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Vida Sana

Telómeros: qué son y cómo alargarlos para vivir más

«En cualquier ciencia, el entendimiento real de un fenómeno es inversamente proporcional al número de teorías que intentan explicarlo» – David Rollo

El proceso de envejecimiento sigue siendo un misterio. Abundan las teorías sobre sus causas pero pocas ofrecen soluciones prácticas.

Una de la teorías con más respaldo es la de los telómeros. Propone que cuanto más cortos sean tus telómeros más corta será tu vida.

Hoy conocerás cómo tu estilo de vida afecta tus telómeros y cómo ralentizar el envejecimiento.

El descubrimiento

Durante mucho tiempo se creyó que las células humanas en cultivo eran inmortales y podían dividirse infinitamente.

Pero Leonard Hayflick no conseguía mantener con vida las células de su laboratorio a principios de los años 60. Inicialmente pensó que era un mal cuidador, pero por muy bien que Hayflick tratara a sus células, el problema se repetía. Las células se dividían un número determinado de veces, y después morían.

Si congelaba las células después de una serie de divisiones y las regresaba de nuevo a la vida, las células seguían dividiéndose, pero al llegar a un número similar al anterior, se morían. De alguna manera las células recordaban las divisiones realizadas antes de la hibernación. Hayflick sospechaba que cada célula tenía una especie de contador de divisiones, un reloj interno que le decía cuándo morir.

Publicó su hallazgo en 1961, pero fue muy criticado e incluso ridiculizado por la comunidad científica. El dogma de la inmortalidad celular estaba fuertemente arraigado, y debió pasar una década para que su descubrimiento tuviera reconocimiento. Las células humanas no son inmortales, y solo se dividen un número determinado de veces: el límite de Hayflick.

¿Qué determina este límite de divisiones? Los telómeros.

Los telómeros: tu reloj de arena

Los telómeros no son más que una secuencia de ADN especial, situada en los extremos de los cromosomas. Protegen la integridad del ADN celular, pero se acortan en cada división.

Los telómeros son trozos de ADN situados en los extremos de los cromosomas

Los tejidos del cuerpo se renuevan gradualmente. Algunos órganos,  como el cerebro o el corazón, tienen poca capacidad de regeneración. Otros, como la piel o la sangre, lo hacen de manera constante. En unas semanas las células de tu piel serán totalmente diferentes.

Cada órgano tiene una reserva de células especiales que juegan un papel clave en este proceso de reemplazo: las células madre. Cuando el tejido requiere una renovación, una célula madre se divide en dos. Una copia reemplaza a la célula madre anterior y la otra se especializa en una célula específica de ese tejido.

En esta división se duplica todo el material genético, logrando que cada nueva célula tenga una copia completa. Pero este proceso tiene un precio, y en cada división los cromosomas pierden algo de ADN en sus extremos, es decir, se acortan los telómeros.

Cuando su longitud se reduce por debajo de cierto umbral, no pueden replicarse más. La célula muere o se vuelve senescente, interfiriendo con el correcto funcionamiento del órgano al que pertenece.

Telómeros y salud

Por todo lo anterior, la longitud de los telómeros sería un posible indicador del paso del tiempo en tu organismo, y también de tu salud.

Hay una relación directa entre edad y longitud de los telómeros, pero también entre telómeros cortos y enfermedad coronaria, cáncer  y mortalidad general.

¿Pero envejecemos porque se acortan los telómeros o se acortan los telómeros porque envejecemos? Ambos.

Por un lado, el acortamiento telomérico es una simple consecuencia del daño acumulado con los años. Por otro lado, acortar directamente los telómeros acelera la enfermedad, mientras que alargarlos permite vivir más y postergar la enfermedad.

¿Cómo se alargan los telómeros? Gracias a la telomerasa.

Telomerasa ¿el elixir de la juventud?

