo
El Taoísmo establece la existencia de dos fuerzas: una pasiva, otra activa. Yin y yang aparentemente se oponen aunque en realidad se complementan simultáneamente entre sí, es decir que son interdependientes de manera absoluta y funcionan como una unidad. Son el yin (fuerza pasiva/sutil, femenina, húmeda…) y el yang (fuerza activa/concreta, masculina, seca…), representan el dinamismo de la naturaleza, el origen de todas las cosas manifiestas o existentes. No confundir con la dualidad de extremos opuestos e irreconciliables como «bien versus mal». (Véase yin-yang).
El significado más antiguo que existe sobre el tao dice: «Yi yin, yi yang, zhè wei tao», es decir, «un aspecto yin, un aspecto yang, eso es el tao».
Puede ejemplificarse esta concepción a partir del significado de las palabras: literalmente, yang significa ‘la ladera luminosa (soleada) de la montaña’, y yin ‘la ladera oscura (sombría) de la montaña’; entiéndase la idea de montaña como símbolo de unidad. Así, aunque representan dos fuerzas aparentemente opuestas, forman parte de una única naturaleza; siendo representadas en algunas tradiciones igualmente a través de creencias religiosas, tales como los Tres Puros.
La igualdad entre estas dos fuerzas entraña la igualdad de sus manifestaciones consideradas en abstracto. Por ello el taoísta no considera superior la vida a la muerte, no otorga supremacía a la construcción sobre la destrucción, ni al placer sobre el sufrimiento, ni a lo positivo sobre lo negativo, ni a la afirmación sobre la negación.
Las cosas cotidianas e insignificantes tienen un significado mucho más profundo del que nosotros le damos.
Por otro lado el Tao no puede definirse como una «fuerza conciliadora», aunque efectivamente esa es una de sus expresiones, el Tao por naturaleza es indefinible, indescriptible e inalcanzable por el pensamiento humano. Es lo primero que el Tao te king enseña:
El Tao que puede ser nombrado no es el Tao eterno. El nombre que puede ser pronunciado no es el nombre eterno.
 De manera que aunque el Tao es trascendente eterno, inconmensurable e indescriptible, antecede a la multiplicidad, lo contiene y lo sustenta todo también es inmanente y se encuentra presente en la pluralidad de todas las cosas impermanentes:
Del clásico taoísta Tao Te Ching, se sostiene que:
«El Tao produjo Uno (Wuji produjo Taiji); Uno produjo Dos (Taiji produjo el Yin y Yang); Dos produjo Tres (la multiplicidad); Tres produjo los «10000 seres» (Todas las cosas y seres existentes)». (Cap. 42)
 Por lo tanto Lao-Tse distingue dos aspectos del Tao, por un lado está el Tao Eterno e indescriptible, y por otro lado está el Tao como lo impermanente manifestado como existencia. Del Tao eterno no se puede hablar ya que su naturaleza es incognoscible y trasciende la capacidad de comprensión humana, pero del Tao como manifestación o existencia si se puede hablar y es desde allí que se construye el taoísmo filosófico. Sin embargo ambos aspectos del Tao son inherentemente inseparables, son una misma realidad.[14]
Lo innombrable es el principio del cielo y de la tierra.Lo nombrable es la madre de las diez mil cosas.
Sin deseos se puede ver el Misterio;
Con deseos se puede ver sus manifestaciones.
Los dos brotan de la misma fuente, pero tienen diferentes nombres para una misma realidad.
Para este «algo» eterno no existe nombre, dado que los nombres derivan de experiencias; finalmente, y por necesidad de ser descrito o expresado, se manifiesta en la existencia y se lo denominó tao, que significa ‘camino’ o ‘sendero [recto o virtuoso]’ que conduce a la meta.
