Cocina
PIZZA CON BASE DE BRÓCOLI

Dale la bienvenida a una deliciosa e innovadora opción que te llevará a un nuevo mundo de sabores: la Pizza con base de Brócoli. ¿Quién dijo que una pizza no puede ser saludable y deliciosa al mismo tiempo? Aquí te traemos una receta que desafía las normas, fusionando el sabor italiano con los beneficios nutricionales del brócoli. Esta receta es la perfecta amalgama de sabor y nutrición.
La pizza es un plato de origen italiano que ha conquistado el mundo, pero su clásica base de harina puede ser un obstáculo para aquellos que buscan una opción más saludable o sin gluten. Aquí es donde entra en juego el brócoli, un superalimento lleno de vitaminas y minerales que puede transformarse en una base de pizza exquisita y nutritiva.
Ingredientes para Pizza con Base de Brócoli para 2 personas
- 1 brócoli grande
- 1 huevo
- 1 taza de queso mozzarella rallado
- 1/2 taza de queso parmesano rallado
- 1 cucharadita de orégano seco
- 1 cucharadita de ajo en polvo
- Sal al gusto
- 1/2 taza de salsa de tomate
- Toppings a elección : Pimientos, cebolla, aceitunas, champiñones, tomates cherry, etc.
- 1/2 taza de queso mozzarella extra para espolvorear sobre los toppings
Cómo hacer la receta de Pizza con Base de Brócoli
- Comienza precalentando tu horno a 200 grados Celsius. Mientras se calienta, procede a lavar y cortar el brócoli en floretes. A continuación, debes triturar el brócoli en un procesador de alimentos hasta que tenga la consistencia de granos de arroz.
- Una vez hecho esto, coloca el brócoli triturado en un paño de cocina limpio, envuélvelo y exprímelo fuertemente para eliminar la mayor cantidad de agua posible. También puedes utilizar un colador o similar. Este es un paso esencial para garantizar que tu base de pizza sea firme y no se desmorone.
- En un recipiente grande, combina el brócoli escurrido con el huevo, el queso mozzarella, el queso parmesano, el orégano, el ajo en polvo y la sal. Mézclalo todo hasta obtener una masa uniforme.
- Coloca esta mezcla en una bandeja para horno forrada con papel de hornear. Presiona la masa de brócoli sobre la bandeja, dándole una forma redonda y asegurándote de que el borde sea un poco más grueso. También puedes darle forma rectangular si así lo prefieres.
- Hornea la base de brócoli durante 15-20 minutos o hasta que se dore. Una vez dorada, añade la salsa de tomate y los toppings que más te gusten, espolvoreando al final con el queso mozzarella extra.
- Devolvemos la pizza al horno y la dejamos otros 10 minutos o hasta que el queso esté derretido y burbujeante.
Notas y Consejos
Es importante que tomes en cuenta que la base de pizza de brócoli no será tan firme como una base de pizza tradicional. Sin embargo, con la técnica de exprimir bien el brócoli después de triturarlo, conseguirás una base lo suficientemente sólida para soportar los toppings.
No te limites en la elección de los toppings. Puedes optar por una versión vegetariana cargada de vegetales o, si lo prefieres, agregar algo de proteína como pollo, jamón o pepperoni. Recuerda, la clave para una pizza equilibrada es una variedad de ingredientes y colores.
Asegúrate de dejar un borde más grueso al presionar la masa en la bandeja. Esto te dará una ‘corteza’ más firme para tu pizza y un lugar donde agarrarla cuando esté lista para comer.
Finalmente, ten paciencia. Cocinar es un arte y cada paso que tomes en esta receta te acercará más a una deliciosa pizza con base de brócoli. Disfruta del proceso y del aroma maravilloso que llenará tu cocina.
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Cocina
Mousse de Chocolate Blanco y Grosellas

