Astrología y Espiritualidad
10 piedras espirituales con su significado y sus propiedades

Qué son las piedras espirituales
Las piedras espirituales son cristales minerales formados bajo tierra, compuestos por una serie de moléculas o átomos. Mientras que algunos pueden ser de pequeño tamaño, otros pueden crecer mucho más, desarrollándose durante miles de años. Según la Universidad de Radford, estos minerales de origen natural «son sustancias inorgánicas sólidas con una estructura cristalina, una composición química fija o variable y un conjunto de propiedades físicas». Se han encontrado más de 4000 diferentes, reporta National Geographic, lo cual es un poco alucinante, ¿no? Los tipos principales de minerales son silicatos, óxidos, sulfatos, sulfuros, carbonatos, elementos nativos y haluros. Pero, ¿cómo se hacen estos cristales ahora que ya sabes tanto de ellos?, preguntarás. Pues bien, se forman cuando el magma o las rocas fundidas se enfrían o por cristalización.
Para qué sirven las piedras espirituales
Las piedras han sido usadas durante siglos como una forma de curación de enfermedades mentales por ejemplo, y una manera de aprovechar la energía espiritual. A medida que el mundo del bienestar ha ido avanzando, lo ha hecho el interés por esta técnica tan antigua. Hay muchos tipos diferentes de cristales, cada uno con una forma, composición y significado distinto. Algunos tienen una estética más tradicional o reconocible (como el cuarzo o la amatista), mientras que otros se parecen más a rocas al uso (como la selenita o el ojo del tigre). Cada uno es tan única y poderoso como el siguiente.
La decisión de qué piedra incorporar a tu vida depende de lo que estés buscando. Hay centenares de cristales relacionados con enriquecer la vida diaria. Se piensa que algunos te mantienen con los pies en el la tierra (muy de los signos de tierra esto) y te ayudan a encontrar tu propósito en la vida. A la vez que algunas simplemente pueden alegrar tu día y espantar las malas energías. Para lo que sea, hay una opción.
Cómo funcionan las piedras espirituales
La estructura química de los cristales está pensada para darles una especie de memoria, lo que les permite mantener y alimentar las diferentes energías que les llegan. Cada mineral tiene distintas características y significados (que veremos más adelante). Por ejemplo, el cuarzo rosa es conocido por ser la piedra del amor y la amatista tiene cualidades calmantes y contra el estrés. Muchas personas usan cristales con objetivos concretos, creyendo que la piedra cogerá ese tipo de energía y la expulsará por el ambiente en el que se encuentre situada. Pero para desbloquear su cualidades mágicas, hay que cuidarlos: limpieza, carga, colocación estrategia… para que realmente puedan manifestar las intenciones del usuario.
Cómo limpiar las piedras espirituales
Aunque al principio todo parezca cosa de brujería, limpiar y cargar tus cristales es esencial para que puedas aprovechar todo su potencial y habilidades. Según el portal especializado Tierra de Gemas, Debes limpiar de inmediato cada piedra que entre en tu casa para deshacerte de las posibles energías negativas que haya adquirido en su viaje anterior. Así como cada vez que quieras refrescarla de cualquier energía residual no deseada. Aquí tienes algunos métodos para limpiar tus piedras espirituales:
- Sumergiendo el cristal en un bol con agua salada. Es el más común.
- Frotando la piedra nueva con hola de salvia o ahumarlo con el humo de salvia.
- Pasando la piedra sobre el humo de un incienso natural o la llama de una vela.
- Dejando los cristales en el exterior bajo una Luna llena (aquí el calendario con las fechas astrales más importantes) durante 24 horas.
Recuerda que debes hacerlo de manera habitual, especialmente si están en constante uso o si son piedras o cristales con energías positivas o que filtran las malas energías. Por ejemplo, el cuarzo ahumado puede quedarse con esas malas ‘vibes’ que has dejado ir, razón por la que hacer este ritual es tan importante.
Cómo cargar de energía las piedras espirituales
Para que cada cristal absorba por completo tus intenciones, tienes que programarlo para que lo manifieste. Piensa como si tuviera que florecer una planta a la que tienes que alimentar. Lo mismo se aplica con esto, mediante un proceso conocido como carga. Hay varias maneras de cargar tus piedras energéticas, aquí tienes las técnicas principales:
- Mantén el cristal en tu mano NO dominante e imagina que una luz blanca la rodea, mientras se recarga y capta tus intenciones.
- Coloca el cristal bajo la luz de la Luna o la del Sol durante al menos 24 horas.
- Las campanas de Tingsha, los cuencos tibetanos o los diapasones son usados para recargar energía absorbiendo las vibraciones de cada sonido.