Cuando Lao-Tse habla del tao en su aspecto trascendente procura alejarlo de todo aquello que pueda dar una idea de algo concreto. Prefiere encuadrarlo en un plano distinto a todo lo que pertenece al mundo. Porque el tao es como el espacio vacío para que se manifieste el todo. «Existía antes del Cielo y de la Tierra», dice, y, efectivamente, no es posible decir de dónde proviene. Es madre de la creación y fuente de todos los seres.[15]
Algo formado confusa y misteriosamente,Nacido antes que el Cielo y la Tierra.
En el silencio y en el vacío, Solo e inmutable, Siempre presente y en movimiento,
Quizás sea la madre de las Diez Mil Cosas. No sé su nombre, Llámalo Tao.
A falta de una mejor palabra, lo llamo lo grande.
El tao tampoco es temporal o limitado; al intentar observarlo, no se lo ve, no se lo oye ni se lo siente. Es la fuente primaria cósmica de la que proviene la creación. Es el principio de todos, la raíz del Cielo y de la Tierra (la madre de todas las cosas). Pero si intentamos definirlo, mirarlo u oírlo, no sería posible: el tao regresa al no-ser, ahí donde es insondable, inalcanzable y eterno.
Todas las cosas bajo el Cielo gozan de lo que es, lo que es surge de lo que no es y retorna al no-ser, con el que nunca deja de estar ligado.
El tao del no-ser es la fuerza que mueve todo lo que hay en el mundo de los fenómenos, la función, el efecto de todo lo que es: se basa en el no-ser.
El mundo de los seres puede ser nombrado con el nombre de no-ser y el mundo de los fenómenos con el nombre de ser. Las diferencias recaen en los nombres, pues el nombre de uno es ser y el del otro, no-ser, pero aunque los nombres son distintos, se trata de un solo hecho: el misterio desde cuyas profundidades surgen todos los prodigios.
Al encontrar el camino que conduce de la confusión del mundo hacia lo eterno, estamos en el camino del tao.
El taoísmo excluye el concepto de ley y lo sustituye por el de orden. Es decir, las cosas son de determinada manera debido a que su posición en un universo en permanente movimiento les confiere una naturaleza que las obliga a ese comportamiento. Así lo explica Dong Zhongshu, filósofo chino del siglo II a. C.:
Cuando se vierte agua en el suelo, esta evita las partes secas y va hacia las que están húmedas. Si dos troncos se colocan en el fuego, este evita el mojado y enciende el seco. Todas las cosas rechazan lo que es distinto y siguen lo que es igual.
 Del mismo modo, las cosas hermosas llaman a otras cosas en la clase de las hermosas, las repulsivas llaman a otras en la clase de las repulsivas. Esto proviene del modo complementario en que se corresponden las cosas de la misma clase. Las cosas se llaman unas a otras, lo igual con lo igual; un dragón trayendo lluvia; un abanico apartando el calor; el sitio donde ha estado un ejército, llenándose de zarzas… Las cosas, hermosas o repulsivas, tienen todas un origen. Si se cree que construyen el destino es porque nadie conoce dónde está su origen. No hay ningún suceso que no dependa para su inicio de algo anterior, a lo que responde porque pertenece a la misma categoría, y por eso se mueve.
 Tao es el nombre global que se da al orden natural. El objetivo del tao es enseñar al hombre a integrarse en la naturaleza, enseñarle a fluir, a integrarse en sí mismo en concordancia y armonía. El tao no es un creador porque nada en el mundo se crea ni el mundo es creado. Enseñar a compenetrarse con esta naturaleza y armonía de tal modo que llegue a experimentar en su propio cuerpo sus ritmos vitales. Sintonizándose el cuerpo humano mediante una serie de ejercicios con estos ritmos, ganando así serenidad mental y energía física.
A principios del Siglo IV a. C. los filósofos chinos escribían sobre el yin y el yang en términos relacionados con la naturaleza.