Cuando llega una mousse a la mesa, es imposible resistirse. Y es que su textura suave y cremosa, que se deshace en la boca, es un auténtico placer para los sentidos. La más popular es la de chocolate, pero también se puede elaborar con limón, frutos rojos, mango, requesón… Incluso hay deliciosas versiones saladas.
Sobre su presentación, se puede tomar sola, en vasitos o copitas, o formar parte de deliciosas tartas, milhojas… Son superversátiles. No te pierdas, por ejemplo, la tarta mousse de chocolate negro (sin horno), la tarta sin horno de galletas digestive y mousse de frutos rojos o el hojaldre con mousse de limón y merengue tostado.
Hoy te descubrimos una mousse de chocolate blanco que, a la que la pruebes se convertirá en un clásico de tu recetario de postres. Es facilísima, tiene un sabor delicioso y, además, su presentación es espectacular. Elaborada solo con chocolate blanco, vainilla y nata para montar, lleva una base de salsa de grosellas, que contrasta muy bien con el chocolate blanco, y antes de servir se decora con unos racimos también de grosellas. ¿Empezamos?
Ingredientes
175 gramos de chocolate blanco
200 gramos de nata para montar
Vainilla
Grosellas
1. Monta la nata
Practica un corte a lo largo en la vaina de vainilla y raspa el interior para desprender las semillitas. Vierte la nata en un cuenco, añádele las semillas de vainilla y resérvala alrededor de 1 hora en la nevera para que se aromatice. Transcurrido el tiempo, saca la nata y móntala con varillas eléctricas hasta que tome cuerpo, pero sin batirla en exceso.
2. Agrega el chocolate
Trocea el chocolate blanco, colócalo en un cuenco y fúndelo al baño María. Deja que se temple ligeramente y añádele poco a poco la mitad de la nata montada, mezclando con una espátula y con movimientos envolventes de arriba abajo. Una vez obtenida una mezcla homogénea, añade el resto de nata y sigue removiendo de igual modo hasta integrarla.
3. Tritura las grosellas
Lava las grosellas bajo el agua del grifo y sécalas con papel absorbente de cocina. Reserva algunas para decorar y coloca el resto en el vaso de la batidora. Tritúralas y tamiza el jugo obtenido para evitar pieles y semillas.
4. Monta el postre
Reparte la salsa de grosellas en unos vasitos o cuencos. Rellénalos con la mousse de chocolate blanco y deja en el frigorífico un mínimo de 30 minutos antes de servir. Presenta el postre decorado con las grosellas reservadas.
Pasos esenciales
La elaboración de esta mousse es tan fácil que incluso las personas con poca experiencia saldrán victoriosas. Primero, deja infusionar la nata con unas semillitas de vainilla en la nevera. Así adquirirá un delicado sabor. Y, luego, móntala en con unas varillas eléctricas.
Un consejo: antes de usar la nata, asegúrate que está bien fría. Así que déjala en la nevera al menos 12 horas antes. Respecto al cuenco y a las varillas, déjalas en el congelador durante 15 minutos. Con este gesto, conseguirás que la nata se monte mejor y quede más esponjosa. Luego, funde el chocolate al baño María, déjalo templar un poco y mézclalo con la nata. Para que los ingredientes queden bien integrados, realiza movimientos envolventes.
En este punto solo te quedará, triturar las grosellas, tamizarlas, colocar la salsita resultante en los vasitos, verter encima la mousse y llevar la nevera. En 30 minutos ya tendrás tu mousse de chocolate blanco lista para comer.
Ideas y variantes para la mousse de chocolate blanco y grosellas
En la base de los vasitos hemos colocado una salsa de grosellas, pero puedes decantarte por otros frutos rojos: frambuesas, arándanos, moras… También puedes optar por otras frutas cortadas en daditos (melocotón, mango, peras…), unas galletas trituradas, un bizcocho desmenuzado o un poco de muesli.
Respecto a la decoración, este postre quedará perfecto con unos frutos secos picaditos (almendras, nueces, anacardos…), virutas o bolitas de chocolate negro… También puedes espolvorear un poco de cacao o de canela en polvo. Y si tienes menta, no dudes en agregar unas hojitas. Aportarán un toque refrescante al postre.
Otra sugerencia que combinará muy bien con el chocolate blanco y que puedes usar como decoración es el caramelo. Calienta azúcar en un cazo (con un par de cucharadas será suficiente) y cuando se haya disuelto, retíralo del fuego y viértelo, con cuidado, sobre una hoja de papel de horno. Deja que se enfríe el caramelo, despégalo del papel y trocéalo.
Fuente: Lecturas Cocina.
Rosa Mestres.
Cocina
Calabacines rellenos con salpicón de verduras