- Sitúalo con otras piedras como la amatista, el cuarzo o la selenita, que absorben las energías de otras piedras y las recargan.
- Ve al jardín y entierra el cristal durante 24 horas. Si no tienes, hazlo en la tierra de una maceta.
Cuando recargues tus piedras, debes visualizar lo que quieres y ser firme en tus objetivos, con la mente abierta y el corazón receptivo a la vibración sanadora.Algunas personas utilizan los cristales para que les guíen en una nueva dirección o para alcanzar una meta. Da igual que sean ambiciones pequeñas o grandes. Recuerda que el arte de las piedras espirituales es sobre ti y tu camino. Si te sientes sobrepasada, mejor empieza probando con cosas pequeñas.
Cómo establecer tus peticiones a las piedras espirituales
Si quieres probar a utilizar los cristales, necesitas establecer una práctica para hacerlo. Esto incluye limpieza de la piedra, fijar tus peticiones y recargarla. Para determinar tus objetivos, piensa en lo que te quieres marcar y pide a la piedra que comparta contigo su energía y cualidades. También debes ser consciente de las ‘vibes’ que te rodean: la positividad solo llegará si la buscas. Miranda Kerr, por ejemplo, es conocida por realizar esta práctica todos los días para mantener sus metas a la vista, mientras que otros solo lo hacen una vez a la semana o al mes.
Otra de las formas de mantener la energía de tu cristal presente es llevándola siempre contigo. Si es pequeña, un buen lugar es tu bolsillo, tu mesa de trabajo, bajo la almohada o sujetándola durante la meditación. Si piensas que ha estado absorbiendo muchas vibraciones, realiza una buena limpieza para asegurarte de que no se bloqueé y pueda continuar irradiando su fuerza.
Dónde comprar piedras espirituales
La fiebre por las piedras espirituales en los últimos años ha sido tal que ya se pueden encontrar minerales de este tipo hasta en Amazon. De todas formas, en Internet existen multitud de tiendas online que comercializan piedras espirituales y minerales de una manera más cercana y local. Si prefieres verlas en persona antes, podrás encontrarlas con frecuencia en mercadillos y puestos ambulantes, además de en algunas joyerías y tiendas de minerales. ¡E incluso en algunos herbolarios y tiendas de decoración!
- ÁgataEstos cristales pueden ser de diferentes colores y están compuestos por varias bandas internas, según la evolución de la misma.
Rasgos: estabilidad, apoyo y realidad.
Beneficios: si necesitas que algo de tu vida recupere el equilibrio, esta piedra te brindará estabilidad y la capacidad de identificar tu potencial y confianza. Se dice que puesta sobre la frente calma la fiebre y sobre las piernas, la retención de líquidos.
Ubicación: si tu propósito está relacionado con el trabajo, intenta ponerla en tu escritorio o mesa de trabajo. - Amatista
Una gema de cuarzo en color púrpura vibrante, es una de las piedras más populares del mundo.
Rasgos: confianza, intuición, espiritualidad.
Beneficios: conocida por sus cualidades pacíficas y relajantes. Libera el estrés y ayuda a la relajación a la hora de dormir.
Mejor ubicación: en la mesita de noche. - Turmalina negraUna piedra negra creada a partir de silicatos, formada en el subsuelo a través de lava líquida.
Rasgos: protección, seguridad, antiestrés.
Beneficios: uno de los cristales más poderosos, protege de las malas energías, formando incluso una barrera protectora entre las ‘bad vibes’ y tú. Un escudo protector.
Mejor ubicación: en cualquier lado de tu casa donde no quieras que entren las malas energías. Frente a una puerta, por ejemplo. - Calcita
Piedra usualmente blanca, pero con posibilidad de salir en varias tonalidades, y con formas cuadradas.
Rasgos: apertura, limpieza, claridad.
Beneficios: si estás buscando energías positivas y un chute de motivación, no busques más. Es una de las fuentes más poderosas de buenas vibras y hace que tus intenciones se conviertan en realidad. Muy útil si te sientes estancada, ya que te ayudará a liberarte.
Mejor ubicación: prueba con una espacio común como el salón de tu casa o encuentra una de menor tamaño y guárdala en la cartera.5. Citrino
Una brillante piedra amarilla de cuarzo, cuyo nombre viene de la palabra limón en francés.
Rasgos: felicidad, diversión y claridad.
Beneficios: perfecta para atraer un poco de luz a tu vida. Ayuda a respaldar el crecimiento y a eliminar cualquier energía negativa. También se conecta con tu chakra del plexo solar, encargado de la autoestima, confianza y poder personal.