El acortamiento paulatino de los telómeros en cada división es un proceso inevitable, pero puede regularse a través de una enzima denominada telomerasa. Esta enzima es capaz de regenerar en cierta medida la longitud de los telómeros, añadiendo nuevos pares de bases al final del cromosoma. Sería el equivalente de retrasar ligeramente el reloj celular, permitiendo divisiones adicionales.

Las células madre son las guardianas de casi toda la telomerasa. Pero con el tiempo la producción de esta rejuvenecedora enzima disminuye, aumentando la velocidad del deterioro celular.

La idea de que los telómeros son un reloj biológico, que podemos ralentizar con telomerasa, es muy atractiva por su simplicidad. Pero la biología rara vez es sencilla. La telomerasa no es el elixir de la juventud. Tu cuerpo silencia el gen de la telomerasa a medida que envejeces por un buen motivo: la telomerasa tiene un lado oscuro.

El peligro de la telomerasa

Hay un tipo de células especiales que destacan por sus largos telómeros y gran activación de telomerasa. Esto las hace prácticamente inmortales, y las llamamos cáncer. Las células cancerígenas son problemáticas precisamente porque no envejecen, y se dividen constantemente. Una de las muchas líneas de investigación contra el cáncer es precisamente intentar inhibir su producción de telomerasa.

Esta es la paradoja. Baja producción de telomerasa produce envejecimiento prematuro, pero un exceso aumenta el riesgo de cáncer.

Terapias genéticas  novedosas podrían lograr lo mejor de ambos mundos: rejuvenecimiento en el presente sin más cáncer en el futuro. Un estudio en ratones demuestra que activar la telomerasa de manera muy controlada renueva por ejemplo el tejido cardíaco y aumenta la supervivencia tras un infarto. Con la misma terapia se reduce la mortalidad general y el riesgo de enfermedad sin provocar cáncer.

Quizá en unas décadas podamos refinar esta tecnología y aplicarla en humanos. De momento te propongo otros mecanismos probados para cuidar tus telómeros, sin efectos secundarios.

El impacto de tus hábitos

Ningún indicador aislado es un reflejo real de tu salud, y la longitud de los telómeros no es una excepción. Pero entender cómo distintos comportamientos nos afectan a nivel celular nos puede motivar a cambiar.

El mensaje es claro: tus hábitos impactan directamente la longitud de tus telómeros.

Los enemigos

Los comportamientos o entornos poco saludables aparecen ligados a telómeros más cortos:

  • Fumar y obesidad.
  • Bebidas azucaradas e insulina elevada.
  • Sedentarismo.
  • Falta de sueño.
  • Contaminación.

Gestión del estrés

El estado emocional influye en el estado físico, y la relación se observa a nivel celular: el estrés crónico acorta los telómeros, y el cortisol constante reduce además la activación de telomerasa.

Cuidar a un ser querido enfermo es una de las experiencias más estresantes, y existe correlación entre el tiempo que se extiende este cuidado y el acortamiento telomérico.

Hay tres estrategias comprobadas para minimizar el impacto del estrés en tus telómeros:

  • Ejercicio. La actividad física contrarresta el impacto en los telómeros.
  • Meditación. Prácticas de mindfulness podrían alargar los telómeros.
  • Apoyo social. El aislamiento social acorta los telómeros en animales, y siendo el ser humano la especie más social, es de esperar que el efecto en nosotros sea todavía mayor. No te aísles.

Ejercicio

El ejercicio ralentiza el envejecimiento a través de múltiples mecanismos, siendo la activación de la telomerasa uno de ellos.

Esto explicaría por qué la actividad física está ligada a telómeros más largos y a mayor longevidad.

Alimentación

Los alimentos no son solo calorías y nutrientes, son información para tus genes. Una buena alimentación protege los telómeros.

Es difícil identificar el impacto de alimentos individuales a través de estudios observacionales, pero algunos alimentos aparecen de manera consistente asociados a telómeros más largos, como verduras o café.