El calabacín es la hortaliza de verano por excelencia. Aunque se puede comprar durante todo el año, los ejemplares más sabrosos se obtienen de julio a septiembre. Lo mismo pasa con el relleno que te proponemos; hecho con cebolla morada, zanahoria, tomate y pimiento verde y rojo. El resultado es una receta vegetariana, rica y saludable, fácil de preparar y perfecta para una cena de verano.
Para que te sea más fácil rellenar los calabacines, escoge variedades pequeñas, redondas y de textura firme. Si dispones de tiempo, espolvorea un poco de queso rallado por encima y gratínalo unos minutos hasta que se derrita.
Rellenar calabacines es una técnica fácil, muy versátil e ideal para aprovechar los sobrantes de verduras. Los calabacines rellenos de ensalada, calabacines rellenos de mejillones, calabacines rellenos a los cuatro quesos y calabacines rellenos de verduras y bonito son excelentes ejemplos.
Ingredientes
4 calabacines
2 zanahorias
2 tomates
1 cebolla morada
½ pimiento rojo
½ pimiento verde
2 ramitas de cebollino
Pimienta negra
Aceite de oliva
Vinagre de jerez
Sal
1. Prepara los calabacines
Lava los calabacines, despúntalos y pártelos por la mitad a lo largo. Retira parte de la pulpa con una cuchara y cuécelos en agua salada 4 minutos. Escúrrelos y déjalos enfriar.
2. Prepara el resto de verduras
Raspa las zanahorias, lávalas y córtalas en dados. Cuécelas también en agua salada 4 minutos, escúrrelas y deja enfriar. Lava los tomates y los pimientos. Limpia estos y parte ambos en dados pequeños. Pela la cebolla y pártela de igual forma.
3. Saltea las verduras
Mezcla todas las verduras y saltéalas durante 3 minutos en una sartén grande con 2 cucharadas de aceite.
4. Rellena los calabacines
Retira las verduras y mézclalas con un poco de aceite, 2 cucharadas de vinagre, sal y pimienta. Rellena las mitades de calabacín con el salpicón de verduras.
5. Emplata y sirve
Lava y pica el cebollino. Espolvoréalo por encima de los calabacines y sirve.
Variantes de calabacines rellenos con salpicón de verduras:
Esparce un poco de queso rallado por encima justo antes de servir el plato para darle un toque extra.
El cebollino es sustituible por cualquier otra hierba aromática, especialmente perejil y albahaca.
Este salpicón es adaptable a verduras de invierno; puerro, apio, espinacas, judías verdes, etc.
Fuente: Lecturas.
Jani Paasikoski.
Cocina
Pierna de cordero al horno con patatas y romero

Aunque preparar una pierna de cordero requiere bastante tiempo de cocción, la verdad es que realizarla es mucho más fácil de lo que parece. Solo requiere tener un poco de paciencia e ir regando la pieza con los jugos que va soltando.
Y si quieres que la carne quede todavía más gustosa, antes de empezar a cocinarla, inyéctale un poco de brandy, por varias partes, con una jeringuilla. El resultado será espectacular.
¿Te apetece descubrir otras recetas con cordero? Echa un vistazo a la pierna de cordero al horno con compota, al guiso de cordero al horno con puré de patata, especias y hierbas o al carré de cordero con salsa de vino y verduras.
Ingredientes
2 piernas de cordero pequeñas
400 mililitros de caldo
200 mililitros de vino de jerez
1 ramita de romero
Aceite de oliva
Pimienta blanca
Sal
PARA LA GUARNICIÓN
600 gramos de patatas pequeñas
1 ramita de romero
Sal
Aceite de oliva
Pimienta
PARA DECORAR
Bayas de pimienta rosa
1. Prepara la carne
Mientras se precalienta el horno a 180º (10-15 minutos), prepara la carne. Limpia las piernas de cordero retirándoles el exceso de grasa y las telillas. Sécalas con papel de cocina y, con un cuchillo afilado, practica en cada una varias incisiones en la parte más carnosa, cada 3 o 4 cm.
2. Incorpora el romero
Lava el romero, escúrrelo, trocéalo e introduce las agujitas en los cortes de la carne. Después, salpimienta por todas partes. Dispón las piernas de cordero en una fuente refractaria y riégalas con un buen chorro de aceite y la mitad del caldo.
3. Cuece en el horno
Tapa la fuente y hornea la carne unos 40 minutos. Cada 10 o 15 minutos, retira el cordero del horno unos segundos, báñalo con el jugo de la cocción y sigue asándolo, siempre tapado.
4. Elabora la guarnición
Lava las patatas, sécalas, pásalas a la placa y salpimiéntalas. Luego, rocíalas con aceite y espolvoréalas con la ramita de romero, lavada y picada. Introduce la placa en el horno y asa las patatas 40 minutos, hasta que estén tiernas.
5. Vierte el vino
Retira el cordero del horno después de 40 minutos de cocción, vierte el vino por encima y hornea 10 minutos más, esta vez destapado.
6. Baña con el caldo
Pasado ese tiempo, vuélvelo a sacar y báñalo con el caldo restante. Continua asando la carne 15-20 minutos. Los últimos 10 minutos, sube la temperatura del horno hasta 200°, para que la piel quede bien crujiente.
7. Deja reposar
Retira las piernas de cordero del horno y déjalas reposar 5 minutos, para que se asienten los jugos, Sírvelas con las patatas asadas, regadas con su salsa y espolvoreadas con la pimienta rosa machacada.
EL TRUCO
Los cortes que hagas en la pierna de cordero deben ser poco profundos, para evitar que pierda jugos y se reseque.
Fuente: Lecturas.
Begoña Montané.
Radio Millenium Online


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