Observando de la perspectiva del tao, se ve cómo todas las cosas se elevan, se vuelven grandes y luego retornan a su raíz. Vivir y morir es simplemente entrar y salir[cita requerida]. Las fuerzas de la mente no tienen poder sobre quien sigue el tao. El camino del no-ser lleva a la quietud y la observación, y conduce de lo múltiple al uno. Para poder recorrer ese camino hace falta preparación interna. Mediante la práctica espiritual[cita requerida], la perseverancia, el recogimiento y el silencio se llega a un estado de relajación[cita requerida] que debe ser tan sereno que posibilita la contemplación del ser interior, el alma, y así se logra ver lo invisible, escuchar lo inaudible, sentir lo inalcanzable.
Una historia representativa del pensamiento taoísta sería la siguiente: (Adaptado a partir de Las religiones del mundo, de Huston Smith).
El caballo de un campesino se escapó. Ante la conmiseración de su vecino, el campesino le dijo: «¿Quién sabe si es bueno o malo?». Y tuvo razón, porque al día siguiente el caballo regresó acompañado de caballos salvajes con los cuales había trabado amistad. El vecino reapareció, esta vez para felicitarlo por el regalo caído del cielo, pero el campesino repitió: «¿Quién sabe si es bueno o malo?». Y otra vez tuvo razón, porque al día siguiente su hijo trató de montar uno de los caballos salvajes y se cayó, rompiéndose una pierna. El vecino volvió a mostrar su pesar, y recibió nuevamente la anterior pregunta: «¿Quién sabe si es bueno o malo?». Y el campesino tuvo razón una cuarta vez, porque al día siguiente aparecieron unos soldados para reclutar al hijo, pero lo eximieron por encontrarse herido.
Lejos de una amoralidad o de una moralina latitudinaria, el taoísmo preconiza la armonía, allí está el equilibrio, un absoluto sobre las relatividades.
Esta ética se refleja en el arte.
Al llegar el budismo a China, el contacto entre el budismo y el taoísmo produjo entre otros efectos la escuela religiosa y filosófica budista Chán (sinización de la palabra sánscrita dhyana, que significa: meditación) y, esta, al pasar a Japón originó el zen.
El taoísmo influyó en numerosas áreas del conocimiento como la medicina y ciertas escuelas de meditación, e incluso las artes marciales. Existe un paralelismo en ciertas concepciones del taoísmo con el Tantra, en especial la visión del mundo como un ecosistema, y la consideración de una vía de iluminación dentro del acto sexual.
El gran taoísta Lin An define el camino de la felicidad de la siguiente manera:
La gran mayoría de las personas,qué vacías y mal se sienten, porque usan
las cosas para deleitar su corazón, en lugar de usar su corazón para disfrutar de las cosas.
Características y elementos principales
Lao-Tse: Siglo VII a. C., obra principal Tao te ching.
 Preconiza: Armonía del hombre con el tao, al curso etéreo y dialéctico de los acontecimientos.
 Reprueba: La guerra, la resignación, la codicia, los prejuicios, los convencionalismos, los tabúes, la desigualdad, la sumisión, el sometimiento dogmático a normativas absolutistas o preconceptos prejuiciosos (lealtad filial, nacionalismo, legalismo, sumisión al culto, etc.).
 Preceptos: No posee un dogma al cual los fieles deben limitarse.
 Virtudes: Piedad, magnanimidad, abnegación, bondad, sacrificio personal, plantar árboles (entregar algo a la naturaleza u otros humanos), hacer caminos (en los mismos modos que los árboles), ser introspectivo, ser analítico, contemplativo y meditativo, fomentar la honestidad y la equidad, enseñar al que no sabe.
Subdivisiones
Las dos principales «ramas» del taoísmo son el taoísmo religioso y el taoísmo filosófico. Mientras el primero hace énfasis en aspectos rituales, ceremoniales y espirituales, el segundo tiene una aproximación más laica. Sin embargo algunos autores cuestionan esta división y consideran que es artificial. Algunos taoístas filosóficos consideran que su posición «purga» al taoísmo de elementos rituales y religiosos que no eran propios del taoísmo original.
Además cada una de estas dos vertientes se encuentra a su vez subdividida entre múltiples órdenes y escuelas de pensamiento.