Mejor ubicación: donde sueles meditar o en la cocina, para empezar el día con un extra de carga positiva.6. Cuarzo transparenteUn cristal sin color que nace de la piedra del cuarzo con formas hexagonales.
Rasgos: claridad, manifestación, concentración.
Beneficios: si sientes que necesitas claridad en tu vida u ordenar tus pensamientos, aportará perspectiva a tu mente.
Mejor ubicación: en la oficina mientras estás trabajando para despejar tu cabeza y reducir el estrés.7. Cuarzo rosaEste cristal rosado está relacionado con el amor, y a menudo coge forma de corazón.
Rasgos: amor incondicional, compasión y perdón.
Beneficios: abre tu chakra del corazón para querer en todas las formas posibles: de manera romántica, amistad, familia o incluso laboral. También te libera de cualquier emoción tóxica.
Mejor ubicación: en el baño, en el jardín o en cualquier sitio donde necesites un poco de amor. Miranda Kerr, por ejemplo, lo lleva en el sujetador para situar su energía más cerca del corazón.8. SelenitaUna piedra lechosa común, que a veces tiene destellos naranjas y verdes.
Rasgos: limpieza, luz y protección.
Beneficios: ilumina la energía de los presentes en una habitación. También tiene cualidades purificadoras, al mantener a raya las bajas vibraciones.
Mejor ubicación: en el centro de la casa, como por ejemplo el salón.9. Cuarzo ahumado
Un cuarzo cristalino de color amarillento y tonos marrones, que se compone de formaciones hexagonales.
Rasgos: Dejar ir, rendición, conexión con la tierra.
Beneficios: uno de los mayores elevadores de ánimo. Te ayudará a reconectarte con el mundo real, recuperar el equilibrio emocional y superar las emociones generadas por el estrés.
Mejor ubicación: junto a la cama, para que cada mañana saltes de la misma con motivación.10. Ojo de tigreEsta piedra reluciente adquiere su nombre por el parecido a la estética del tigre, con sombras rojas y marrones.
Rasgos: inspiración, perspectiva, buena suerte.
Beneficios: te ayuda a conocerte y entenderte mejor. Activa tu energía más valiente, para darte el poder de perseguir lo que quieres y explorar nuevos horizontes. Es una de las favoritas de Kylie Jenner.
Mejor ubicación: el jardín o el espacio donde suelas dar rienda suelta a tu creatividad.Aquí te hemos traído 1o de las mejores piedras espirituales y energéticas, pero no olvides que existen muchísimas más: Lapislázuli, Ónix, Selenita, Perla, Turmalina, Piedra de Luna, Lluvia de Oro, Lluvia de Plata, Aventurina, Agua Marina, Jade, Obsidiana, Cornalina, Granate, Coral, Piedra Solar, Jaspe, Malaquita, Turquesa, y un largo etcétera.
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LOS SIGNIFICADOS DE LAS VELAS Y SUS COLORES: EL ARTE DE ILUMINAR TUS EMOCIONES

En el momento en que enciendes una vela, no solo estás creando luz; estás abriendo una puerta al mundo de las emociones, la energía y el simbolismo. Cada color, cada aroma, cada tenue llama tiene un significado que puede influir en tu estado de ánimo, tu ambiente y hasta en tus intenciones más profundas. Aquí desentrañaremos el misterio detrás de las velas y sus colores, para que aprendas a usarlas no solo como decoración, sino como aliadas espirituales y emocionales. Los significados de las velas y sus colores: el arte de iluminar tus emociones.
El lenguaje de los colores: qué significa cada vela
Las velas, como los colores, vibran en frecuencias específicas que afectan nuestro ánimo y energía. Su simbolismo viene de siglos atrás, cuando se usaban en rituales, ceremonias y hasta como herramienta de meditación. ¿Te preguntas cuál deberías encender en tu próxima tarde de autocuidado? Aquí tienes una guía para elegir la vela perfecta según su color:
Blanca: pureza y claridad
La vela blanca es la reina de la calma. Perfecta para momentos de meditación, para limpiar las energías de un espacio o simplemente para conectar contigo mismo. Es como un lienzo en blanco: neutraliza el caos y te deja con una sensación de renovación. Enciéndela después de un día caótico, y deja que su luz purifique tu mente.
Roja: pasión y fuerza
Si buscas intensidad, la vela roja es tu mejor aliada. Representa el amor, la acción y la vitalidad. Ideal para noches en las que quieras aumentar la pasión o simplemente recuperar la energía perdida. Consejo: acompáñala de un aroma de canela para un combo explosivo de sensualidad.