Niveles elevados de DHA/EPA (Omega 3) en sangre están ligados también a mayor longitud de los telómeros, un motivo adicional para comer más pescado. Además del Omega 3 total, se aprecia mayor longitud de los telómeros al reducir el ratio Omega 6:Omega 3.

Entre los alimentos asociados con telómeros acortados aparecen los sospechosos habituales: bebidas azucaradas, cereales refinados y carnes procesadas.

Otra posible vía de activación de la telomerasa es el ayuno intermitente y la restricción calórica, aunque de momento solo existe evidencia en animales.

Telómeros y herencia

El estilo de vida afecta también los telómeros de las células germinales: óvulos y espermatozoides. La longitud de los telómeros de estas células determinará en parte la salud de la futura vida que formarán al juntarse, en una especie de vía epigenética. Es decir, el envejecimiento empieza a programarse en la concepción.

Algunos ejemplos:

  • El acortamiento telomérico en una generación podría aumentar el riesgo de cáncer en la siguiente generación.
  • La depresión está ligada a telómeros más cortos, y las hijas de madres con depresión nacen también con telómeros acortados, programándolas para un envejecimiento más acelerado.
  • Los hijos de madres fumadoras tienen telómeros más cortos.

Por supuesto la programación puede ser positiva. Los bebés alimentados exclusivamente con leche materna durante las primeras 4-6 semanas de vida tienen telómeros más largos a los 4-5 años.

Resumen

El envejecimiento es un proceso complejo. Uno de los mejores indicadores de su avance es la longitud de los telómeros.

Estos se acortan con cada división celular, pero la telomerasa los puede regenerar. Existen terapias genéticas que permiten extender los telómeros en ratones, pero tardarán muchos años en ser viables para humanos. Afortunadamente, podemos prevenir el acortamiento de los telómeros, incluso alargarlos, con un estilo de vida saludable.

Tus telómeros responden a tus hábitos. Merece la pena mejorarlos. ¡Larga vida (y longitud) a tus telómeros!

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Vida Sana

Los frutos secos son considerados como un “extra” dentro de la dieta.

Las propiedades de los frutos secos

Los frutos secos están constituidos por una gran variedad de productos vegetales, desde las nueces hasta los anacardos. Algunos de esos productos son propios estas latitudes, como las avellanas, semillas de girasol o almendras, mientras que otros son más bien considerados exóticos, como los pistachos.

La mayor parte de los frutos secos tienen un contenido rico en minerales. Entre esos minerales destaca el potasio, magnesio, calcio y fósforo. Además, contienen abundantes oligoelementos, como el selenio o el zinc.

Por otro lado, también aportan muchas calorías, debido a que contienen grasas en abundancia, aunque en cierta forma, además, contienen proteínas. Esas grasas no son del todo perjudiciales, ya que predominan las insaturadas, muy presentes en aquellas de origen vegetal, entre las que se incluyen ácidos grasos beneficiosos.

En relación con ese contenido de grasas “sanas” que influyen de forma positiva sobre el perfil lipídico y, además, de otros ácidos grasos también adecuados, se ha llegado a defender su consumo razonable para ayudar a controlar los niveles de colesterol.

Además, se recomienda la ingesta de frutos secos en personas con problemas nutricionales o que presentan intolerancia a determinados alimentos, con riesgo de presentar déficit en algún mineral esencial (calcio, fósforo). Por último, debido a su alto contenido en fibra, se recomienda su consumo en personas con tendencia al estreñimiento.

Únicamente, hay que tener cierta precaución a la hora de elegir el fruto seco y de tener cuidado con la sal que muchas veces se les añade y que exagera excesivamente el aporte de sodio, lo cual puede producir problemas de salud (tensión arterial, etc…).

Además, habitualmente son de difícil digestión, con lo cual un abuso puede originar trastornos digestivos, como sensación de pesadez, mala digestión o incluso meteorismo y flatulencia.

 

 

 

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Vida Sana

LOS  MARISCOS MÁS SALUDABLES.