Historia
Los siete sabios del bosque de bambú, bordado, 1860-1880
 Las raíces del taoísmo se pueden rastrear hacia el siglo IV a. C. El taoísmo temprano retomó las nociones cosmológicas de la Escuela del Ying-Yang (Naturalistas) y fue profundamente influenciada por uno de los más viejos textos de la cultura China, el I Ching, el cual expone un sistema filosófico acerca de cómo se debe mantener el comportamiento humano en concordancia con los ciclos alternos de la naturaleza. El miembro de la escuela «Fajia» o «Legalista» Shen Buhai (c. 400 a. C. – c. 337 a. C.) pudo también haber sido una gran influencia al poner en práctica en el ámbito de la política el concepto del wu wei.
El taoísmo filosófico se desarrolló a partir de los escritos de Lao-Tse y Zhuangzi. Según la leyenda china, Lao-Tse vivió durante el siglo VI a. C. y tradicionalmente se fecha en ese siglo la redacción del Dàodéjing, aunque según algunas investigaciones actuales es bastante posterior.
Siglo IV a. C.-siglo II a. C.: influye en la alquimia, la medicina tradicional china, la magia y la adivinación, por lo que se convierte en culto popular. Posteriormente influyó en las artes marciales, con sus conceptos de chi aplicados tanto a la salud como al combate, surgiendo así diversos estilos de kungfú taoísta (principalmente en la montaña Wudang), y también disciplinas como el chi kung y el taichí.
 Siglo II d. C.: el sacerdote imperial Zhang Daoling es el primer pontífice del taoísmo como religión; sincretiza la religión tradicional china con el taoísmo, para renovar el culto religioso imperial e imponer su forma de taoísmo teísta como doctrina de culto; esta interpretación religiosa es considerada por algunos contraria a la ideología taoísta original netamente filosófica que proponían Lao-Tse y Zhuangzi.
 1927: El pontificado imperial, es abolido por el gobierno chino.
 Promete la inmortalidad, en su sentido religioso como forma de vida eterna, pero en su sentido filosófico como alegoría de un concepto ontológico impulsor de la autosuperación.
 Observación fundamental: Alcanzar la inmortalidad, longevidad en plenitud, las personas que viven en armonía con la naturaleza son inmortales.
 Lao-Tse es deificado como inmortal taoísta (héroes folclóricos, generales famosos y sabios), tomándose como tal esta idea de las deidades solo por los seguidores del taoísmo religioso, siendo tales alegatos rechazados por el taoísmo filosófico.
 Se mezcló con elementos del confucionismo, budismo y creencias locales (taoísmo religioso), formando un sincretismo religioso que algunos consideran incompatible con los conceptos originales del Tao te king de Lao Tse.
 Lo nuevo: adoración de los antepasados, solo es aceptado por el taoísmo religioso; pero no está asimilado por el taoísmo filosófico.
Textos taoístas
Dào Dé Jīng (también conocido como Tao Te King o Tao Te Ching), es el libro principal Taoísta que condensa las enseñanzas atribuidas al filósofo Lao-Tse.
 Igualmente otros textos destacados del Taoísmo son:
Hua Hu Ching, texto taoísta escrito o compilado en el siglo IV por un taoísta chino llamado Wang Fu, aunque también atribuido tradicionalmente a Lao-Tse; se considera como un complemento al texto Dào Dé Jīng.
Wen Tzu (Wenzí), texto taoísta escrito hace más de dos mil años, conocido como la «comprensión de los misterios del Tao», que es atribuido a un discípulo de Lao Tse, (quién habría recogido directamente las palabras del maestro); es un escrito que presenta las enseñanzas del Tao Te King, como una forma de continuación del mismo, al penetrar en la comprensión del misterio del Tao descritos en el Tao Te King.
Zhuangzi, uno de los dos textos fundacionales del Taoísmo – junto con el Dàodé jīng (Lao-Tse) – y generalmente es considerado como uno de los escritos taoístas más importantes para la enseñanza del Tao.