Amarilla: creatividad y alegría
Este color soleado está hecho para iluminar tu mente y tu alma. Las velas amarillas despiertan la creatividad y promueven el optimismo. Úsalas en momentos de brainstorming o cuando necesites un empujón para ver la vida con más color.
Naranja: energía y confianza
Si estás a punto de enfrentarte a un desafío o necesitas un poco más de seguridad en ti mismo, enciende una vela naranja. Su calor y vitalidad son como una inyección de adrenalina para tu espíritu.
Verde: sanación y abundancia
El verde es el color de la naturaleza, del equilibrio y de la prosperidad. Las velas verdes son perfectas para atraer abundancia, ya sea material o emocional. También son excelentes para acompañarte en momentos de sanación o cuando necesitas calmar el estrés. Combínalas con un aroma fresco como eucalipto o menta para potenciar su efecto.
Azul: serenidad y verdad
Las velas azules te transportan a un estado de calma profunda, como si estuvieras flotando en el océano. Ideales para noches de meditación o cuando necesitas encontrar claridad emocional. Si estás buscando fortalecer tus conversaciones sinceras y tu intuición, este color es el indicado.
Violeta: espiritualidad e introspección
¿Quieres conectar con tu lado más místico? Las velas violetas son perfectas para explorar tu espiritualidad y potenciar tus momentos de reflexión. Úsalas en rituales o cuando necesites un empujón para ver más allá de lo evidente.
Negra: protección y transformación
Aunque puedan parecer un poco intimidantes, las velas negras no son malas; al contrario, son las guardianas energéticas. Usadas para protegerse de malas vibras o cerrar ciclos, son ideales para rituales de transformación y limpieza profunda.
El poder de los aromas: más que una fragancia
Los olores tienen un efecto directo en nuestras emociones. Una vela aromática puede transportarte a un recuerdo, despertar sentimientos o simplemente crear un ambiente acogedor. Aquí algunos aromas y sus efectos:
Lavanda: reina indiscutible de la relajación. Una vela de lavanda es como un abrazo después de un día estresante.
Vainilla: dulce y nostálgica, crea un ambiente cálido y seguro, ideal para noches tranquilas.
Canela: energizante y sensual, perfecta para encender la chispa (en cualquier sentido).
Cítricos: como naranja o limón, son revitalizantes y ayudan a despejar la mente.
Madera de cedro o sándalo: aromas terrenales que conectan con tu lado más espiritual.
Velas para cada momento: cómo elegir la tuya
No todas las velas son para lo mismo. Saber cuál encender según el momento puede marcar la diferencia en tu estado de ánimo:
Para meditar: elige velas blancas, azules o violetas. Acompáñalas con aromas como lavanda o sándalo para profundizar en tu práctica.
Para relajarte: las velas verdes o blancas con fragancias de vainilla o eucalipto son ideales para deshacerte del estrés.
Para energizarte: opta por velas rojas, naranjas o amarillas con aromas cítricos o de canela.
Para momentos de conexión espiritual: las velas violetas o negras, con aromas como incienso o cedro, te ayudarán a conectar con tu interior.
Tips para aprovecharlas al máximo
Crea un ritual: no enciendas una vela al azar. Dedica unos minutos a establecer tu intención.
Cuida la mecha: recórtala a 5 mm antes de cada uso para que la llama sea uniforme y la cera dure más.
Elige calidad: las velas hechas de cera natural, como de soja o abeja, duran más y son menos tóxicas.
Respeta la llama: nunca dejes una vela encendida sin supervisión (por muy bonita que sea).
Una llama que habla
La próxima vez que enciendas una vela, recuerda que no es solo una fuente de luz: es una herramienta que puede ayudarte a canalizar emociones, limpiar energías y, por qué no, darle a tu espacio ese toque acogedor y mágico que tanto necesitas. Porque, al final, ¿quién no necesita un poco de fuego en su vida?
Astrología y Espiritualidad
FILOSOFÍA ZEN

El zen o budismo zen (chán en chino) es una escuela de budismo mahāyāna que se originó en China durante la dinastía Tang. El budismo chán se convirtió en varias otras escuelas, incluidas muchas escuelas zen japonesas, a las que a veces se refiere el término «zen».
La palabra «zen» es la abreviación de zenna, pronunciación japonesa de la palabra china 禪那 (chánnà), que a su vez proviene de la palabra sánscrita dhyāna, que significa ‘meditación’. Cabe destacar que el maestro japonés Daisetsu Teitaro Suzuki iguala el dhyāna con el zazen (en chino 坐禅 zuòchán, ‘meditación sentado’).