Los mejores mariscos son las almejas, las ostras y algunos crustáceos como los langostinos y las gambas.

Los mariscos son animales marinos invertebrados especialmente los crustáceos y moluscos. Carecen de escamas, esqueleto interno y aletas.

Los mariscos más saludables se clasifican fundamentalmente en dos grupos principales:

CRUSTÁCEOS :
Forman una clase zoológica que pertenece al tipo phylum de los artrópodos de los cuales se conocen 25.000 especies.

Las especies más conocidas son la gamba, el langostino, la langosta, el cangrejo de río, el bogavante y la cigala.

Su esqueleto externo está formado por un caparazón de quitina.

Tienen 5 pares de extremidades, el primer par son unas pinzas con las que desgarran los cuerpos vivos o cadáveres de otros seres marinos.

El cuerpo está segmentado en varios anillos. Su carne es rica en aminoácidos libres.

Habitan en las desembocaduras de los ríos y en la costa.

MOLUSCOS:
Forman un tipo o phylum que abarca a 7 clases de las cuales solo 3 tienen interés alimentario.

Se conocen 3 grupos:

Cefalópodos: son moluscos carnosos como la sepia, el calamar y el pulpo, cuya carne es rica en tejido conjuntivo.

Contienen de 8 a 10 extremidades que salen de sus cabezas y con las que capturan a sus presas.

Son grandes carnívoros depredadores y se alimentan de animales muertos.

Bivalvos: son el mejillón, las ostras, las almejas y otros cuyo contenido comestible se halla encerrado en una concha formada por 2 valvas. Se llaman también lamelibranquios. Carecen de motilidad y se alimentan filtrando el agua del mar.

Gasterópodos: son los caracoles terrestres y acuáticos cuya carne es indigesta.

LOS MARISCOS MÁS SALUDABLES:
La composición nutritiva del marisco es:
Proteínas que constituyen el 5 y 20% de la parte comestible. El músculo del marisco tiene más tejido conectivo que el del pescado con lo cual su digestión resulta más difícil. Las proteínas de los crustáceos son completas y la de los moluscos son deficitarias en metionina y lisina. Los crustáceos contienen muchos aminoácidos libres.

Son ricos en  glucógeno los moluscos.

Grasas de las cuales el marisco contiene el 1- 8% de las grasas, algo menos que el pescado y son ricos en ácidos grasos omega-3.

Vitaminas: los moluscos contienen la A, B, C y D. Las almejas y las ostras contienen abundante vitamina B12.

Minerales: Las almejas, berberechos y chirlas son ricas en hierro de fácil absorción y zinc.

Sus inconvenientes son:
Fácil descomposición, hay que conservarlos congelados en las neveras.

Si se consumen en malas condiciones o deteriorados pueden provocar infecciones tipo gastroenteritis por salmonellas, virus de la hepatitis A y C y Vibrio chollerae.

Algunos mariscos como las gambas y los calamares provocan alergias en personas sensibles.

Son de difícil digestión por su contenido en colágeno que se hace resistente a los jugos gástricos.

Las personas con niveles altos de colesterol y ácido úrico deberán reducir su consumo.

En estas fiestas navideñas el marisco es un protagonista de nuestra mesa y considero los mejores mariscos.

Las almejas y berberechos
Las ostras y las vieiras.
Los langostinos y las gambas.
ALMEJAS Y BERBERECHOS:
Las almejas y sobre todo los berberechos son los alimentos más ricos en hierro. Si los consumimos 2 veces por semana cubren todas nuestras necesidades orgánicas de hierro. También son ricas en ácidos grasos omega 3 que contrarestan los niveles altos de colesterol plasmático y benefician a nuestro corazón. Son ricas en vitamina B12 , estando indicadas en personas con anemia perniciosa por déficit de vitamina B12.

Ciertamente las personas que padecen anemia ferropénica, enfermedades del corazón, aterosclerosis y niveles sanguíneos altos de colesterol deberán consumirlas más a menudo.