Lie Zi, texto Taoísta atribuido a Lie Yukou (Lie Zi), a quien se considera un personaje legendario. Generalmente es considerada la más práctica de las obras taoístas principales, frente al más filosófico Dàodé jīng o al más poético Libro de Zhuangzi.
Qingjing Jing, literalmente ‘Clásico de claridad/pureza y quietud/tranquilidad’) es un clásico texto breve taoísta de autor anónimo escrito en la dinastía Tang, el cual combina temas filosóficos del Tao Te Ching con la forma de presentación lógica presente en los textos budistas; y con una forma literaria que recuerda al Sutra del corazón. Instruye a los estudiantes del Tao a practicar la eliminación del deseo para cultivar la pureza espiritual y la quietud del Tao.
Tai Yi Jin Hua Zong Zhi, texto Taoísta que se enfoca en las prácticas taoístas para refinar la esencia y transformar el qi, mediante la meditación. Para ello se ocupa de describir un método para aliviar los pensamientos y ejercitar el qi, abogando por la abstinencia y reduciendo las actividades conscientes, para evitar la «fuga de la conciencia». En su esencia postula que hay dos cosas intangibles en los seres humanos, «espíritu primitivo» y «conciencia del espíritu». Su versión más conocida es la traducción realizada por Richard Wilhelm, conocida como El secreto de la flor de oro.
I Ching, libro oracular chino cuyos primeros textos presentes se suponen escritos hacia el 1200 a. C. Su contenido original es de procedencia taoísta, pero igualmente es considerado como uno de los Cinco Clásicos confucianos.
Fuente: Wikipedia.
Astrología y Espiritualidad
HINDUISMO

El hinduismo es la religión que profesan y practican la mayoría de las personas que viven en India y Nepal. También se da entre poblaciones significativas fuera del subcontinente y tiene más de 900 millones de seguidores en todo el mundo. Se puede decir que el hinduismo es la religión viva más antigua del mundo, o al menos los elementos que se encierran dentro de ella se remontan a muchos miles de años atrás. A diferencia de la mayoría de las demás religiones, el hinduismo no tiene un solo fundador, ni una sola escritura, ni un conjunto de enseñanzas común. A lo largo de su extensa historia, han surgido un gran número de figuras clave que enseñan diferentes filosofías y escriben numerosos libros sagrados. Por estas razones, los escritores a menudo se refieren al hinduismo como una forma de vida o como una familia de religiones en lugar de definirlo como una sola religión.
Historia del hinduismo
 La palabra hinduismo proviene del idioma persa hindú, que era la manera en que los persas pronunciaban el nombre del río Sindhu. El hinduismo tiene su origen en los años 3000 y 2000 antes de Cristo. Se originó cuando en India, se dio una mezcla de creencias religiosas. Inició con la creencia de que los dioses eran elementos que se encontraban en la naturaleza. Tiempo después, apareció la deidad llamada “brahmán”. Tiempo antes que Jesucristo naciera, una escritura hindú llamada  Bhagavad Gita, surgió dando origen a la veneración de los dioses como único medio para lograr la salvación. El hinduismo se dividió entonces en dos diferentes corrientes: una que se centraba en todas las cosas, y otra que se centró en la dedicación de la vida a los dioses.
Fundador
 El hinduismo como religión surgió en la India hacia el año 1750 a.C. No se tienen datos sobre un único fundador, o de profetas de la religión o de una estructura institucional que la resguardara. Se considera que los pueblos arios que invadieron la India trajeron en su cultura y con ella a los primeros dioses.
Características del hinduismo
Sus principales características son:
Es una religión originaria de la India, llena de religiosidad y expresiones culturales.
 Tienen una gran cantidad de ritos, pensamientos y diferentes actitudes en cuanto a la religión.
 Creen profundamente en la reencarnación.
 El ser absoluto o la divinidad se puede expresar por medio de diferentes manifestaciones.
 Practican la ley de causa y efecto.
 Creen en el karma, y se refieren a ella como que toda acción en la vida tiene un efecto.