El zen enfatiza la rigurosa práctica de la meditación sentada (zazen), la comprensión de la naturaleza de la mente (見 性, Ch. jiànxìng, Jp. kenshō, «percibir la verdadera naturaleza»), y la expresión personal de esta visión en la vida diaria, especialmente en beneficio de los demás. Como tal, desestima el mero conocimiento intelectual y favorece la comprensión directa (prajñā) a través de la práctica espiritual y la interacción con un maestro consumado.
Las enseñanzas del zen incluyen varias fuentes de pensamiento Mahāyāna, especialmente las filosofías Yogachara y Tathāgatagarbha, sutras como el Laṅkāvatāra, el del Loto y el de la Plataforma, el ideal del bodhisattva y la enseñanza Huayan de la interpenetración. La literatura Prajñāpāramitā y sus sutras más populares, así como el pensamiento Madhyamaka, también han influido en el estilo apofático y a veces iconoclasta de la retórica zen.
La práctica de dhyāna o meditación, especialmente la meditación sentada (坐禪 , chino: zuòchán, japonés: zazen / ざ ぜ ん) es una parte central del budismo Zen.
La prácticas chinas de dhyāna
La práctica de la meditación budista entró por primera vez en China a través de las traducciones de An Shigao (floruit circa 148-180 d. C.), y Kumārajīva (334-413 d. C.), quienes tradujeron varios «sutras de Dhyāna». Estos eran influyentes textos tempranos de meditación basados principalmente en enseñanzas de los yogacaras (yoguis) de la escuela Sarvāstivāda de Cachemira alrededor de los siglos I y IV d. C.
Entre las primeras traducciones de la meditación china más influyentes se incluyen Anban Shouyi Jing (安 般 守 意 經, Sutra de ānāpānasmṛti), Zuochan Sanmei Jing (坐禪 三昧經 , Sutra de dhyāna samādhi sentado) y Damoduoluo Chan Jing (達摩多羅 禪經 , Dharmatrata dhyāna sutra). Estos primeros textos de meditación chinos continuaron ejerciendo influencia en la práctica de Zen hasta la era moderna. Por ejemplo, el maestro de Rinzai Tōrei Enji (siglo xviii), escribió un comentario sobre el Damoduoluo Chan Jing y utilizó el Zuochan Sanmei Jing como fuente en la redacción de este comentario. Tōrei creía que el Damoduoluo Chan Jing había sido escrito por Bodhidharma.
Mientras que dhyāna en sentido estricto se refiere a estados meditativos, a los que se llama los «cuatro dhyānas», en el budismo chino, dhyāna puede referirse a varios tipos de técnicas de meditación y sus prácticas preparatorias. Los cinco tipos principales de meditación en los sutras de dhyāna son:
ānāpānasmṛti (atención plena de la respiración);
meditación paṭikūlamanasikāra (atención plena de las impurezas del cuerpo);
meditación maitrī (bondad amorosa);
la contemplación de los doce enlaces de pratītyasamutpāda;
la contemplación del Buda.
Según Sheng Yen, un moderno maestro de Chán, estas prácticas se denominan los «cinco métodos para calmar la mente» y sirven para enfocar y purificar la mente, y apoyar el desarrollo de las etapas de dhyāna.
El chán también comparte la práctica de «los cuatro fundamentos de la atención plena» (smṛtyupasthāna) y las «tres puertas de liberación» (śūnyatā, sin-significación o animitta y sin-deseo o apraṇihita) con el budismo temprano y el Mahayana clásico.
Formas comunes de meditación
Atención plena de la respiración
La ‘sala de meditación’ (Jp. zendō, Ch. chántáng) de Dai Bosatsu Zendo Kongo-Ji
Durante la meditación sentada (坐禅, Ch. zuòchán, Jp. zazen, Co. jwaseon), los practicantes generalmente asumen una posición sentada, como la posición de loto. A menudo, se utiliza para sentarse un cojín cuadrado o redondo colocado sobre una alfombra acolchada.
Para regular la mente, los estudiantes de zen a menudo se dirigen a contar las respiraciones. Se cuentan tanto las exhalaciones como las inhalaciones, o solo una de ellas. El recuento puede ser hasta diez, y luego este proceso se repite hasta que la mente se calme. Maestros zen como Omori Sogen enseñan una serie de exhalaciones e inhalaciones largas y profundas como una forma de prepararse para la meditación de la respiración regular. La atención generalmente se coloca en el centro de energía (Ch. dantian, Jp. tanden) debajo del ombligo. Los maestros zen a menudo promueven la respiración diafragmática, afirmando que la respiración debe provenir de la parte inferior del abdomen y que esta parte del cuerpo debe expandirse ligeramente hacia adelante a medida que uno respira. Con el tiempo, la respiración se volverá más suave, profunda y lenta. Cuando el conteo se convierte en un obstáculo para el samadhi, se recomienda la práctica de simplemente seguir el ritmo natural de la respiración con atención concentrada.