Se pueden consumir cocidas o guisadas a la marinera , con arroz, pescados, pasta , legumbres como fabes con almejas y patatas guisadas con almejas.

OSTRAS Y VIEIRAS:
Las ostras son ricas en ácidos grasos omega-3 que son beneficiosas para nuestro corazón y para contrarrestar los niveles elevados de colesterol plasmático y sus consecutivas placas de ateroma. Contienen niveles elevados de zinc que potencian nuestro sistema inmunológico. Son ricas en  una sustancia llamada elastina que reviene la aparición de arrugas en la piel.

Se componen de una alta concentración de hierro que ayuda a prevenir las anemias y  también de calcio y fósforo que mantienen sanos los huesos.

Se suelen comer cocidas y es un plato muy sabroso y apreciado.

LANGOSTINOS Y GAMBAS:
Las gambas y los langostinos son ricos en proteínas de alto valor biológico y también en sales minerales como potasio, calcio, sodio, yodo y magnesio que aportan beneficios a nuestro cuerpo.

Son ricos en vitaminas B3 que participa en el aprovechamiento de la energía que nos proporcionan las proteínas, carbohidratos y grasas asi como en la produción de las hormonas sexuales y en la sintesis de glucógeno.

Contienen vitamina B12 que interviene en la maduración de los glóbulos rojos y también de las neuronas .

Vitamina B9 muy importante para las mujeres que deseen quedarse embarazadas por sus efectos beneficiosos sobre la formación del sistema nervioso y la columna vertebral del feto.

Su contenido en vitamina E que es muy beneficiosa por sus efectos antioxidantes.

Son bajos en grasas y calorías estando indicado su consumo en regímenes de adelgazamiento.

Los langostinos no se pueden consumir con mucha frecuencia porque contienen cantidades altas de colesterol , ácido úrico y sodio. Por consiguiente las personas enfermas del corazón y los hipertensos deberán moderar su consumo.

Deben consumirse muy frescos porque se deterioran con facilidad dando lugar a cuadros de gastroenteritis. Se deben refrigerar en el congelador y se pueden conservar bien un día en la nevera.

 

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Vida Sana

Cómo recuperar la figura y la vida saludable tras los atracones de comida en Navidad

Ha llegado el momento de decirle adiós a la Navidad, pero muchos se resisten a hacerlo, sobre todo cuando hablamos de comida tras dos semanas de celebraciones y excesos. Nuestro cuerpo recibe en este periodo vacacional cantidades de carbohidratos muy superiores a las recomendadas por los especialistas. El 6 de enero marcha una línea entre el deseo y la obligación. A partir de ahora, debemos ser estrictos y volver a las buenas costumbres en la mesa y a la rutina diaria. «Las grasas, el azúcar y el alcohol que en estas fechas ingerimos son contraproducentes para nuestra salud», señala la nutricionista Mónica Barreal.

15 días de excesos

Después de los atracones de carnes, pescados, mariscos, turrones y dulces, las Navidades finalizan con el tradicional roscón de reyes, la guinda perfecta del pastel. A todo ello hay que añadirle el alcohol, uno de los principales enemigos si lo que pretendemos es conseguir una figura casi perfecta y un cuerpo sano. «No le diría adiós de manera definitiva al alcohol, pero sí un hasta luego prolongado, al menos hasta finales del mes de febrero», recomienda Mónica Barreal.

Hacer ejercicio y volver a la comida sana

El ejercicio es fundamental para volver a poner en funcionamiento el cuerpo y junto a el, una alimentación variada y en la que siempre estén presentes los pescados y carnes a la plancha, la pasta, las legumbres y las verduras de temporada. Otras dos recomendaciones son una correcta hidratación y tomarse el tiempo necesario en cada comida.

Al inicio nos costará, pero si somos disciplinados, conseguiremos en poco tiempo habituarnos de nuevo a una dieta saludable y nuestro cuerpo nos lo agradecerá.

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