 Creen en el dharma, la responsabilidad y las obligaciones que se adquieren en la vida.
 El ser esencial se conoce con el nombre de Atman.
Símbolos del hinduismo
Om o Aum: Es el símbolo mayormente reconocido a nivel mundial y su sonido se utiliza en la meditación. Es la primera palabra de una plegaria y simboliza el universo y la realidad. Representa los tres aspectos de Dios: el Brahma, el Vishny y el Shiva.
 La Esvástica: Es un signo de suerte y fortuna. Esta variación de la cruz estuvo presente en el antiguo hinduismo y se utiliza para representar la honestidad, la verdad, la pureza y la estabilidad.
 Sri Yantra: Tiene nueve triángulos entrelazados que se irradian desde un punto central. De los nueve, los cuatro triángulos en posición vertical representan el lado masculino o Shiva; mientras que los cinco triángulos invertidos representan lo femenino o el Shakti.
 Tilaka: Símbolo que se coloca normalmente en la frente de un devoto del hinduismo.
 Rudraksha: Árbol del cual se dice que sus semillas azules representan las lágrimas de Shiva, el Destructor.
 El Loto: Es una planta que representa la creación y se usa para simbolizar el Vishnu, el Brahma y el Lakshmi.
Dioses
Brahma, el Creador: Es la primera divinidad del hinduismo.
 Vishnu, el Preservador: Representa el orden, la paz, y el amor
 Shiva, el Destructor: Simboliza el otro lado del universo respecto a Vishnu, o sea, la muerte y la guerra.
 Lakshmi, la Fortuna: Es a diosa de la fortuna y la belleza, muy venerada en hogares y negocios.
 Krishna, morador de corazones: Está dotado de amor y tiene el poder de destruir el dolor y los pecados.
 Ganesha, el dios de la inteligencia.
Ritos
Uno de los ritos principales se da en los templos, donde los sacerdotes se encargan de llevar todos los días ceremonias de ofrendas. El nacimiento y la primera vez que los niños se alimentan con sólidos es muy importante. El rito del primer corte de pelo en los niños y la purificación luego de la llegada de la menstruación. Tienen ritos para el matrimonio y bendición para las mujeres embarazadas, para que puedan tener hijos varones. Tienen altares o templos domésticos en un lugar de las casas que ha sido consagrado para la oración. Acostumbran a encender una lámpara de aceite y hacen ofrendas de luz y de incienso a los dioses. La base de los ritos son las ofrendas.
Libro sagrado
Se conoce con el nombre de Vedas a los cuatro textos más antiguos de la literatura india. El RigVeda, consta de 1.028 himnos dedicados a un panteón de dioses. Al Rig-Veda le fueron agregados otros dos Veda, el Yajur-Veda o el libro del sacrificio y el Sama-Veda que contiene los himnos. El cuarto libro, el Atharva-Veda que es una colección de hechizos mágicos. Los Veda son considerados normas reveladas, y no pueden ser alterados ni siquiera en una sílaba.
Líder
El hinduismo no tiene un líder en común, pues los pueblos que la practican adoran y veneran a una gran cantidad de diferentes dioses.
Representantes
 Algunos de los principales representantes son:
Patanjali: Fundador de uno de los seis darsana: el del Yoga basado en el Samkhya.
 Sankara: Principal representante del advaita-vedanta en su tiempo (788-820 d.C.), que se le vio como una encarnación de Siva.
 Swami Ramalinga: Describió la ciencia de la inmortalidad en su filosofía conocida como El sendero perfecto a Dios.
 Ramana Maharisi: Uno de los máximos representantes del advaita-vedanta de la India moderna.
 Shivananda: Maestro de espiritualidad.
Países donde se practica el hinduismo
, Nepal, India.
 Bangladés, Bután, Pakistán, Guyana, Singapur, Sri Lanka.
 Arabia Saudita
 Birmania
 Costa Rica
 Estados Unidos
 Indonesia
 Malasia
 México
 Panamá
 Reino Unido
Fuente: Euston.
Gabriela Briceño V.
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