Iluminación silenciosa y solo sentarse
Una forma común de meditación sentada se llama «Iluminación silenciosa» (Ch. mòzhào, Jp. mokushō). Esta práctica fue promovida tradicionalmente por la escuela Caodong y está asociada con Hongzhi Zhengjue (1091-1157) quien escribió varios textos sobre la práctica. Este método deriva de la práctica budista india de la unión (yuganaddha) de śamatha y vipaśyanā.
En la práctica de Hongzhi de la «meditación no dual sin objeto», el meditador es consciente de la totalidad de los fenómenos en lugar de centrarse en un solo objeto, sin ninguna interferencia, conceptualización, avaricia, búsqueda de objetivos o dualidad sujeto-objeto.
Esta práctica también es popular en las principales escuelas de Zen japonés, pero especialmente en la Sōtō, donde es más conocido como shikantaza (Ch. zhǐguǎn dǎzuò, «simplemente sentarse» or «solo sentarse»). Se puede encontrar una justificación textual, filosófica y fenomenológica considerable de la práctica a lo largo del trabajo del maestro japonés Dōgen, especialmente en su Shōbōgenzō, por ejemplo en el Fukanzazengi («Instrucciones universalmente recomendadas para el zazen»). Si bien las formas japonesa y china son similares, tienen enfoques distintos.
Zen japonés
El Zen no se introdujo como una escuela separada hasta el siglo xii, cuando Myōan Eisai viajó a China y regresó para establecer un linaje Linji. Décadas más tarde, Nanpo Shōmyō (1235-1308) también estudió las enseñanzas de Linji en China antes de fundar el linaje japonés Otokan, el linaje más influyente y el único superviviente de la escuela Rinzai en Japón. En 1215, Dōgen, un contemporáneo más joven de Eisai, viajó a China, donde se convirtió en discípulo de Tiantong Rujing, un maestro de la escuela Caodong. Después de su regreso, Dōgen estableció la escuela Sōtō, la rama de Caodong japonesa.
Las tres escuelas tradicionales de Zen en el Japón contemporáneo son Sōtō, Rinzai Y Ōbaku. De estos, Sōtō es el más grande y Ōbaku el más pequeño, con Rinzai en el medio. Estas escuelas se dividen en subescuelas por templo principal, con dos templos principales para Sōtō (Sōji-ji y Eihei-ji, con Sōji-ji teniendo una red mucho más grande), catorce templos principales para Rinzai y un templo principal (Manpuku- ji) para Ōbaku, para un total de 17 templos principales. Los templos principales de Rinzai, que son más numerosos, tienen una superposición sustancial con el tradicional Sistema de las Cinco Montañas, e incluyen Myoshin-ji, Nanzen-ji, Tenryū-ji, Daitoku-ji y Tofuku-ji, entre otros.
Zen en Occidente
Hasta el siglo xix se sabía poco del budismo en Europa a excepción de los comentarios que los misioneros cristianos habían realizado desde el siglo xvi. En sus descripciones se encuentran las primeras impresiones sobre el budismo de Japón y China. Si bien a través de esto llegaron descripciones sobre rituales y comportamiento, no llegaron apenas comentarios más detallados sobre temas doctrinales o de prácticas de meditación. La inquisición efectuó un severo control sobre todo este material, aunque la influencia de las prácticas contemplativas del zen es visible en destacados personajes del cristianismo de aquel tiempo, especialmente jesuitas.
No será casi hasta la entrada del siglo xx, cuando la enseñanza y práctica del zen definitivamente aterriza en Occidente de manera abierta. En 1893 se celebra en Chicago el Parlamento mundial de las Religiones, en donde el monje Shaku Soyen imparte una charla llamada «La ley de causa y efecto como fue enseñada por Buda». Esta charla fue traducida por Daisetsu Teitaro Suzuki, quien sería recomendado por el mismo Soyen a Paul Carús para traducir textos del sánscrito, pali, japonés y chino. Suzuki empezaría una amplia actividad difusora del zen, primero como profesor de universidad y posteriormente como conferenciante y escritor alrededor del mundo. Influenció a nombres claves de la intelectualidad europea, desde Einstein a Jung, pasando por Heidegger, Picasso, y un innumerable repertorio de figuras indispensables de la historia moderna. Suzuki unía la erudición en idiomas a la comprensión y realización personales, lo que ha hecho de su legado una referencia del budismo en Occidente. Algunas de sus traducciones de gran complejidad, como la del Sutra del Lankavatara, siguen siendo de referencia en el ámbito académico, y sus obras más populares como Ensayos sobre el budismo zen han sido leídas por casi todas las personas que han querido adentrarse en el conocimiento de esta tradición budista. A su muerte, los principales templos de todo Japón quemaron incienso en su honor.
A mediados del siglo xx, y en medio de la contracultura de la generación beat, aparecen de manera más o menos masiva muchos practicantes occidentales tanto en Europa como en Norteamérica. Nombres como Alan Watts, Shunryu Suzuki o Philip Kapleau, establecerán al zen en Occidente como una influencia ya del todo visible. Desde entonces y al igual que ocurre con el resto de las tradiciones budistas, el zen en Occidente recorre un camino de mayor conocimiento sobre su origen histórico así como definiendo aspectos propios para encajar mejor en la cultura occidental. Numerosas escuelas se han ido estableciendo tanto en Europa como en Estados Unidos y Australia. En Europa destaca la red de centros fundados por el japonés Taisen Deshimaru, de la tradición Sōtō. En Estados Unidos se han implantado centros y monasterios de Rinzai y Sōtō, como el Magnolia Zen Center en Pensacola y la Fundación Zaltho ambas fundadas por Claude AnShin Thomas. Al mismo tiempo, se ha implantado el zen de otros países como Corea por vía de la escuela chogye.
Fuente: Wikipedia.
Astrología y Espiritualidad
Las 8 fases lunares: un recorrido simbólico de nuestros procesos

La mirada astrológica concibe el tiempo de forma cíclica a diferencia de la idea que en occidente tenemos del tiempo como algo lineal. Es por ello que tenemos en cuenta los diferentes ciclos de planetas y luminarias y sus diferentes fases para entender los diferentes estadíos que conforman nuestros procesos.
El ciclo más rápido al que hace referencia el cielo astrológico es el de la luna. Su aproximación y lejanía al astro Sol da forma a las diferentes fases lunares. Estas fases representan y simbolizan la cantidad de luz solar (consciente) que es reflejada por la luna (inconsciente). Este ciclo podemos abordarlo desde diferentes* perspectivas (28 días/1año) de fraccionar el tiempo, es por ello que los primeros calendarios se establecieron a partir de la observación de la luna. Aquí os dejamos dos formas de ver estos ciclos:
A continuación os dejamos algunas referencias simbólicas que se producen en cada una de las 8 fases lunares. El conocimiento de estas fases nos puede ayudar a entender nuestros ciclos, a crear nuestros propios rituales, a ordenar los pasos a seguir para cumplir nuestros deseos u objetivos y a entender la naturaleza misma de los procesos, tanto internos como externos.
LUNA NUEVA:
El ciclo lunar arranca con la Luna nueva. En esta primera fase el sol y la luna se unen (a esta unión la llamamos conjunción) y esta cercanía produce dejarnos a oscuras. Es una fase incipiente -a ciegas- el proceso que se inicia no tiene una definición aparente. Es por ello que ésta es una fase intuitiva y dinámica. Quizás este inicio parte de una manera muy inconsciente o muy impulsiva. El aspecto de conjunción nos remite a las características del signo de Aries es por ello que esta fase tiene cualidades de este signo.
El signo en el que se produzca la conjunción nos puede dar grandes pistas de las temáticas a tratar. Es así como en esta fase se empiezan a plantar semillas estableciendo propósitos, anhelos e intenciones aunque aún no sepamos cuál de ellas germinará ni en qué forma.
También en este momento -desde la conexión con aquello que anhelo- puedo aprovechar y estar a oscuras con una misma para visualizar acciones futuras.
LUNA NUEVA VISIBLE O CRECIENTE:
Cuando la luna empieza a asomar su luz -entre la luna nueva y el cuarto creciente- esas intenciones inician su recorrido. Es un momento donde poder tomar la iniciativa y atreverse a salir del casillero de salida. Empiezan a vislumbrarse las intenciones de la luna nueva y aún la energía inicial está lo suficientemente activa como para atreverse y probar.
CUARTO CRECIENTE:
El cuarto creciente simboliza un momento de tensión y también de gran aprendizaje. Es aquí en esta fase donde se producen la mayor parte de las tareas que requieren más esfuerzo. Es momento de separar la paja del trigo, de dejar atrás aquello que no nos permite avanzar y de encontrarnos con las primeras manifestaciones de aquello que iniciamos.
GIBOSA CRECIENTE:
Antes de llegar a la luna llena nos encontramos con la fase que llamamos gibosa. Quizás haya cuestiones o acciones que después de haber pasado por la tensión del cuarto creciente debamos volver a pensar, rehacer o reformular. Este es un momento importante de aprendizaje, de corrección, de calibración… Entre el cuarto creciente y gibosa creciente podemos hacer grandes reajustes de un modo ya más calmado y provechoso.
LUNA LLENA:
En la fase de Luna Llena tenemos la mayor capacidad para ver y entender de qué nos habla el ciclo que iniciamos en Luna Nueva. Quizás las primeras direcciones hacia donde se orientó nuestro cambio o propósito hayan sido modificadas o hayan ido madurando. La luna está completamente iluminada por el Sol llegando a su culminación. Si mis acciones y mi devenir por las fases anteriores viene cargado por la negación de ciertas situaciones y actitudes, la luz solar reflejada por la luna puede desestabilizarme. Si por el contrario estuve dando pasos hacia mi objetivo ahora comprendo qué se estuvo iniciando en mí.
Esta es la fase de máxima claridad y entendimiento. Es con la luna llena también donde el mundo onírico puede revelarnos sus mayores significados e incluso revelarnos secretos. El inconsciente aflora al consciente y podemos observar la parte sumergida del Iceberg. Las emociones están a flor de piel (la luna nos habla de ellas) y nos piden observación y escucha, con aceptación y sin juicio.
GIBOSA MENGUANTE O DISEMINADORA:
Tras la luna llena llega el momento de recoger lo sembrado. Lo que a priori requirió esfuerzo da sus frutos y es por ello que simboliza un momento de recompensas. En esta fase es importante tener en cuenta y reconocer mi capacidad o no de agradecimiento y de disfrute de mis logros.
También aquí empezamos a descender en nuestro camino que llegó a la cumbre en la fase de luna llena.
CUARTO MENGUANTE:
En el cuarto menguante, seguimos en el descenso de la energía y empieza a aparecer la necesidad de depurarme de cuestiones viejas y obsoletas. La conciencia puede sentir cierta crisis o rendición. El proceso tuvo su punto de culminación en la luna llena y de recompensa en la luna diseminadora y ahora nace una necesidad de disolución para preparar de nuevo el terreno. Metafóricamente podemos hablar del otoño del proceso. Un momento de profunda necesidad de despojarme de lo viejo para ser nutriente de lo que va iniciar en el próximo ciclo.
LUNA BALSÁMICA:
Es el cierre de ciclo donde se produce la disolución completa. Algo tiene que morir para que algo nuevo nazca. Es así que es un momento de cierre, de despedida y de cultivar nuestra capacidad de aceptación y desapego. Es hora de purificar para poder renacer en el próximo ciclo.
DURACIÓN DE CICLOS IMPORTANTES DESDE LA MIRADA ASTROLÓGICA:
Ciclo 28 días: Por un lado podemos contabilizar el ciclo de la luna en la cantidad de días en los que tarda nuestro satélite en recorrer los doce signos (permanece 2 días y medio por signo aproximadamente). Desde esta perspectiva tenemos un ciclo completo cada 28 días y este ciclo nos remite a cuestiones que tienen que ver con nuestros cambios cíclicos emocionales, con cambios de rutinas o asuntos a corto plazo… Cuestiones más cotidianas e interiores.
Ciclo de 1 año: Por otro lado podemos contabilizar el ciclo de un año partiendo de una luna nueva en un signo hasta la siguiente luna nueva en el mismo signo. Esto se produce alrededor de un año después, teniendo consecuentemente a los 6 meses (mitad de ciclo) su fase de luna llena, donde aquello que inicié en la luna nueva toma su mayor forma. Esta mirada más proyectada en el tiempo nos refiere a objetivos o cuestiones con plazos un poco más amplios que necesitan de acciones más concretas.
Teniendo en cuenta lo que llamamos «luna progresada», la dinámica del ciclo Sol-Luna representado en esas progresiones y los movimientos de otros planetas que incluyen esa dinámica tenemos otro tipo de procesos más estructurales y profundos con duraciones más largas. Así es que algunos procesos con cambios realmente significativos en nuestra vida se producen en el transcurso de 2 años y medio, cada 7 años y cada 28/30 años.
Estas fases y esta mirada cíclica nos acerca a ser conscientes del inamovible dinamismo de la vida y el discurrir del tiempo. Muchas veces en el anhelo de querer detener este movimiento y de retener ciertos momentos «cúlmines» creamos resistencias al cambio que desaceleran nuestra evolución y terminan causándonos dolor. Entender nuestros ciclos y la necesidad de pasar por los otoños e inviernos personales nos permite acompañar la propuesta de la vida y dejar que nos sorprenda con cada nuevo inicio.
Fuente: www.astrologiapsicologica.es
Ruth Pallejà Lozano (Psico-astróloga, Terapeuta Floral y Coach con PNL).
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